El proceso de licitación para el despliegue de la red 5G en Costa Rica representa un avance crucial hacia la modernización de las telecomunicaciones en el país. La participación de grandes operadores como Claro y Liberty, junto con cooperativas regionales como COOPEALFARORUIZ y COOPESANTOS, ofrece una oportunidad única para diversificar la infraestructura y cerrar la brecha digital en zonas rurales.
Sin embargo, el éxito de este proyecto no dependerá solo de la tecnología, sino de la capacidad de los nuevos concesionarios para gestionar eficientemente el espectro y garantizar servicios accesibles y de calidad para todos. Será fundamental que la Sutel ejerza una supervisión estricta para evitar que el beneficio de esta transformación digital se concentre únicamente en los grandes operadores.
En definitiva, este proceso no solo marca un hito en la evolución tecnológica del país, sino que también plantea el desafío de asegurar una conectividad inclusiva, que priorice tanto la competitividad del mercado como el bienestar de la población costarricense.