¡Aguante! Ya se siente que las cosas van cambiando en el tema de los aeropuertos. Laura Fernández, la candidata oficialista, le metió turbo a su campaña con un plan que promete revolucionar cómo nos movemos nosotros y cómo conecta Costa Rica con el resto del mundo. No estamos hablando solo del Santamaría, que sí, es importante, pero la jugada maestra parece estar en Liberia y hasta destrabaron el tema del aeropuerto en Osa... ¡tremendo brete!
Todo empezó con una reunión clave con la Asociación de Líneas Aéreas, donde se escuchó la bronca de fondo: la incertidumbre legal y leyes viejas que frenan el crecimiento. Parece que la doña entendió el mensaje, porque la promesa de “total seguridad jurídica” dejó a los directores de las aerolíneas boquiabiertos. Ronny Rodríguez, de Volaris, no se mordió la lengua: ‘¡Qué carga de conocimiento tiene la señora!, quedé asombrado’. Ahí quedó claro que no solo se trata de echarle concreto.
El corazón del asunto es una nueva Ley de Aviación Civil, dicen que va a ser de otro nivel, buscando un modelo de gobernanza más ágil y eficiente. Esto, según los expertos, es más valioso que construir pistas nuevas, porque garantiza que todo funcione bien, tanto para las aerolíneas como para el turista que llega buscando sol y aventura. Se nota que le dieron duro al tema, porque no es cosa fácil cambiar toda esa maraña legal.
Pero ahí no paró la cosa. La joya de la corona es el plan para conectar Liberia con Asia 24/7. Imagínense, productos costarricenses, como nuestros implementos médicos, llegando directo a mercados lejanos sin tener que pasar por el cuello de botella del transporte marítimo. Eso sí es darle un empujón a la economía, ¡qué chiva! Además, la idea es que la terminal de carga opere día y noche, aprovechando al máximo el potencial del aeropuerto guanacasteco.
Y como si fuera poco, decidieron sacarle los perros al aeropuerto de Osa, un proyecto que arrastraba polémica desde hace años por los estudios arqueológicos. La candidata aseguró que los resultados fueron “positivos” y que las piezas antiguas se reubicarán, permitiendo avanzar con el proyecto bajo un esquema de sostenibilidad. Muchos se preguntaban si eso iba a quedar enterrado, pero parece que ahora hay luz al final del túnel. ¡Qué alivio para la zona sur!
En cuanto al Juan Santamaría, el plan es hacer un estudio de demanda a 20 años, para ver qué tan grande necesita crecer la terminal. No quieren caer en la onda de construir sin pensar, sino invertir inteligentemente en el futuro. También prometen mejorar los aeródromos regionales, para impulsar el turismo local y conectar mejor las diferentes zonas del país. Ese sí es un plan completo, abarcando todo el territorio nacional.
Ahora, dejando de lado los anuncios y las promesas, la pregunta que queda es si todo esto realmente se va a materializar. Sabemos que los proyectos de infraestructura suelen ir a paso de tortuga y que siempre aparecen obstáculos inesperados. Pero, viendo el entusiasmo que generó el plan entre las aerolíneas, uno se anima a pensar que esta vez sí puede haber cambios reales. De verdad que la doña le pegó con este plan, brindándole confianza a los inversionistas, pero también mostrando una visión clara para el futuro de nuestras conexiones aéreas.
En fin, todo suena bastante prometedor, pero todavía falta mucho camino por recorrer. Después de tanto tiempo de espera, ¿cree usted que este plan de Laura Fernández logrará transformar la infraestructura aeroportuaria de Costa Rica y convertirnos en un hub logístico de primer nivel en la región? Déjenos sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensa nuestra gente!
Todo empezó con una reunión clave con la Asociación de Líneas Aéreas, donde se escuchó la bronca de fondo: la incertidumbre legal y leyes viejas que frenan el crecimiento. Parece que la doña entendió el mensaje, porque la promesa de “total seguridad jurídica” dejó a los directores de las aerolíneas boquiabiertos. Ronny Rodríguez, de Volaris, no se mordió la lengua: ‘¡Qué carga de conocimiento tiene la señora!, quedé asombrado’. Ahí quedó claro que no solo se trata de echarle concreto.
El corazón del asunto es una nueva Ley de Aviación Civil, dicen que va a ser de otro nivel, buscando un modelo de gobernanza más ágil y eficiente. Esto, según los expertos, es más valioso que construir pistas nuevas, porque garantiza que todo funcione bien, tanto para las aerolíneas como para el turista que llega buscando sol y aventura. Se nota que le dieron duro al tema, porque no es cosa fácil cambiar toda esa maraña legal.
Pero ahí no paró la cosa. La joya de la corona es el plan para conectar Liberia con Asia 24/7. Imagínense, productos costarricenses, como nuestros implementos médicos, llegando directo a mercados lejanos sin tener que pasar por el cuello de botella del transporte marítimo. Eso sí es darle un empujón a la economía, ¡qué chiva! Además, la idea es que la terminal de carga opere día y noche, aprovechando al máximo el potencial del aeropuerto guanacasteco.
Y como si fuera poco, decidieron sacarle los perros al aeropuerto de Osa, un proyecto que arrastraba polémica desde hace años por los estudios arqueológicos. La candidata aseguró que los resultados fueron “positivos” y que las piezas antiguas se reubicarán, permitiendo avanzar con el proyecto bajo un esquema de sostenibilidad. Muchos se preguntaban si eso iba a quedar enterrado, pero parece que ahora hay luz al final del túnel. ¡Qué alivio para la zona sur!
En cuanto al Juan Santamaría, el plan es hacer un estudio de demanda a 20 años, para ver qué tan grande necesita crecer la terminal. No quieren caer en la onda de construir sin pensar, sino invertir inteligentemente en el futuro. También prometen mejorar los aeródromos regionales, para impulsar el turismo local y conectar mejor las diferentes zonas del país. Ese sí es un plan completo, abarcando todo el territorio nacional.
Ahora, dejando de lado los anuncios y las promesas, la pregunta que queda es si todo esto realmente se va a materializar. Sabemos que los proyectos de infraestructura suelen ir a paso de tortuga y que siempre aparecen obstáculos inesperados. Pero, viendo el entusiasmo que generó el plan entre las aerolíneas, uno se anima a pensar que esta vez sí puede haber cambios reales. De verdad que la doña le pegó con este plan, brindándole confianza a los inversionistas, pero también mostrando una visión clara para el futuro de nuestras conexiones aéreas.
En fin, todo suena bastante prometedor, pero todavía falta mucho camino por recorrer. Después de tanto tiempo de espera, ¿cree usted que este plan de Laura Fernández logrará transformar la infraestructura aeroportuaria de Costa Rica y convertirnos en un hub logístico de primer nivel en la región? Déjenos sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensa nuestra gente!