¡Ay, Dios mío! Qué movida la que se armó en Guápiles. Resulta que la hermana del tipo que le dio plomo al subjefe del OIJ, Geiner Zamora Hidalgo, no solo estaba al tanto del plan, sino que además, ¡fue ella quien cobró la lana! Así lo confirmó la Fiscalía, que anda destapando verdades incómodas sobre quiénes estaban detrás de este atentado.
Todo empezó con una serie de allanamientos en el Caribe Norte, donde capturaron a seis sospechosos, incluyendo al presunto gatillero, conocido como ‘Gato’ Méndez Núñez. Este mae, según las investigaciones, le pegó rajones a Zamora en varias ocasiones. También cayó ‘Cotoño’, Castro Moya, que parece ser el cerebro operativo detrás de toda esta vaina, y varios más, todos metidos hasta el cuello en el tráfico de drogas en la zona.
Pero lo que realmente sacudió a todos fue descubrir que la hermana de ‘Gato’, la señora Méndez Núñez, era la encargada de recibir el pago por el trabajo sucio. ¡Imagínate la bronca! Una dama recogiendo la plata por matar a un hombre. Esto demuestra que la operación era más elaborada de lo que pensábamos, con roles bien definidos y una logística impecable, diay…
Según la Fiscalía, tras el ataque, la hermana del sicario se presentó en el lugar acordado y recogió el dinero. Además, encontraron pruebas de que otro sospechoso, Centeno Álvarez, le facilitó un abrigo a ‘Gato’ para que no lo reconocieran al escapar. Parecía una película de espías, pero esto pasó aquí, en Costa Rica, en nuestra propia casa, cholito…
Y no se quedan ahí las cosas. Las investigaciones apuntan a que todo este brete está conectado con Alejandro Arias Monge, alias ‘Diablo’, un viejo conocido del mundo del hampa que opera en la zona. Parece que Zamora estaba justo encima de este grupo, y su muerte fue una medida desesperada para frenar la investigación y proteger sus negocios ilícitos. ¡Qué poca pena!
Recordemos que Zamora murió el 4 de febrero, luego de luchar por su vida durante varios días después de recibir los disparos. Este caso ha dejado una profunda cicatriz en la comunidad de Guápiles y en el OIJ, demostrando lo peligroso que puede ser enfrentarse al crimen organizado. Se siente la tensión en el ambiente, la gente está preocupada porque esto muestra lo lejos que hemos llegado, y qué tan fácil es contratar a alguien para hacer daño.
Ahora, todos estamos esperando ver qué les toca a estos personajes en la justicia. Ya están recluidos, pero aún tienen que enfrentar las audiencias de ley y demostrar su inocencia, aunque con todas estas pruebas, parece que va a ser complicado, chunches. Es importante que se haga justicia y que esto sirva de ejemplo para evitar que situaciones así vuelvan a ocurrir. La seguridad de nuestros funcionarios públicos debe ser una prioridad, y la impunidad no puede seguir siendo una opción.
Bueno, fijos, díganme ustedes: ¿Creen que este caso abrirá una puerta a desenmascarar otras estructuras criminales que operan en la costa caribeña? ¿O será simplemente un episodio aislado, un golpe puntual al OIJ? ¿Les preocupa la creciente ola de violencia en nuestras comunidades?
Todo empezó con una serie de allanamientos en el Caribe Norte, donde capturaron a seis sospechosos, incluyendo al presunto gatillero, conocido como ‘Gato’ Méndez Núñez. Este mae, según las investigaciones, le pegó rajones a Zamora en varias ocasiones. También cayó ‘Cotoño’, Castro Moya, que parece ser el cerebro operativo detrás de toda esta vaina, y varios más, todos metidos hasta el cuello en el tráfico de drogas en la zona.
Pero lo que realmente sacudió a todos fue descubrir que la hermana de ‘Gato’, la señora Méndez Núñez, era la encargada de recibir el pago por el trabajo sucio. ¡Imagínate la bronca! Una dama recogiendo la plata por matar a un hombre. Esto demuestra que la operación era más elaborada de lo que pensábamos, con roles bien definidos y una logística impecable, diay…
Según la Fiscalía, tras el ataque, la hermana del sicario se presentó en el lugar acordado y recogió el dinero. Además, encontraron pruebas de que otro sospechoso, Centeno Álvarez, le facilitó un abrigo a ‘Gato’ para que no lo reconocieran al escapar. Parecía una película de espías, pero esto pasó aquí, en Costa Rica, en nuestra propia casa, cholito…
Y no se quedan ahí las cosas. Las investigaciones apuntan a que todo este brete está conectado con Alejandro Arias Monge, alias ‘Diablo’, un viejo conocido del mundo del hampa que opera en la zona. Parece que Zamora estaba justo encima de este grupo, y su muerte fue una medida desesperada para frenar la investigación y proteger sus negocios ilícitos. ¡Qué poca pena!
Recordemos que Zamora murió el 4 de febrero, luego de luchar por su vida durante varios días después de recibir los disparos. Este caso ha dejado una profunda cicatriz en la comunidad de Guápiles y en el OIJ, demostrando lo peligroso que puede ser enfrentarse al crimen organizado. Se siente la tensión en el ambiente, la gente está preocupada porque esto muestra lo lejos que hemos llegado, y qué tan fácil es contratar a alguien para hacer daño.
Ahora, todos estamos esperando ver qué les toca a estos personajes en la justicia. Ya están recluidos, pero aún tienen que enfrentar las audiencias de ley y demostrar su inocencia, aunque con todas estas pruebas, parece que va a ser complicado, chunches. Es importante que se haga justicia y que esto sirva de ejemplo para evitar que situaciones así vuelvan a ocurrir. La seguridad de nuestros funcionarios públicos debe ser una prioridad, y la impunidad no puede seguir siendo una opción.
Bueno, fijos, díganme ustedes: ¿Creen que este caso abrirá una puerta a desenmascarar otras estructuras criminales que operan en la costa caribeña? ¿O será simplemente un episodio aislado, un golpe puntual al OIJ? ¿Les preocupa la creciente ola de violencia en nuestras comunidades?
