Maes, si andan buscando el próximo novelón nacional, dejen de ver repeticiones y pónganle atención a Cuesta de Moras, porque la cosa se puso color de hormiga. La vara del levantamiento de la inmunidad del presidente Rodrigo Chaves está entrando en su capítulo más tenso y, honestamente, esto tiene todos los ingredientes para convertirse en un despiche de proporciones épicas. Olvídense del fútbol por un momento, porque el verdadero campeonato se está jugando en el Plenario y los equipos ya están calentando en la cancha. La pregunta que flota en el aire es densa: ¿veremos a un presidente en funciones enfrentar un proceso judicial sin el escudo del fuero? La respuesta empieza a cocinarse este mismo viernes, y huele a puro conflicto.
Para los que andan un poco perdidos, les hago el resumen ejecutivo. Hay una comisión especial de tres diputados, con la liberacionista Andrea Álvarez a la cabeza, que tiene el brete de analizar el asunto y soltar una recomendación. Este viernes se sientan a votar si le dicen al resto de los 54 diputados: "Mae, sí, quítenle la inmunidad" o si por el contrario dicen "No, todo bien, que siga la fiesta". Tienen hasta el 8 de setiembre para entregar el informe final con todos los detalles y justificaciones. O sea, no es una decisión a la ligera, es un trabajo que definirá el rumbo de una discusión histórica en el país. La presión sobre esos tres nombres debe ser una cosa de locos, sabiendo que lo que decidan será la chispa que encienda la pradera.
Pero esperen, que ahí no termina la película. El plato fuerte viene después. El presidente del Congreso, Rodrigo Arias, ya hasta puso fecha para el gran show en el Plenario: el lunes 22 de setiembre. Ese día, el informe de la comisión se discutirá con todo el mundo presente. Y aquí viene el giro tuanis: el presidente Chaves tiene derecho a personarse en la sesión y usar 30 minutos para defenderse. ¡Media hora de micrófono abierto! Me imagino la escena, con Chaves en el podio, discurso en mano, defendiendo su caso frente a los que quieren verlo sin inmunidad. Si ese lunes por alguna razón el presi no puede, ya tienen agendados el martes 23 o miércoles 24. No hay quite. La confrontación es inminente y va a ser transmitida en cadena nacional, para que nadie se pierda el espectáculo.
Diay, y es que más allá del morbo político, esta vara es increíblemente seria. Lo que está en juego es un pulso de poderes que no veíamos en mucho tiempo. Por un lado, está el argumento de que nadie, ni el presidente, puede estar por encima de la ley y que las investigaciones deben seguir su curso sin obstáculos. Por el otro, resuena el grito de "persecución política", la idea de que esto es un circo montado por la oposición para desestabilizar al gobierno. Lo que es un hecho es que, sea cual sea el resultado, el país ya está polarizado. El que salga de este round va a salir golpeado, y el que pierda va a quedar bien salado. Mientras tanto, un montón de proyectos de ley que de verdad le urgen al país siguen acumulando polvo en un escritorio.
Así que la pregunta del millón queda servida en la mesa del foro, compas. Este viernes es el primer round, el campanazo inicial, pero la pelea de fondo se perfila para ser larga y desgastante para todos. ¿Ustedes de qué lado mascan la iguana? ¿Creen que esto es un ejercicio necesario de rendición de cuentas y justicia, o lo ven más como una jugada política para sacar del camino a un adversario? Y más importante aún, ¿creen que nuestra institucionalidad está lo suficientemente fuerte para aguantar un golpe de este calibre sin que todo se vaya al traste? ¡Abro el debate, los leo en los comentarios!
Para los que andan un poco perdidos, les hago el resumen ejecutivo. Hay una comisión especial de tres diputados, con la liberacionista Andrea Álvarez a la cabeza, que tiene el brete de analizar el asunto y soltar una recomendación. Este viernes se sientan a votar si le dicen al resto de los 54 diputados: "Mae, sí, quítenle la inmunidad" o si por el contrario dicen "No, todo bien, que siga la fiesta". Tienen hasta el 8 de setiembre para entregar el informe final con todos los detalles y justificaciones. O sea, no es una decisión a la ligera, es un trabajo que definirá el rumbo de una discusión histórica en el país. La presión sobre esos tres nombres debe ser una cosa de locos, sabiendo que lo que decidan será la chispa que encienda la pradera.
Pero esperen, que ahí no termina la película. El plato fuerte viene después. El presidente del Congreso, Rodrigo Arias, ya hasta puso fecha para el gran show en el Plenario: el lunes 22 de setiembre. Ese día, el informe de la comisión se discutirá con todo el mundo presente. Y aquí viene el giro tuanis: el presidente Chaves tiene derecho a personarse en la sesión y usar 30 minutos para defenderse. ¡Media hora de micrófono abierto! Me imagino la escena, con Chaves en el podio, discurso en mano, defendiendo su caso frente a los que quieren verlo sin inmunidad. Si ese lunes por alguna razón el presi no puede, ya tienen agendados el martes 23 o miércoles 24. No hay quite. La confrontación es inminente y va a ser transmitida en cadena nacional, para que nadie se pierda el espectáculo.
Diay, y es que más allá del morbo político, esta vara es increíblemente seria. Lo que está en juego es un pulso de poderes que no veíamos en mucho tiempo. Por un lado, está el argumento de que nadie, ni el presidente, puede estar por encima de la ley y que las investigaciones deben seguir su curso sin obstáculos. Por el otro, resuena el grito de "persecución política", la idea de que esto es un circo montado por la oposición para desestabilizar al gobierno. Lo que es un hecho es que, sea cual sea el resultado, el país ya está polarizado. El que salga de este round va a salir golpeado, y el que pierda va a quedar bien salado. Mientras tanto, un montón de proyectos de ley que de verdad le urgen al país siguen acumulando polvo en un escritorio.
Así que la pregunta del millón queda servida en la mesa del foro, compas. Este viernes es el primer round, el campanazo inicial, pero la pelea de fondo se perfila para ser larga y desgastante para todos. ¿Ustedes de qué lado mascan la iguana? ¿Creen que esto es un ejercicio necesario de rendición de cuentas y justicia, o lo ven más como una jugada política para sacar del camino a un adversario? Y más importante aún, ¿creen que nuestra institucionalidad está lo suficientemente fuerte para aguantar un golpe de este calibre sin que todo se vaya al traste? ¡Abro el debate, los leo en los comentarios!