¡Ay, Dios mío! Fabricio Alvarado anda suelto otra vez, echándole leña al fuego. Esta vez, la polémica se centra en Claudia Dobles y sus propuestas de inclusión en el plan de gobierno. El líder de Nueva República no se anduvo con rodeos y soltó unas verdades que, dependiendo de cómo lo mires, pueden ser preocupación o simplemente la visión particular de un político.
Todo empezó porque Dobles quiere meterle mano al tema de los derechos LGBTQ+, buscando revivir algunas políticas que se habían quedado guardadas en el cajón desde los tiempos del PAC. Hablando claro, busca traer de vuelta el día contra la homofobia en las escuelas, hacer campañas de sensibilización y hasta ponerle números a la orientación sexual en encuestas y registros. Un movida bien gorda para algunos, y un motivo perfecto para que Alvarado abra la boca.
Y vaya que abrió la boca, mae. Alvarado acusó a Dobles de querer “homosexualizar” a los niños y jóvenes, usando frases fuertes como “dejar a los niños en paz” y “traumatizarlos”. Obviamente, esto levantó ampollas en varios sectores y generó un debate intenso sobre el rol del Estado en la educación y la formación de valores. Parece que estamos volviendo a pisar terrenos movedizos que ya conocíamos demasiado bien.
Pero eso no es todo, porque Alvarado también sacó a relucir el tema de los “expertos” que ayudaron a Dobles a armar su plan de gobierno. Con un tono bastante sarcástico, cuestionó la valía de estas personas, preguntándose si serán los mismos que en 2018 se creyeron los reyes del mundo y terminaron dejando al país en la sopa bajo el mando de Carlos Alvarado. ¡Qué manera de remover viejas heridas!
Lo que quedó claro es que Alvarado está decidido a marcar distancia con las llamadas “agendas progresistas”. Afirmó que Costa Rica no necesita “ideología de género”, Agenda 2030 ni abortos, sino “paz, prosperidad, oportunidades y valores”. Una declaración que, sin duda, resonará con gran parte de su base electoral, aunque también puede incomodar a otros sectores de la sociedad.
Por otro lado, Dobles defiende su propuesta argumentando que busca reactivar las políticas inclusivas que se implementaron durante los gobiernos del PAC, como la conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, así como programas de apoyo para la comunidad LGBTQ+. Dice que su visión es construir un Estado más inclusivo y garante de los derechos humanos, y que eso implica atender a todas las necesidades de la población, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Un brete este, tener que defenderse de tanta crítica.
La administración de Rodrigo Chaves había eliminado muchos de estos protocolos y figuras gubernamentales, optando por enfoques más generales. Ahora, Dobles busca revertir esas decisiones y restaurar la figura de la Persona Comisionada Presidencial LGTBIQ+, lo cual, según ella, fortalecerá la protección de los derechos de esta comunidad. Pero, diay, parece que cada quien tiene su propia idea de cómo proteger a la gente, y ahí es donde empiezan los choques.
En fin, la discusión está servida y promete mantenernos entretenidos por un buen rato. ¿Ustedes qué piensan? ¿Debería el Estado involucrarse tanto en la promoción de la diversidad sexual y de género en las escuelas, o debería limitarse a garantizar la igualdad de derechos para todos los ciudadanos?
Todo empezó porque Dobles quiere meterle mano al tema de los derechos LGBTQ+, buscando revivir algunas políticas que se habían quedado guardadas en el cajón desde los tiempos del PAC. Hablando claro, busca traer de vuelta el día contra la homofobia en las escuelas, hacer campañas de sensibilización y hasta ponerle números a la orientación sexual en encuestas y registros. Un movida bien gorda para algunos, y un motivo perfecto para que Alvarado abra la boca.
Y vaya que abrió la boca, mae. Alvarado acusó a Dobles de querer “homosexualizar” a los niños y jóvenes, usando frases fuertes como “dejar a los niños en paz” y “traumatizarlos”. Obviamente, esto levantó ampollas en varios sectores y generó un debate intenso sobre el rol del Estado en la educación y la formación de valores. Parece que estamos volviendo a pisar terrenos movedizos que ya conocíamos demasiado bien.
Pero eso no es todo, porque Alvarado también sacó a relucir el tema de los “expertos” que ayudaron a Dobles a armar su plan de gobierno. Con un tono bastante sarcástico, cuestionó la valía de estas personas, preguntándose si serán los mismos que en 2018 se creyeron los reyes del mundo y terminaron dejando al país en la sopa bajo el mando de Carlos Alvarado. ¡Qué manera de remover viejas heridas!
Lo que quedó claro es que Alvarado está decidido a marcar distancia con las llamadas “agendas progresistas”. Afirmó que Costa Rica no necesita “ideología de género”, Agenda 2030 ni abortos, sino “paz, prosperidad, oportunidades y valores”. Una declaración que, sin duda, resonará con gran parte de su base electoral, aunque también puede incomodar a otros sectores de la sociedad.
Por otro lado, Dobles defiende su propuesta argumentando que busca reactivar las políticas inclusivas que se implementaron durante los gobiernos del PAC, como la conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, así como programas de apoyo para la comunidad LGBTQ+. Dice que su visión es construir un Estado más inclusivo y garante de los derechos humanos, y que eso implica atender a todas las necesidades de la población, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Un brete este, tener que defenderse de tanta crítica.
La administración de Rodrigo Chaves había eliminado muchos de estos protocolos y figuras gubernamentales, optando por enfoques más generales. Ahora, Dobles busca revertir esas decisiones y restaurar la figura de la Persona Comisionada Presidencial LGTBIQ+, lo cual, según ella, fortalecerá la protección de los derechos de esta comunidad. Pero, diay, parece que cada quien tiene su propia idea de cómo proteger a la gente, y ahí es donde empiezan los choques.
En fin, la discusión está servida y promete mantenernos entretenidos por un buen rato. ¿Ustedes qué piensan? ¿Debería el Estado involucrarse tanto en la promoción de la diversidad sexual y de género en las escuelas, o debería limitarse a garantizar la igualdad de derechos para todos los ciudadanos?