Maes, pónganse cómodos porque el ajedrez político de cara a las próximas elecciones ya empezó a mover sus fichas más pesadas. El Frente Amplio, que ya tenía a Ariel Robles como su punta de lanza, acaba de presentar oficialmente a quienes lo van a acompañar en la papeleta. Ya no va solo en la carrera; ahora tiene a su lado a Margarita Salas y Guillermo Arroyo como candidatos a las vicepresidencias. Y diay, más allá del anuncio protocolario, la elección de estos dos nombres nos deja clarísimo cuál va a ser el discurso y la estrategia del partido para intentar llegar a Zapote. La vara no es solo rellenar espacios, aquí hay un mensaje bien calculado.
Por un lado, tenemos a Margarita Salas para la primera vicepresidencia. Y ojo el currículum, porque no es cualquier chunche. La señora tiene una maestría de Harvard en Administración Pública y otra de la UCR en Comunicación y Desarrollo. Pero más allá de los títulos, que ya de por sí impresionan, su perfil es una declaración de principios. Salas es la bandera de los temas que históricamente han sido el corazón del FA: derechos humanos, feminismo y la comunidad LGBTIQA+. Su discurso, de hecho, va directo a esa vena: habla de un "golpe de timón" para un país con "grandes pendientes" que solo han empeorado. Básicamente, ella representa el alma ideológica y el brete social que siempre ha caracterizado al partido.
Y aquí es donde la vara se pone interesante. Para la segunda vicepresidencia, el FA no duplicó el perfil, sino que se fue por el otro lado del espectro de preocupaciones nacionales. Pusieron a Guillermo Arroyo, un mae con una maestría en Criminología con énfasis en Seguridad Humana. ¿Les suena el tema? Claro, es el dolor de cabeza de todo el país. Mientras Salas consolida a la base frenteamplista con el discurso social, Arroyo es la carta que sacan para enfrentar el tema que a todos nos tiene con el pelo de punta: la inseguridad. Él mismo lo dice, su lucha será para "devolver la paz y la seguridad a nuestro pueblo". Es un movimiento astuto, un intento de decirle al electorado: "Sí, nos preocupan los derechos de todos, pero también entendemos que no se puede vivir tranquilo con miedo a salir a la calle".
Entonces, ¿qué tenemos al final? No hay que ser un genio para leer la estrategia. El Frente Amplio está presentando un "combo" que intenta ser la solución integral a los problemas del país, o al menos a los dos más mediáticos. Es como si Ariel Robles dijera: "Para el corazón y las causas justas, tengo a Margarita; para el miedo y la crisis de seguridad, tengo a Guillermo". Es una fórmula que busca balancear la balanza, mezclando la agenda progresista tradicional del partido con una respuesta directa y especializada a la principal angustia del tico promedio. El mismo Robles lo resume diciendo que con ellos aspira a consolidar un "Estado fuerte, social, solidario y democrático".
Ahora, la pregunta del millón queda en el aire para que la discutamos aquí en el foro. ¿Les convence este combo? ¿Creen que con esta fórmula el Frente Amplio logra quitarse la etiqueta de ser un partido "de nicho" o de un solo tema y se presenta como una opción más completa, más... diay, 'presidenciable' para el votante que no necesariamente milita en sus filas? O al final del día, ¿sigue siendo un esfuerzo que no conectará con la mayoría? ¡Abro debate, maes! ¿Qué opinan ustedes de esta jugada?
Por un lado, tenemos a Margarita Salas para la primera vicepresidencia. Y ojo el currículum, porque no es cualquier chunche. La señora tiene una maestría de Harvard en Administración Pública y otra de la UCR en Comunicación y Desarrollo. Pero más allá de los títulos, que ya de por sí impresionan, su perfil es una declaración de principios. Salas es la bandera de los temas que históricamente han sido el corazón del FA: derechos humanos, feminismo y la comunidad LGBTIQA+. Su discurso, de hecho, va directo a esa vena: habla de un "golpe de timón" para un país con "grandes pendientes" que solo han empeorado. Básicamente, ella representa el alma ideológica y el brete social que siempre ha caracterizado al partido.
Y aquí es donde la vara se pone interesante. Para la segunda vicepresidencia, el FA no duplicó el perfil, sino que se fue por el otro lado del espectro de preocupaciones nacionales. Pusieron a Guillermo Arroyo, un mae con una maestría en Criminología con énfasis en Seguridad Humana. ¿Les suena el tema? Claro, es el dolor de cabeza de todo el país. Mientras Salas consolida a la base frenteamplista con el discurso social, Arroyo es la carta que sacan para enfrentar el tema que a todos nos tiene con el pelo de punta: la inseguridad. Él mismo lo dice, su lucha será para "devolver la paz y la seguridad a nuestro pueblo". Es un movimiento astuto, un intento de decirle al electorado: "Sí, nos preocupan los derechos de todos, pero también entendemos que no se puede vivir tranquilo con miedo a salir a la calle".
Entonces, ¿qué tenemos al final? No hay que ser un genio para leer la estrategia. El Frente Amplio está presentando un "combo" que intenta ser la solución integral a los problemas del país, o al menos a los dos más mediáticos. Es como si Ariel Robles dijera: "Para el corazón y las causas justas, tengo a Margarita; para el miedo y la crisis de seguridad, tengo a Guillermo". Es una fórmula que busca balancear la balanza, mezclando la agenda progresista tradicional del partido con una respuesta directa y especializada a la principal angustia del tico promedio. El mismo Robles lo resume diciendo que con ellos aspira a consolidar un "Estado fuerte, social, solidario y democrático".
Ahora, la pregunta del millón queda en el aire para que la discutamos aquí en el foro. ¿Les convence este combo? ¿Creen que con esta fórmula el Frente Amplio logra quitarse la etiqueta de ser un partido "de nicho" o de un solo tema y se presenta como una opción más completa, más... diay, 'presidenciable' para el votante que no necesariamente milita en sus filas? O al final del día, ¿sigue siendo un esfuerzo que no conectará con la mayoría? ¡Abro debate, maes! ¿Qué opinan ustedes de esta jugada?