¡Dey! Imagínate esto: Costa Rica, un país chiquito pero con ambiciones gigantescas, acaba de recibir un upgrade descomunal en sus comunicaciones internacionales. El ICE, por medio de Kölbi, recibió oficialmente el cable submarino TAM-1, una vaina que suena a ciencia ficción pero que básicamente significa que nuestra internet va a volar, ¡y vaya que la necesitamos!
Para los que no estén al tanto, este cable TAM-1 no es ningún chunche cualquiera. Son 7.000 kilómetros recorriendo el lecho marino, conectando a Estados Unidos con el Caribe, Centroamérica y Sudamérica. Piensa que ahora podemos intercambiar información a la velocidad de la luz, literal. Antes éramos como un carro viejo tratando de correr carreras de Fórmula 1, y ahora tenemos un cohete listo para despegar.
Y no me hagan hablar de la diferencia en velocidad. Según cuentan desde el ICE, Kölbi multiplicará sus capacidades de conectividad internacional ¡por 23 veces! Sí, lo leíste bien. Veinte y tres veces más rápido. Esto significa adiós buffering viendo Netflix, adiós retrasos jugando Fortnite y hola a videoconferencias que realmente parecen que estás en la misma habitación que la otra persona.
Leda Acevedo, la jefa de Telecomunicaciones del ICE, lo puso claro: “Esta vaina marca un antes y un después”. No es exageración, mae. Este cable no solo nos da velocidad, sino también estabilidad y confiabilidad. Ya saben, esas cosas que te hacen querer tirar el celular contra la pared cuando la conexión falla en el peor momento.
Pero ojo, esto no es solo para nosotros, los usuarios domésticos. Las empresas también se benefician. Podrán transmitir datos más rápido, realizar transacciones online de forma segura y mejorar la eficiencia de sus operaciones. En resumen, la economía tica se dará un respiro gracias a esto.
Todo esto forma parte de una estrategia más grande del ICE para modernizar nuestras telecomunicaciones. Le siguen los pies al talón a otras inversiones como la mejora de la red de transporte, la expansión de la fibra óptica y el despliegue del 5G. Quieren asegurarnos que tengamos acceso a servicios de comunicación modernos, accesibles y de alta calidad. Que no se les escape ni una, ¿eh?
El cable TAM-1 viene equipado con 24 pares de fibra óptica y una capacidad escalable de hasta 18 terabits por segundo. Si eso no suena impresionante, no sé qué sí lo hará. Permite menor latencia, mayor velocidad y, crucialmente, estabilidad. Todo eso que valoramos cuando estamos haciendo videollamadas con la familia o buscando vuelos baratos a Cancún.
Ahora bien, con toda esta tecnología punta llegando a Costa Rica, me pregunto: ¿Crees que el gobierno debería invertir aún más en educación digital para que todos podamos aprovechar al máximo estas nuevas herramientas y evitar que se convierta en una brecha tecnológica más grande entre ricos y pobres? ¡Déjanos tus comentarios abajo!
Para los que no estén al tanto, este cable TAM-1 no es ningún chunche cualquiera. Son 7.000 kilómetros recorriendo el lecho marino, conectando a Estados Unidos con el Caribe, Centroamérica y Sudamérica. Piensa que ahora podemos intercambiar información a la velocidad de la luz, literal. Antes éramos como un carro viejo tratando de correr carreras de Fórmula 1, y ahora tenemos un cohete listo para despegar.
Y no me hagan hablar de la diferencia en velocidad. Según cuentan desde el ICE, Kölbi multiplicará sus capacidades de conectividad internacional ¡por 23 veces! Sí, lo leíste bien. Veinte y tres veces más rápido. Esto significa adiós buffering viendo Netflix, adiós retrasos jugando Fortnite y hola a videoconferencias que realmente parecen que estás en la misma habitación que la otra persona.
Leda Acevedo, la jefa de Telecomunicaciones del ICE, lo puso claro: “Esta vaina marca un antes y un después”. No es exageración, mae. Este cable no solo nos da velocidad, sino también estabilidad y confiabilidad. Ya saben, esas cosas que te hacen querer tirar el celular contra la pared cuando la conexión falla en el peor momento.
Pero ojo, esto no es solo para nosotros, los usuarios domésticos. Las empresas también se benefician. Podrán transmitir datos más rápido, realizar transacciones online de forma segura y mejorar la eficiencia de sus operaciones. En resumen, la economía tica se dará un respiro gracias a esto.
Todo esto forma parte de una estrategia más grande del ICE para modernizar nuestras telecomunicaciones. Le siguen los pies al talón a otras inversiones como la mejora de la red de transporte, la expansión de la fibra óptica y el despliegue del 5G. Quieren asegurarnos que tengamos acceso a servicios de comunicación modernos, accesibles y de alta calidad. Que no se les escape ni una, ¿eh?
El cable TAM-1 viene equipado con 24 pares de fibra óptica y una capacidad escalable de hasta 18 terabits por segundo. Si eso no suena impresionante, no sé qué sí lo hará. Permite menor latencia, mayor velocidad y, crucialmente, estabilidad. Todo eso que valoramos cuando estamos haciendo videollamadas con la familia o buscando vuelos baratos a Cancún.
Ahora bien, con toda esta tecnología punta llegando a Costa Rica, me pregunto: ¿Crees que el gobierno debería invertir aún más en educación digital para que todos podamos aprovechar al máximo estas nuevas herramientas y evitar que se convierta en una brecha tecnológica más grande entre ricos y pobres? ¡Déjanos tus comentarios abajo!