¡Ay, patético! Esta vainera nos tiene a todos consternados. La familia Cuadra está buscando desesperadamente a don Juan Carlos, un señor de 70 años que desapareció el 11 de diciembre. Parece sacado de novela, pero así es la vida, ¿no?
Don Juan Carlos, quien padece demencia senil, salió de su casa y nunca regresó. Su hijo, Maikol Cuadra, nos cuenta que la familia ha estado batallando para conseguirle un cupo en un asilo a través del CONAPAM, pero estaban en una lista de espera larga, una verdadera torta. Imagínate, un hombre con esta condición esperando meses por atención... qué sal!
La Fuerza Pública lo encontró un rato después e incluso lograron ingresarlo temporalmente a un centro de ancianos en Alajuela. Pero ahí vino el problemón: el pobre hombre no quería quedarse allí y se fue, firmando una salida voluntaria. Parece mentira, pero según CONAPAM, como no tenían un dictamen médico que avalara retenerlo, no pudieron hacer nada. ¡Qué cosas!
Y aquí viene el brete: desde entonces, nadie sabe dónde anda don Juan Carlos. Se rumora que alguien lo vio en Santa Bárbara de Heredia, así que la familia sigue buscándolo como loca. Han puesto números de teléfono para que la gente les avise si tienen alguna pista. Realmente, da tristeza ver cómo sufren estos señores, especialmente cuando ya no pueden defenderse solos.
Este caso pone en evidencia varios problemas que tenemos aquí en Costa Rica. Primero, la lentitud burocrática del CONAPAM, que deja a personas vulnerables como don Juan Carlos en situaciones de riesgo. Segundo, la falta de recursos y personal para atender adecuadamente a nuestros adultos mayores. Tercero, la necesidad de sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar a nuestros abuelos.
No es fácil para la familia vivir estas horas de angustia. Ya no saben qué más hacer, aparte de pedirle a Dios y a la buena gente que colaboren con información. Han ofrecido recompensas modestas, pero lo importante es que don Juan Carlos regrese sano y salvo a su hogar. Qué carga tener que pasar por esto, imagínate la angustia que sienten día y noche.
Nosotros, aquí en Diario Extra, les brindamos nuestro mayor apoyo a la familia Cuadra y hacemos un llamado a todas las autoridades competentes para que agilicen la búsqueda de don Juan Carlos. Que este caso sirva de ejemplo para mejorar la atención a nuestros adultos mayores y evitar que otras familias tengan que sufrir esta pesadilla. Verlos tan preocupados da escalofríos, pura pena.
La familia necesita nuestra ayuda. ¿Ustedes creen que el Estado debería intervenir de forma más contundente en casos como este, priorizando la protección de las personas con demencia senil, incluso si eso implica tomar medidas más estrictas contra su voluntad, siempre bajo supervisión médica y legal? Déjenos sus opiniones en los comentarios, necesitamos debatir esto urgentemente.
Don Juan Carlos, quien padece demencia senil, salió de su casa y nunca regresó. Su hijo, Maikol Cuadra, nos cuenta que la familia ha estado batallando para conseguirle un cupo en un asilo a través del CONAPAM, pero estaban en una lista de espera larga, una verdadera torta. Imagínate, un hombre con esta condición esperando meses por atención... qué sal!
La Fuerza Pública lo encontró un rato después e incluso lograron ingresarlo temporalmente a un centro de ancianos en Alajuela. Pero ahí vino el problemón: el pobre hombre no quería quedarse allí y se fue, firmando una salida voluntaria. Parece mentira, pero según CONAPAM, como no tenían un dictamen médico que avalara retenerlo, no pudieron hacer nada. ¡Qué cosas!
Y aquí viene el brete: desde entonces, nadie sabe dónde anda don Juan Carlos. Se rumora que alguien lo vio en Santa Bárbara de Heredia, así que la familia sigue buscándolo como loca. Han puesto números de teléfono para que la gente les avise si tienen alguna pista. Realmente, da tristeza ver cómo sufren estos señores, especialmente cuando ya no pueden defenderse solos.
Este caso pone en evidencia varios problemas que tenemos aquí en Costa Rica. Primero, la lentitud burocrática del CONAPAM, que deja a personas vulnerables como don Juan Carlos en situaciones de riesgo. Segundo, la falta de recursos y personal para atender adecuadamente a nuestros adultos mayores. Tercero, la necesidad de sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar a nuestros abuelos.
No es fácil para la familia vivir estas horas de angustia. Ya no saben qué más hacer, aparte de pedirle a Dios y a la buena gente que colaboren con información. Han ofrecido recompensas modestas, pero lo importante es que don Juan Carlos regrese sano y salvo a su hogar. Qué carga tener que pasar por esto, imagínate la angustia que sienten día y noche.
Nosotros, aquí en Diario Extra, les brindamos nuestro mayor apoyo a la familia Cuadra y hacemos un llamado a todas las autoridades competentes para que agilicen la búsqueda de don Juan Carlos. Que este caso sirva de ejemplo para mejorar la atención a nuestros adultos mayores y evitar que otras familias tengan que sufrir esta pesadilla. Verlos tan preocupados da escalofríos, pura pena.
La familia necesita nuestra ayuda. ¿Ustedes creen que el Estado debería intervenir de forma más contundente en casos como este, priorizando la protección de las personas con demencia senil, incluso si eso implica tomar medidas más estrictas contra su voluntad, siempre bajo supervisión médica y legal? Déjenos sus opiniones en los comentarios, necesitamos debatir esto urgentemente.