¡Ay, Dios mío, qué bronca nos metió Martínez con ese editorial! De verdad, a veces estos periodistas se superan, ¿eh? Pero bueno, dejando atrás la sorpresa inicial, ahora toca analizarlo todo porque Josué Quesada, nuestro querido Josué, no se quedó calladito y le puso pausa al asunto. Ya saben, el mae este siempre listo para soltar verdades como balazos, bien a la tica.
Todo empezó con un comentario inesperado del director de deportes de Teletica, Jorge Martínez, después de que Alajuela levantará la liga. En lugar de irse por el análisis técnico del juego, el señor Martínez dedicó unas palabras llenas de cariño y respeto al entrenador Óscar Ramírez, conocido cariñosamente como ‘el Machillo’. Un reconocimiento a su serenidad, a su humildad y a su capacidad para manejar el equipo sin gritos ni protagonismos. Lo cual, pa’ nosotros los que hemos visto tanta bronca en la cancha, suena casi a cuento de hadas, ¿verdad?
Y ahí es donde entró Quesada, fiel a su estilo en TD Más, echándole ojo a la jugada. Claro, el mae no aseguró que fuera una indirecta directa a alguien, pero tampoco se anduvo con rodeos para decir que hay una clara diferencia entre el enfoque de Ramírez y ciertos estilos de dirección que hemos visto últimamente. Digamos que, según Quesada, Martínez le estaba dando una patada hacia arriba al drama que a veces se vive en el fútbol nacional. Un respiro, vamos.
Según el análisis de Quesada, el mensaje de Martínez es como el polo opuesto de esos entrenadores que prefieren andar gritando, regañando y armando escándalos a construir un equipo sólido y unido. No digo nombres, pero todos sabemos a quiénes me refiero... ¿Verdad, maes? Especialmente, se nota esa vibra contraria a los tiempos del club herediano, donde el grito era ley y la disciplina, un arma de doble filo. Aunque, eh, eso sí, a veces dio resultados… pero a costa de mucho estrés, diay.
Ahora, Quesada no quiere que se le caiga la fama de ‘anti-Herediano’, por eso fue rápido en aclarar que todos los estilos tienen su valía. Que a veces el dramatismo funciona, que a veces el miedo da resultados. Pero insistió en que la forma de trabajar de Ramírez, basada en la calma, la comunicación y el trabajo en equipo, es una bocanada de aire fresco. Como cuando te comes una soda después de estar to' el día comiendo comida rápida, ¿me entienden?
La clave, según el comentarista, es que el éxito no pasa necesariamente por el ruido. Ramírez demostró que se puede llegar lejos apelando a la razón, al diálogo y a crear un ambiente de confianza en el vestuario. Pa’ algunos, esto puede sonar ingenuo, pero el resultado está ahí: Alajuela campeón y Ramírez con una sonrisa tranquila en la cara. Eso sí que es a cachete, mi gente.
Al final, toda esta discusión va más allá de Alajuela y Herediano, de colores y rivalidades. Nos invita a reflexionar sobre cómo se lidera en el fútbol costarricense, tanto dentro como fuera de la cancha. ¿Es necesario recurrir a la confrontación y el dramatismo para lograr objetivos? ¿O existe otra vía, más humana y cercana, que pueda dar mejores frutos a largo plazo? Esa es la gran interrogante que queda flotando en el aire después del análisis de Quesada y el comentario de Martínez.
Y hablando de eso, maes, díganme ustedes: ¿creen que el elogio de Martínez a Ramírez fue una indirecta disfrazada a otros entrenadores del país, o simplemente una apreciación sincera sobre un estilo de liderazgo diferente? ¿Se puede ganar campeonatos siendo tranquilo y sin meterse en polémicas, o el drama es un ingrediente indispensable para el éxito futbolístico?
Todo empezó con un comentario inesperado del director de deportes de Teletica, Jorge Martínez, después de que Alajuela levantará la liga. En lugar de irse por el análisis técnico del juego, el señor Martínez dedicó unas palabras llenas de cariño y respeto al entrenador Óscar Ramírez, conocido cariñosamente como ‘el Machillo’. Un reconocimiento a su serenidad, a su humildad y a su capacidad para manejar el equipo sin gritos ni protagonismos. Lo cual, pa’ nosotros los que hemos visto tanta bronca en la cancha, suena casi a cuento de hadas, ¿verdad?
Y ahí es donde entró Quesada, fiel a su estilo en TD Más, echándole ojo a la jugada. Claro, el mae no aseguró que fuera una indirecta directa a alguien, pero tampoco se anduvo con rodeos para decir que hay una clara diferencia entre el enfoque de Ramírez y ciertos estilos de dirección que hemos visto últimamente. Digamos que, según Quesada, Martínez le estaba dando una patada hacia arriba al drama que a veces se vive en el fútbol nacional. Un respiro, vamos.
Según el análisis de Quesada, el mensaje de Martínez es como el polo opuesto de esos entrenadores que prefieren andar gritando, regañando y armando escándalos a construir un equipo sólido y unido. No digo nombres, pero todos sabemos a quiénes me refiero... ¿Verdad, maes? Especialmente, se nota esa vibra contraria a los tiempos del club herediano, donde el grito era ley y la disciplina, un arma de doble filo. Aunque, eh, eso sí, a veces dio resultados… pero a costa de mucho estrés, diay.
Ahora, Quesada no quiere que se le caiga la fama de ‘anti-Herediano’, por eso fue rápido en aclarar que todos los estilos tienen su valía. Que a veces el dramatismo funciona, que a veces el miedo da resultados. Pero insistió en que la forma de trabajar de Ramírez, basada en la calma, la comunicación y el trabajo en equipo, es una bocanada de aire fresco. Como cuando te comes una soda después de estar to' el día comiendo comida rápida, ¿me entienden?
La clave, según el comentarista, es que el éxito no pasa necesariamente por el ruido. Ramírez demostró que se puede llegar lejos apelando a la razón, al diálogo y a crear un ambiente de confianza en el vestuario. Pa’ algunos, esto puede sonar ingenuo, pero el resultado está ahí: Alajuela campeón y Ramírez con una sonrisa tranquila en la cara. Eso sí que es a cachete, mi gente.
Al final, toda esta discusión va más allá de Alajuela y Herediano, de colores y rivalidades. Nos invita a reflexionar sobre cómo se lidera en el fútbol costarricense, tanto dentro como fuera de la cancha. ¿Es necesario recurrir a la confrontación y el dramatismo para lograr objetivos? ¿O existe otra vía, más humana y cercana, que pueda dar mejores frutos a largo plazo? Esa es la gran interrogante que queda flotando en el aire después del análisis de Quesada y el comentario de Martínez.
Y hablando de eso, maes, díganme ustedes: ¿creen que el elogio de Martínez a Ramírez fue una indirecta disfrazada a otros entrenadores del país, o simplemente una apreciación sincera sobre un estilo de liderazgo diferente? ¿Se puede ganar campeonatos siendo tranquilo y sin meterse en polémicas, o el drama es un ingrediente indispensable para el éxito futbolístico?
