¡Ay, Dios mío! Qué bronca la que se armó ayer en Corredores. La Policía de Migración agarró a un huele, un tipo hondureño anda diciendo que es panameño, pero ahí le salió la comezón. Lo pillaron en un Tracopa camino al norte, justo en medio de un control rutinario. Parece sacado de novela, ¡pero es la cruda realidad!
Según nos comentan desde Dirección General de Migración y Extranjería, el señor, que responde al nombre de Aguilar Barahona, estaba tratando de pasar inadvertido dentro del bus. Al parecer, quiso escabullirse entre los pasajeros como si nada, pero los oficiales son astutos y no se andan con rodeos. Uno piensa, '¿En qué estábamos pensando?', pero bueno, así es la vida.
Lo primero que hizo el tipo fue decir que era panameño, pero claro, sin documentos que lo respaldaran. Ahí ya encendieron todas las alarmas, porque aquí en Costa Rica uno no puede andar dando vueltas con esas cosas. Más encima, intentó hacer lío, lo que solo aumentó la sospecha de los polis. ¡Menudo personaje! Da gusto tenerlos acá, protegiendo nuestras fronteras, aunque a veces te agobian un poco.
Después de revisar en los sistemas policiales y migratorios, salió a relucir toda la historia: resulta que el mae sí es hondureño, tiene un historial criminal bastante movido allá en Estados Unidos, y encima, ¡tiene una prohibición de entrar a Costa Rica! Un combo completo, vamos. Además, se encontraba en condición migratoria irregular, lo que significa que no tenía permiso para estar por estos lados, ni para llorar, como decimos nosotros.
Ahora, el pobre diablo está recluido en el Centro de Aprehensión Región Central, en Heredia, esperando que le hagan el proceso de deportación. Total, la ley es la ley, y aquí no nos andamos con juegos. Ya saben, el país tiene sus normas y hay que respetarlas. Aunque, pensándolo bien, ¿quién no ha cometido algún resbalón en la vida?
Las autoridades migratorias han dicho que van a seguir reforzando los controles en carretera, especialmente en la zona sur, para evitar que entren más gente con esos problemas. Porque, miren, esto del ingreso irregular de personas con antecedentes es un tema delicado. No solo afecta la seguridad del país, sino también la economía y, en general, la tranquilidad de todos los ticos.
Y no es solamente este caso, muchachos. Hay muchos otros casos similares que pasan desapercibidos, pero que contribuyen a crear un ambiente de inseguridad. Por eso, es importante que sigamos apoyando a las fuerzas de seguridad y exigiendo que cumplan su labor. Este brete es más grande de lo que parece, y requiere de la colaboración de todos. Necesitamos mantener la calma y trabajar juntos para construir un país más seguro y próspero para nuestros hijos y nietos, ¿eh?
Con todo esto, me pregunto: ¿creemos que los controles migratorios en carretera deberían ser aún más estrictos, o estamos llegando a un punto en que limitamos excesivamente el derecho a la movilidad de las personas? Déjennos sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan al respecto!
Según nos comentan desde Dirección General de Migración y Extranjería, el señor, que responde al nombre de Aguilar Barahona, estaba tratando de pasar inadvertido dentro del bus. Al parecer, quiso escabullirse entre los pasajeros como si nada, pero los oficiales son astutos y no se andan con rodeos. Uno piensa, '¿En qué estábamos pensando?', pero bueno, así es la vida.
Lo primero que hizo el tipo fue decir que era panameño, pero claro, sin documentos que lo respaldaran. Ahí ya encendieron todas las alarmas, porque aquí en Costa Rica uno no puede andar dando vueltas con esas cosas. Más encima, intentó hacer lío, lo que solo aumentó la sospecha de los polis. ¡Menudo personaje! Da gusto tenerlos acá, protegiendo nuestras fronteras, aunque a veces te agobian un poco.
Después de revisar en los sistemas policiales y migratorios, salió a relucir toda la historia: resulta que el mae sí es hondureño, tiene un historial criminal bastante movido allá en Estados Unidos, y encima, ¡tiene una prohibición de entrar a Costa Rica! Un combo completo, vamos. Además, se encontraba en condición migratoria irregular, lo que significa que no tenía permiso para estar por estos lados, ni para llorar, como decimos nosotros.
Ahora, el pobre diablo está recluido en el Centro de Aprehensión Región Central, en Heredia, esperando que le hagan el proceso de deportación. Total, la ley es la ley, y aquí no nos andamos con juegos. Ya saben, el país tiene sus normas y hay que respetarlas. Aunque, pensándolo bien, ¿quién no ha cometido algún resbalón en la vida?
Las autoridades migratorias han dicho que van a seguir reforzando los controles en carretera, especialmente en la zona sur, para evitar que entren más gente con esos problemas. Porque, miren, esto del ingreso irregular de personas con antecedentes es un tema delicado. No solo afecta la seguridad del país, sino también la economía y, en general, la tranquilidad de todos los ticos.
Y no es solamente este caso, muchachos. Hay muchos otros casos similares que pasan desapercibidos, pero que contribuyen a crear un ambiente de inseguridad. Por eso, es importante que sigamos apoyando a las fuerzas de seguridad y exigiendo que cumplan su labor. Este brete es más grande de lo que parece, y requiere de la colaboración de todos. Necesitamos mantener la calma y trabajar juntos para construir un país más seguro y próspero para nuestros hijos y nietos, ¿eh?
Con todo esto, me pregunto: ¿creemos que los controles migratorios en carretera deberían ser aún más estrictos, o estamos llegando a un punto en que limitamos excesivamente el derecho a la movilidad de las personas? Déjennos sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan al respecto!
