¡Ay, Dios mío! La Fuerza Pública le dio con todo este lunes, sacando cinco motocicletas de las garras de los tejos que andan merodeando por Guanacaste y barrios del sur de San José. ¡Una verdadera joya recuperar estos vehículos, que pa’ muchos representan su medio de vida!
La movida empezó en Sardinal de Carrillo, Guanacaste, donde cacharon a un tipo llamado Otárola manejando una moto que, sorpresa, estaba reportada como robada en Liberia. Parece que el mae anda con poca luz si pensó que iba a pasar piola, pero bueno, ahí lo tienen, ahora sí con la policía. Este caso nos recuerda cómo el robo de motos afecta directamente a muchísimas familias aquí en el país.
Luego, en la urbanización Corina Rodríguez de La Aurora, en Alajuelita, pasó algo más curioso. Un vándalo, al ver llegar a los agentes, dejó abandonada una moto que además venía acompañada de una bolsita llena de cocaína y marihuana. ¡Qué combinación! La moto, como era de esperarse, también tenía denuncia por robo, así que se sumó a la lista de decomisos. Esto demuestra que el narcotráfico y el robo van de la mano, un problema que debemos enfrentar con firmeza.
En Villa Esperanza de Pavas, otro mae, Murillo, no tuvo tanta suerte. Lo agarraron conduciendo una moto que tenía una orden de captura pendiente por robo. ¡Imagínate la vergüenza! El pobre ya tenía otros problemas encima y ahora suma este nuevo brete con la justicia. Esto resalta la importancia de verificar documentos y estatus legal de cualquier vehículo antes de adquirirlo.
Pero eso no fue todo, diay. En Palo Blanco de Salitrillos, Aserrí, encontraron una moto sin placa y con los números de motor y chasis limados, como si estuvieran tratando de borrarle la identidad. Claramente, esa moto estaba destinada a hacer fechorías. Las autoridades saben bien que este tipo de modificaciones son señales de alerta de que un vehículo está involucrado en actividades ilícitas.
Y para cerrar con broche de oro, en Los Guido de Desamparados, lograron recuperar una moto denunciada como robada desde el pasado 29 de octubre. Guerrero, el conductor, terminó entre rejas, demostrando que la ley, aunque tarde, siempre llega. Estos operativos muestran la persistencia y dedicación de la Fuerza Pública en la lucha contra el crimen y la recuperación de bienes sustraídos.
Estos decomisos, señores, son un alivio para muchos ticos que han sido víctimas de robo de motocicletas, un problema que lamentablemente sigue afectando nuestras comunidades. La coordinación entre diferentes unidades de la Fuerza Pública y la colaboración ciudadana son clave para seguir golpeando duro a los delincuentes. No podemos bajar la guardia ni permitir que estos actos impidan nuestro bienestar diario.
Esta serie de decomisos ha generado un rayito de esperanza en la seguridad vial y tranquilidad de nuestros barrios, pero me pregunto, ¿cree usted que aumentar la vigilancia en zonas estratégicas y mejorar la iluminación pública podrían ser medidas complementarias efectivas para prevenir futuros robos de motocicletas y proteger a nuestros ciudadanos?
La movida empezó en Sardinal de Carrillo, Guanacaste, donde cacharon a un tipo llamado Otárola manejando una moto que, sorpresa, estaba reportada como robada en Liberia. Parece que el mae anda con poca luz si pensó que iba a pasar piola, pero bueno, ahí lo tienen, ahora sí con la policía. Este caso nos recuerda cómo el robo de motos afecta directamente a muchísimas familias aquí en el país.
Luego, en la urbanización Corina Rodríguez de La Aurora, en Alajuelita, pasó algo más curioso. Un vándalo, al ver llegar a los agentes, dejó abandonada una moto que además venía acompañada de una bolsita llena de cocaína y marihuana. ¡Qué combinación! La moto, como era de esperarse, también tenía denuncia por robo, así que se sumó a la lista de decomisos. Esto demuestra que el narcotráfico y el robo van de la mano, un problema que debemos enfrentar con firmeza.
En Villa Esperanza de Pavas, otro mae, Murillo, no tuvo tanta suerte. Lo agarraron conduciendo una moto que tenía una orden de captura pendiente por robo. ¡Imagínate la vergüenza! El pobre ya tenía otros problemas encima y ahora suma este nuevo brete con la justicia. Esto resalta la importancia de verificar documentos y estatus legal de cualquier vehículo antes de adquirirlo.
Pero eso no fue todo, diay. En Palo Blanco de Salitrillos, Aserrí, encontraron una moto sin placa y con los números de motor y chasis limados, como si estuvieran tratando de borrarle la identidad. Claramente, esa moto estaba destinada a hacer fechorías. Las autoridades saben bien que este tipo de modificaciones son señales de alerta de que un vehículo está involucrado en actividades ilícitas.
Y para cerrar con broche de oro, en Los Guido de Desamparados, lograron recuperar una moto denunciada como robada desde el pasado 29 de octubre. Guerrero, el conductor, terminó entre rejas, demostrando que la ley, aunque tarde, siempre llega. Estos operativos muestran la persistencia y dedicación de la Fuerza Pública en la lucha contra el crimen y la recuperación de bienes sustraídos.
Estos decomisos, señores, son un alivio para muchos ticos que han sido víctimas de robo de motocicletas, un problema que lamentablemente sigue afectando nuestras comunidades. La coordinación entre diferentes unidades de la Fuerza Pública y la colaboración ciudadana son clave para seguir golpeando duro a los delincuentes. No podemos bajar la guardia ni permitir que estos actos impidan nuestro bienestar diario.
Esta serie de decomisos ha generado un rayito de esperanza en la seguridad vial y tranquilidad de nuestros barrios, pero me pregunto, ¿cree usted que aumentar la vigilancia en zonas estratégicas y mejorar la iluminación pública podrían ser medidas complementarias efectivas para prevenir futuros robos de motocicletas y proteger a nuestros ciudadanos?