¡Ay, Dios mío! La cosa está que arde en el ICE. Resulta que tras la aprobación de la Contraloría para licitar el 5G, los trabajadores se fueron a parar delante de la sede, pidiendo a gritos que le echen empeño y no anden con rodeos. Parece que la paciencia se les acabó, y con razón, pues la competencia privada no espera ni un segundo.
Como muchos saben, hace unos meses el ICE anunció que iba a lanzar la licitación para tener redes de quinta generación. Una movida que venía largamente esperada porque, seamos honestos, nuestro país ya va quedando un poquito atrás en temas de tecnología. Esa aprobación de la Contraloría, después de la pelea con Huawei, dio un respiro, pero ahora toca mover las fichas rápido, muy rápido.
Pero, ¿por qué tanto alboroto? Pues, según dicen los trabajadores, si el ICE tarda mucho más en implementar el 5G, la empresa privada nos va a dejar comiendo polvo. Ya están desplegando la tecnología y nosotros todavía andamos tratando de resolver papeleos. ¡Esto no puede seguir así!
Durante la manifestación, uno de los representantes sindicales soltó una frase que hizo eco entre todos: "Si el ICE no sale a competir con el 5G, que el último que salga que apague la luz y ponga el candado". Un mensaje claro y directo para la gerencia. No creo que exageren, compaes. Esto es serio.
El Sindicato Industrial de Trabajadores Eléctricos y Telecomunicaciones (SITE), que lideró la protesta, está preocupado por el futuro de los empleos. Argumentan que si el ICE pierde terreno frente a la competencia, van a empezar a despedir gente. Y eso, como bien sabemos, nadie quiere que pase. Nadie quiere quedarse sin brete.
La apuesta del ICE es utilizar la tecnología Open RAN, que básicamente permite mezclar componentes de diferentes proveedores. Eso, según explican, les da más flexibilidad y los prepara para integrar la inteligencia artificial, que ya está cambiando el mundo entero. Además, promete un servicio más accesible para todos los usuarios, lo cual sería una bendición para nuestros bolsillos.
Ahora, hay que entender que esto no es solo cuestión de velocidad de internet. El 5G abre un montón de posibilidades en áreas como la salud, la educación, la industria... Podríamos conectar sensores en hospitales, llevar clases virtuales a zonas remotas, automatizar fábricas… ¡Las oportunidades son infinitas! Pero para eso necesitamos infraestructura adecuada, y el ICE tiene que ponerse las pilas.
En fin, la pelota está en el tejado del ICE. Los trabajadores han dado su mensaje, el país lo necesita y la competencia nos presiona. Ahora la gran pregunta es: ¿lograrán los directivos superar las trabas burocráticas y poner en marcha el 5G antes de que sea demasiado tarde? ¿Será suficiente el modelo Open RAN para asegurar la competitividad del ICE a largo plazo, o veremos cómo la empresa estatal se va al traste por demoras administrativas?
Como muchos saben, hace unos meses el ICE anunció que iba a lanzar la licitación para tener redes de quinta generación. Una movida que venía largamente esperada porque, seamos honestos, nuestro país ya va quedando un poquito atrás en temas de tecnología. Esa aprobación de la Contraloría, después de la pelea con Huawei, dio un respiro, pero ahora toca mover las fichas rápido, muy rápido.
Pero, ¿por qué tanto alboroto? Pues, según dicen los trabajadores, si el ICE tarda mucho más en implementar el 5G, la empresa privada nos va a dejar comiendo polvo. Ya están desplegando la tecnología y nosotros todavía andamos tratando de resolver papeleos. ¡Esto no puede seguir así!
Durante la manifestación, uno de los representantes sindicales soltó una frase que hizo eco entre todos: "Si el ICE no sale a competir con el 5G, que el último que salga que apague la luz y ponga el candado". Un mensaje claro y directo para la gerencia. No creo que exageren, compaes. Esto es serio.
El Sindicato Industrial de Trabajadores Eléctricos y Telecomunicaciones (SITE), que lideró la protesta, está preocupado por el futuro de los empleos. Argumentan que si el ICE pierde terreno frente a la competencia, van a empezar a despedir gente. Y eso, como bien sabemos, nadie quiere que pase. Nadie quiere quedarse sin brete.
La apuesta del ICE es utilizar la tecnología Open RAN, que básicamente permite mezclar componentes de diferentes proveedores. Eso, según explican, les da más flexibilidad y los prepara para integrar la inteligencia artificial, que ya está cambiando el mundo entero. Además, promete un servicio más accesible para todos los usuarios, lo cual sería una bendición para nuestros bolsillos.
Ahora, hay que entender que esto no es solo cuestión de velocidad de internet. El 5G abre un montón de posibilidades en áreas como la salud, la educación, la industria... Podríamos conectar sensores en hospitales, llevar clases virtuales a zonas remotas, automatizar fábricas… ¡Las oportunidades son infinitas! Pero para eso necesitamos infraestructura adecuada, y el ICE tiene que ponerse las pilas.
En fin, la pelota está en el tejado del ICE. Los trabajadores han dado su mensaje, el país lo necesita y la competencia nos presiona. Ahora la gran pregunta es: ¿lograrán los directivos superar las trabas burocráticas y poner en marcha el 5G antes de que sea demasiado tarde? ¿Será suficiente el modelo Open RAN para asegurar la competitividad del ICE a largo plazo, o veremos cómo la empresa estatal se va al traste por demoras administrativas?