Maes, hay gente que de verdad cree que la frontera norte es tierra de nadie. Como que pueden montar su propio "emprendimiento" de pasar gente por puntos ciegos y que aquí no pasa nada. Diay no, la cosa no es así, y la Policía de Fronteras se ha encargado de recordárselo a un par de avivatos en Los Chiles. La presión en la zona de Tablillas está que arde, y en menos de tres días, dos presuntos coyotes vieron cómo su negocio se les vino abajo, demostrando que intentar jugar de listos en el cordón fronterizo es una pésima idea.
Imagínense la escena del primer caso, el sábado pasado. Un sujeto de apellido Robles, que para colmo de males está en el país con un estatus migratorio irregular, se le ocurre la "brillante" idea de cobrarle 10 rojitos (léase, 10.000 colones) a dos compatriotas para hacerles el tour por un paso ilegal y devolverlos a Nicaragua. ¡Diez mil colones! Por ese servicio VIP, el mae se jaló una torta monumental. Los oficiales fronterizos lo pescaron con las manos en la masa, guiando a las dos personas por un trillo. El intento de ganarse unos cuantos pesos fáciles lo va a tener, muy probablemente, comiendo gallo pinto del estado por un buen rato.
Y si creían que ahí terminaba la vara, ¡para nada! El lunes por la mañana, apenas dos días después, la historia se repitió con otro personaje. Un residente nicaragüense de apellido Sandoval fue sorprendido haciendo exactamente lo mismo, pero esta vez con un grupo de cuatro personas. El reporte oficial dice que le pagaron una suma "no especificada", pero seamos honestos, el modus operandi es el mismo: aprovecharse de la necesidad para violar la ley. Es evidente que estos tipos pensaban que la vigilancia era un juego. ¡Qué despiche tienen montado en esa zona, creyendo que pueden operar con total impunidad!
Ahora, a los dos "empresarios" se les fue el plan completamente al traste. Ya están a la orden de la Fiscalía de Los Chiles, y no es para tomarse un cafecito, precisamente. Les están abriendo una causa por el presunto delito de tráfico ilícito de personas, y la broma les puede costar entre 2 y 6 años de sombra. Pero ojo, que si el juez considera que hubo agravantes, la pena puede subir hasta los 8 años de prisión. ¡Salados! Por su parte, los migrantes que intentaban cruzar fueron presentados como testigos y luego entregados a Migración para ser devueltos a su país. Un círculo vicioso y sumamente triste, la verdad.
Lo más impactante no son solo estos dos casos, sino la tendencia. Con estas nuevas detenciones, ya van 19 personas arrestadas por el mismo brete ilegal en el cantón de Los Chiles en lo que va del año. Diecinueve. Eso te dice dos cosas: primero, que la Policía de Fronteras no está jugando y el operativo de vigilancia es constante y en serio. Y segundo, que el "negocio", por más riesgoso y nefasto que sea, sigue siendo una tentación para muchos. Es una lucha de nunca acabar en una de las fronteras más porosas y complicadas que tenemos. Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Creen que con más policías y penas más duras se soluciona esta vara de fondo? ¿O el problema es mucho más profundo y estamos solo tapando el sol con un dedo? ¡Los leo!
Imagínense la escena del primer caso, el sábado pasado. Un sujeto de apellido Robles, que para colmo de males está en el país con un estatus migratorio irregular, se le ocurre la "brillante" idea de cobrarle 10 rojitos (léase, 10.000 colones) a dos compatriotas para hacerles el tour por un paso ilegal y devolverlos a Nicaragua. ¡Diez mil colones! Por ese servicio VIP, el mae se jaló una torta monumental. Los oficiales fronterizos lo pescaron con las manos en la masa, guiando a las dos personas por un trillo. El intento de ganarse unos cuantos pesos fáciles lo va a tener, muy probablemente, comiendo gallo pinto del estado por un buen rato.
Y si creían que ahí terminaba la vara, ¡para nada! El lunes por la mañana, apenas dos días después, la historia se repitió con otro personaje. Un residente nicaragüense de apellido Sandoval fue sorprendido haciendo exactamente lo mismo, pero esta vez con un grupo de cuatro personas. El reporte oficial dice que le pagaron una suma "no especificada", pero seamos honestos, el modus operandi es el mismo: aprovecharse de la necesidad para violar la ley. Es evidente que estos tipos pensaban que la vigilancia era un juego. ¡Qué despiche tienen montado en esa zona, creyendo que pueden operar con total impunidad!
Ahora, a los dos "empresarios" se les fue el plan completamente al traste. Ya están a la orden de la Fiscalía de Los Chiles, y no es para tomarse un cafecito, precisamente. Les están abriendo una causa por el presunto delito de tráfico ilícito de personas, y la broma les puede costar entre 2 y 6 años de sombra. Pero ojo, que si el juez considera que hubo agravantes, la pena puede subir hasta los 8 años de prisión. ¡Salados! Por su parte, los migrantes que intentaban cruzar fueron presentados como testigos y luego entregados a Migración para ser devueltos a su país. Un círculo vicioso y sumamente triste, la verdad.
Lo más impactante no son solo estos dos casos, sino la tendencia. Con estas nuevas detenciones, ya van 19 personas arrestadas por el mismo brete ilegal en el cantón de Los Chiles en lo que va del año. Diecinueve. Eso te dice dos cosas: primero, que la Policía de Fronteras no está jugando y el operativo de vigilancia es constante y en serio. Y segundo, que el "negocio", por más riesgoso y nefasto que sea, sigue siendo una tentación para muchos. Es una lucha de nunca acabar en una de las fronteras más porosas y complicadas que tenemos. Ahora les pregunto a ustedes, maes: ¿Creen que con más policías y penas más duras se soluciona esta vara de fondo? ¿O el problema es mucho más profundo y estamos solo tapando el sol con un dedo? ¡Los leo!