Diay, maes, ¿saben qué es más lento que una procesión de caracoles con reuma? El Plenario Legislativo discutiendo las famosas jornadas 4x3. En serio, la noticia de hoy es de esas que a uno le dan ganas de mandarse un café chorreado bien cargado y preguntarse en qué estamos. Resulta que esta mañana nuestros honorables padres de la patria se pusieron el uniforme de la ineficiencia y rompieron cuórum SEIS veces. ¡Seis! Con ese nivel de coordinación para no hacer nada, ya hubieran ganado un mundial. El resultado de tanto esfuerzo: avanzaron la increíble cantidad de 24 mociones de las más de 2,000 que tienen en fila. A ese paso, mis sobrinos se van a pensionar y estos maes van a seguir en la moción 1,500.
¡Y es que vaya despiche! La vara es que esto no es casualidad, es una estrategia tan vieja como el “ahorita te llamo”. El proyecto entró en vía rápida el 7 de julio, que en teoría era para agilizar la discusión. Pero ya sabemos cómo es la política tica: “vía rápida” a menudo significa “el atajo más largo y lleno de huecos”. Algunos diputados, claramente no muy fans de la idea de las 12 horas, están usando el reglamento para ponerle un freno de mano al asunto. Romper cuórum es el truco más fácil: si no hay 38 diputados sentados en su curul, simplemente no se puede votar. Y así, entre cafecitos y paseos por los pasillos, el reloj avanza y la agenda legislativa se queda más pegada que un chicle en la suela.
Pero como en toda buena novela, cuando el drama llega a su pico, aparece un giro en la trama. El PUSC, junto con el oficialismo y otros aliados, sacó una carta de debajo de la manga. La propuesta es simple en su concepto, pero un enredo en su ejecución: mandemos el proyecto actual a archivar, ¡al traste con él!, presentamos uno nuevito de paquete y lo mandamos a una comisión especial para que lo estudien con calma. La idea, según dicen, es desentrabar el plenario, que ahora mismo parece la platina en hora pico. Figuras como Alejandro Pacheco del PUSC y la infaltable Pilar Cisneros ya están moviendo los hilos, asegurando que tienen los votos de Nueva República, el PLP y hasta una parte del PLN. Quieren hacer la misma jugada que se hizo con el plan fiscal hace unos años.
Ahora, aquí es donde la cosa se pone interesante. ¿Es esta propuesta una jugada maestra para salvar la agenda del país o es simplemente una forma elegante de matar el proyecto original sin dejar huellas? Porque una vez que un proyecto se archiva y se manda a comisión, puede dormir el sueño de los justos por meses, o incluso años. Es el equivalente político a decir “lo vamos a ver” y nunca más tocar el tema. Por un lado, se entiende la frustración de tener todo el brete legislativo parado por un solo tema; por otro, huele a que los opositores al proyecto encontraron la excusa perfecta para patear la bola y que el tiempo haga lo suyo.
Al final del día, los que quedamos en el medio somos nosotros, viendo cómo se gastan millones en salarios para que la producción legislativa sea casi nula. El debate de fondo sobre si las jornadas 4x3 son buenas o malas para el país se pierde en medio de este teatro político. Mientras tanto, en el plenario quedan 2,057 mociones de fondo y otras 2,564 de revisión. La montaña de papel sigue creciendo y la voluntad de trabajar, parece que no. Maes, ahora en serio, ¿ustedes qué piensan de esta jugada del PUSC? ¿Es una salida inteligente para desentrabar el plenario o es solo una excusa para que el proyecto original muera en el camino? ¿O será que ya todo este tema de las 4x3 está salado?
¡Y es que vaya despiche! La vara es que esto no es casualidad, es una estrategia tan vieja como el “ahorita te llamo”. El proyecto entró en vía rápida el 7 de julio, que en teoría era para agilizar la discusión. Pero ya sabemos cómo es la política tica: “vía rápida” a menudo significa “el atajo más largo y lleno de huecos”. Algunos diputados, claramente no muy fans de la idea de las 12 horas, están usando el reglamento para ponerle un freno de mano al asunto. Romper cuórum es el truco más fácil: si no hay 38 diputados sentados en su curul, simplemente no se puede votar. Y así, entre cafecitos y paseos por los pasillos, el reloj avanza y la agenda legislativa se queda más pegada que un chicle en la suela.
Pero como en toda buena novela, cuando el drama llega a su pico, aparece un giro en la trama. El PUSC, junto con el oficialismo y otros aliados, sacó una carta de debajo de la manga. La propuesta es simple en su concepto, pero un enredo en su ejecución: mandemos el proyecto actual a archivar, ¡al traste con él!, presentamos uno nuevito de paquete y lo mandamos a una comisión especial para que lo estudien con calma. La idea, según dicen, es desentrabar el plenario, que ahora mismo parece la platina en hora pico. Figuras como Alejandro Pacheco del PUSC y la infaltable Pilar Cisneros ya están moviendo los hilos, asegurando que tienen los votos de Nueva República, el PLP y hasta una parte del PLN. Quieren hacer la misma jugada que se hizo con el plan fiscal hace unos años.
Ahora, aquí es donde la cosa se pone interesante. ¿Es esta propuesta una jugada maestra para salvar la agenda del país o es simplemente una forma elegante de matar el proyecto original sin dejar huellas? Porque una vez que un proyecto se archiva y se manda a comisión, puede dormir el sueño de los justos por meses, o incluso años. Es el equivalente político a decir “lo vamos a ver” y nunca más tocar el tema. Por un lado, se entiende la frustración de tener todo el brete legislativo parado por un solo tema; por otro, huele a que los opositores al proyecto encontraron la excusa perfecta para patear la bola y que el tiempo haga lo suyo.
Al final del día, los que quedamos en el medio somos nosotros, viendo cómo se gastan millones en salarios para que la producción legislativa sea casi nula. El debate de fondo sobre si las jornadas 4x3 son buenas o malas para el país se pierde en medio de este teatro político. Mientras tanto, en el plenario quedan 2,057 mociones de fondo y otras 2,564 de revisión. La montaña de papel sigue creciendo y la voluntad de trabajar, parece que no. Maes, ahora en serio, ¿ustedes qué piensan de esta jugada del PUSC? ¿Es una salida inteligente para desentrabar el plenario o es solo una excusa para que el proyecto original muera en el camino? ¿O será que ya todo este tema de las 4x3 está salado?
