¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos viendo cómo le dan palazos a la seguridad del país y ahora Juan Carlos Hidalgo, el candidato socialcristiano, llega con una propuesta que parece sacada de película. Quiere vender el Banco de Costa Rica – sí, el BCR, ¡ese banco que nos pertenece a todos! – y legalizar la marihuanita para tener varitas mágicas que solucionen el problema de la violencia. Suena ambicioso, ¿eh?
La idea, presentada como parte de su plan de gobierno, busca crear un “Fondo de Seguridad Nacional” que estaría financiado con los ingresos de la venta del BCR y un impuesto especial sobre la producción y venta de cannabis recreativo. Además, promete meterle mano a la subejecución presupuestaria del Ministerio de Seguridad, buscando cachar esos dineros que se quedan sin usar. Seamos honestos, nadie quiere ver eso, pero bueno... el mae dice tener todo calculado.
Y no se crean que esto es todo, porque Hidalgo también quiere ponerle orden a la casa. Propone flexibilizar la famosa Regla Fiscal, un lío burocrático que limita cuánto pueden gastar los ministerios. Él dice que es necesaria una excepción para invertir en seguridad, pero prometiendo mantener el control general de las finanzas públicas. Entenderlo es medio brete, pero en resumen, quiere más plata para los polis, aunque tenga que romper algunas reglas.
¿Pero qué va a pasar con el dinero? Según el plan, todo irá directo al fortalecimiento de la seguridad: tecnología de punta para vigilar, centros de comando bien equipados, armamento moderno, chalecos antibalas para las zonas más peligrosas… Lo típico, vamos. También promete capacitar a los policías para que estén listos pa’ cualquier cosa, ya saben, para enfrentar a estos tipos que andan causando pena por todas partes. Por cierto, él mismo menciona elevar la fuerza pública a 20 mil efectivos, algo que suena bastante ambicioso considerando el contexto actual y los recursos disponibles, diay.
Además, Hidalgo quiere darle una transformación radical a la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), convirtiéndola en una especie de unidad de espías civiles, enfocándose en proteger la soberanía y la economía del país. También piensa cambiar el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) en una agencia anti-crimen organizada, dándole superpoderes investigativos y financieros. Parece que el mae quiere ir a matar al tigre en su propia cueva, ¿verdad?
Ahora, hablemos del sistema penitenciario. Hidalgo propone una reforma total para aislar a los jefes del narcotráfico, cortar la corrupción dentro de las cárceles y asegurarse de que los vándalos paguen por sus crímenes. Que le metan bala a la delincuencia, como dicen por ahí. No es fácil, porque la corrupción es como maleza, siempre encuentra la forma de crecer, pero ojalá esta vez sí tengan éxito en limpiarla.
Más allá de la seguridad, Hidalgo tiene otros planes interesantes: un programa llamado “Costa Rica Cuida” para facilitar el cuidado infantil, modernizar escuelas con ayuda privada, impulsar el bilingüismo y ofrecer programas de formación técnica. También quiere reducir los impuestos para empresas que contraten gente y simplificar los trámites burocráticos. En pocas palabras, el mae quiere ponerle turbo a la economía, pero con el ojo puesto en la seguridad, claro.
Con tantas propuestas, uno se queda pensando: ¿Será que Hidalgo realmente tiene la solución a nuestros problemas o simplemente está tratando de ganar votos con promesas vacías? Vender el BCR es una decisión controversial que podría generar un gran debate. La legalización de la marihuana, aunque popular entre algunos, enfrenta resistencia por otros lados. La pregunta entonces es: ¿Les dará a los ticos la tranquilidad que tanto anhelamos o será otro despiste que nos costará caro? ¿Ustedes creen que esta estrategia es viable, o estamos frente a otra jugada política sin sustento real?
La idea, presentada como parte de su plan de gobierno, busca crear un “Fondo de Seguridad Nacional” que estaría financiado con los ingresos de la venta del BCR y un impuesto especial sobre la producción y venta de cannabis recreativo. Además, promete meterle mano a la subejecución presupuestaria del Ministerio de Seguridad, buscando cachar esos dineros que se quedan sin usar. Seamos honestos, nadie quiere ver eso, pero bueno... el mae dice tener todo calculado.
Y no se crean que esto es todo, porque Hidalgo también quiere ponerle orden a la casa. Propone flexibilizar la famosa Regla Fiscal, un lío burocrático que limita cuánto pueden gastar los ministerios. Él dice que es necesaria una excepción para invertir en seguridad, pero prometiendo mantener el control general de las finanzas públicas. Entenderlo es medio brete, pero en resumen, quiere más plata para los polis, aunque tenga que romper algunas reglas.
¿Pero qué va a pasar con el dinero? Según el plan, todo irá directo al fortalecimiento de la seguridad: tecnología de punta para vigilar, centros de comando bien equipados, armamento moderno, chalecos antibalas para las zonas más peligrosas… Lo típico, vamos. También promete capacitar a los policías para que estén listos pa’ cualquier cosa, ya saben, para enfrentar a estos tipos que andan causando pena por todas partes. Por cierto, él mismo menciona elevar la fuerza pública a 20 mil efectivos, algo que suena bastante ambicioso considerando el contexto actual y los recursos disponibles, diay.
Además, Hidalgo quiere darle una transformación radical a la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), convirtiéndola en una especie de unidad de espías civiles, enfocándose en proteger la soberanía y la economía del país. También piensa cambiar el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) en una agencia anti-crimen organizada, dándole superpoderes investigativos y financieros. Parece que el mae quiere ir a matar al tigre en su propia cueva, ¿verdad?
Ahora, hablemos del sistema penitenciario. Hidalgo propone una reforma total para aislar a los jefes del narcotráfico, cortar la corrupción dentro de las cárceles y asegurarse de que los vándalos paguen por sus crímenes. Que le metan bala a la delincuencia, como dicen por ahí. No es fácil, porque la corrupción es como maleza, siempre encuentra la forma de crecer, pero ojalá esta vez sí tengan éxito en limpiarla.
Más allá de la seguridad, Hidalgo tiene otros planes interesantes: un programa llamado “Costa Rica Cuida” para facilitar el cuidado infantil, modernizar escuelas con ayuda privada, impulsar el bilingüismo y ofrecer programas de formación técnica. También quiere reducir los impuestos para empresas que contraten gente y simplificar los trámites burocráticos. En pocas palabras, el mae quiere ponerle turbo a la economía, pero con el ojo puesto en la seguridad, claro.
Con tantas propuestas, uno se queda pensando: ¿Será que Hidalgo realmente tiene la solución a nuestros problemas o simplemente está tratando de ganar votos con promesas vacías? Vender el BCR es una decisión controversial que podría generar un gran debate. La legalización de la marihuana, aunque popular entre algunos, enfrenta resistencia por otros lados. La pregunta entonces es: ¿Les dará a los ticos la tranquilidad que tanto anhelamos o será otro despiste que nos costará caro? ¿Ustedes creen que esta estrategia es viable, o estamos frente a otra jugada política sin sustento real?