Mae, la vara en la Asamblea Legislativa está que arde, y el 22 de setiembre se perfila como el clímax de esta temporada del polvorín político. La novela tiene un protagonista claro: el presidente Rodrigo Chaves. La trama: si le levantan o no la inmunidad para que se enfrente a un juicio por el supuesto delito de concusión. La Comisión Especial que vio el caso ya tiró la primera piedra con un informe que, en resumen, dice: "aquí hay carnita, el caso tiene seriedad y pruebas que lo respaldan". Ahora la bola de fuego está en el Plenario y la pregunta del millón es si lograrán juntar los 38 votos para que el presidente vaya a dar explicaciones a los Tribunales.
Hacer la mate es donde la cosa se pone buena. Liberación Nacional, la fracción más grande, está en ese modo clásico de "estamos analizando". El jefe de bancada, Óscar Izquierdo, básicamente dijo que están esperando a que la diputada Andrea Álvarez (presidenta de la comisión) les cante la pieza completa para tomar una decisión como grupo. Aunque Izquierdo admite que varios ya se inclinaron por el "sí" y ninguno por el "no", la procesión va por dentro. Si los 19 verdiblancos se alinean, ya tendrían la mitad del brete hecho y el camino a los 38 votos se pone color de hormiga para el oficialismo. Del lado del PUSC, la cosa no está tan clara; el diputado Alejandro Pacheco salió con la respuesta de manual: "vamos a esperar los informes". Sin embargo, ya hay fracturas visibles: Leslye Bojorges avisó que él votará en contra, y parece que no viene solo. Diay, un clásico arroz con mango donde cada quien jala para su lado.
Mientras tanto, los otros partidos miden el agua con el pie. El Liberal Progresista, por boca de Gilberto Campos, se las tira de analítico, diciendo que su principal preocupación era descartar una persecución política. Según él, ya con lo que vieron tienen un "panorama claro", pero igual, esperarán a leer los informes bien redactaditos. Es la jugada segura: no comprometerse del todo hasta ver el texto final, no vaya a ser que se jalen una torta. ¿Y Nueva República? Silencio de radio. Al cierre de la nota que inspiró este análisis, no habían dicho ni pío, como si la cosa no fuera con ellos. Un silencio que, en política, a veces dice más que mil palabras.
Pero si hay alguien que no está en silencio es la bancada oficialista. Pilar Cisneros, fiel a su estilo, salió con los tacos de frente a defender a su presidente y a respaldar el informe de minoría que pide, obviamente, no levantar la inmunidad. La jefa del oficialismo no se anduvo por las ramas y soltó tres cañonazos para justificar su postura. Primero: ¿cuál es el apuro si el propio fiscal dijo que no hay prisa? Para ella, todo esto es un "show político". Segundo: que no hay un solo pelo de prueba que conecte a Chaves con la orden de pedir plata. Y tercero: que el "testigo de la corona" es poco confiable porque mintió o en el Congreso o en la Fiscalía. En resumen, el oficialismo y sus aliados van a cerrar filas y a votar en bloque con un "no" rotundo. ¡Qué despiche se va a armar ese día!
Así que el escenario está montado para un encontronazo de proporciones épicas. Por un lado, una oposición fragmentada que necesita coordinarse como nunca para alcanzar la cifra mágica de 38. Por el otro, un oficialismo atrincherado y listo para dar la batalla mediática y legislativa. Más allá de si Chaves es culpable o inocente (eso le toca a un juez decidirlo), lo que veremos el 22 de setiembre es un ajedrez político de alto calibre, donde cada voto contará y cada ausencia se sentirá. La pregunta final va más allá del circo y los dimes y diretes. ¿Creen que esto es una jugada política para debilitar al presidente a mitad de período, o de verdad hay méritos suficientes para que enfrente un juicio como cualquier otro ciudadano? Abro el debate, maes: ¿Se juntan los 38 votos o el oficialismo logra capearse este temporal?
Hacer la mate es donde la cosa se pone buena. Liberación Nacional, la fracción más grande, está en ese modo clásico de "estamos analizando". El jefe de bancada, Óscar Izquierdo, básicamente dijo que están esperando a que la diputada Andrea Álvarez (presidenta de la comisión) les cante la pieza completa para tomar una decisión como grupo. Aunque Izquierdo admite que varios ya se inclinaron por el "sí" y ninguno por el "no", la procesión va por dentro. Si los 19 verdiblancos se alinean, ya tendrían la mitad del brete hecho y el camino a los 38 votos se pone color de hormiga para el oficialismo. Del lado del PUSC, la cosa no está tan clara; el diputado Alejandro Pacheco salió con la respuesta de manual: "vamos a esperar los informes". Sin embargo, ya hay fracturas visibles: Leslye Bojorges avisó que él votará en contra, y parece que no viene solo. Diay, un clásico arroz con mango donde cada quien jala para su lado.
Mientras tanto, los otros partidos miden el agua con el pie. El Liberal Progresista, por boca de Gilberto Campos, se las tira de analítico, diciendo que su principal preocupación era descartar una persecución política. Según él, ya con lo que vieron tienen un "panorama claro", pero igual, esperarán a leer los informes bien redactaditos. Es la jugada segura: no comprometerse del todo hasta ver el texto final, no vaya a ser que se jalen una torta. ¿Y Nueva República? Silencio de radio. Al cierre de la nota que inspiró este análisis, no habían dicho ni pío, como si la cosa no fuera con ellos. Un silencio que, en política, a veces dice más que mil palabras.
Pero si hay alguien que no está en silencio es la bancada oficialista. Pilar Cisneros, fiel a su estilo, salió con los tacos de frente a defender a su presidente y a respaldar el informe de minoría que pide, obviamente, no levantar la inmunidad. La jefa del oficialismo no se anduvo por las ramas y soltó tres cañonazos para justificar su postura. Primero: ¿cuál es el apuro si el propio fiscal dijo que no hay prisa? Para ella, todo esto es un "show político". Segundo: que no hay un solo pelo de prueba que conecte a Chaves con la orden de pedir plata. Y tercero: que el "testigo de la corona" es poco confiable porque mintió o en el Congreso o en la Fiscalía. En resumen, el oficialismo y sus aliados van a cerrar filas y a votar en bloque con un "no" rotundo. ¡Qué despiche se va a armar ese día!
Así que el escenario está montado para un encontronazo de proporciones épicas. Por un lado, una oposición fragmentada que necesita coordinarse como nunca para alcanzar la cifra mágica de 38. Por el otro, un oficialismo atrincherado y listo para dar la batalla mediática y legislativa. Más allá de si Chaves es culpable o inocente (eso le toca a un juez decidirlo), lo que veremos el 22 de setiembre es un ajedrez político de alto calibre, donde cada voto contará y cada ausencia se sentirá. La pregunta final va más allá del circo y los dimes y diretes. ¿Creen que esto es una jugada política para debilitar al presidente a mitad de período, o de verdad hay méritos suficientes para que enfrente un juicio como cualquier otro ciudadano? Abro el debate, maes: ¿Se juntan los 38 votos o el oficialismo logra capearse este temporal?