Maes, ¿vieron la última del FEES? Después de la novela que fue la negociación con el Gobierno para conseguir un aumento, que al final quedó en un módico 1%, ahora viene el segundo round: ver cómo se reparte esa platica entre las universidades públicas. Y bueno, como era de esperarse, el CONARE ya se sentó a ponerle el cascabel al gato y la noticia que salió de CRHoy ayer en la noche deja claro por dónde va la vara.
El asunto es que ese 1% extra suena a poco, pero en plata son ₡5.421 millones. Un buen pico. El acuerdo de los rectores, en resumen, es que la Universidad de Costa Rica (UCR) se va a llevar la tajada más grande del queque, con ₡2.268 millones. Eso es casi un 42% del aumento total. A ver, no es que uno se caiga de la silla de la sorpresa; la UCR es un monstruo, la más grande y con más estudiantes. Es lógico que necesite más harina. Pero aquí es donde la cosa se pone interesante para el análisis y el debate.
El verdadero gallo pinto de esta discusión no es si la UCR merece o no esa plata, sino si este modelo de repartición, que parece casi una fórmula matemática basada en el tamaño, es realmente el más estratégico para el país. Diay, ¿qué pasa con el TEC, la UNA, la UNED y la UTN? Ellos también tienen proyectos de investigación importantísimos, necesidades de infraestructura urgentes y carreras que son clave para el desarrollo en zonas fuera del GAM. Ese 58% restante se tiene que dividir entre cuatro, y aunque no tenemos el desglose exacto todavía, es obvio que sus porciones van a ser considerablemente más pequeñas. La pregunta del millón es si esa plata les va a alcanzar para algo más que tapar huecos.
Lo que me llama la atención del comunicado es que los mismos rectores acordaron tener una "sesión ampliada" para "iniciar el diálogo" sobre la distribución interna. Eso me suena a que, aunque ya hay un acuerdo marco, el brete de verdad apenas comienza. Es como si hubieran decidido quién se come el primer pedazo del pastel, pero todavía no saben cómo van a picar el resto. Es en esas discusiones a puerta cerrada donde se va a definir si se financia un nuevo laboratorio en el TEC, si la UNED puede fortalecer su plataforma virtual o si la UTN puede abrir una nueva sede regional. Ese es el verdadero impacto en la gente.
Al final, esta noticia es un reflejo de un debate mucho más profundo sobre el futuro de la educación superior pública. No se trata solo de repartir un presupuesto; se trata de decidir qué áreas estratégicas queremos impulsar como país. ¿Le seguimos metiendo la mayor parte de la inversión al gigante, esperando que su inercia nos jale a todos, o empezamos a diversificar más agresivamente la inversión para potenciar las fortalezas específicas de cada universidad? Es una decisión compleja, y me imagino que en esa mesa de CONARE no debe ser nada fácil.
Así que abro el debate, maes: Más allá de los números fríos, ¿creen que esta repartición del FEES es equitativa y responde a las necesidades reales de TODAS las U públicas, o es un simple "copy-paste" de años anteriores donde la UCR siempre lleva la ventaja? ¿Qué harían ustedes con esa plata? Los leo.
El asunto es que ese 1% extra suena a poco, pero en plata son ₡5.421 millones. Un buen pico. El acuerdo de los rectores, en resumen, es que la Universidad de Costa Rica (UCR) se va a llevar la tajada más grande del queque, con ₡2.268 millones. Eso es casi un 42% del aumento total. A ver, no es que uno se caiga de la silla de la sorpresa; la UCR es un monstruo, la más grande y con más estudiantes. Es lógico que necesite más harina. Pero aquí es donde la cosa se pone interesante para el análisis y el debate.
El verdadero gallo pinto de esta discusión no es si la UCR merece o no esa plata, sino si este modelo de repartición, que parece casi una fórmula matemática basada en el tamaño, es realmente el más estratégico para el país. Diay, ¿qué pasa con el TEC, la UNA, la UNED y la UTN? Ellos también tienen proyectos de investigación importantísimos, necesidades de infraestructura urgentes y carreras que son clave para el desarrollo en zonas fuera del GAM. Ese 58% restante se tiene que dividir entre cuatro, y aunque no tenemos el desglose exacto todavía, es obvio que sus porciones van a ser considerablemente más pequeñas. La pregunta del millón es si esa plata les va a alcanzar para algo más que tapar huecos.
Lo que me llama la atención del comunicado es que los mismos rectores acordaron tener una "sesión ampliada" para "iniciar el diálogo" sobre la distribución interna. Eso me suena a que, aunque ya hay un acuerdo marco, el brete de verdad apenas comienza. Es como si hubieran decidido quién se come el primer pedazo del pastel, pero todavía no saben cómo van a picar el resto. Es en esas discusiones a puerta cerrada donde se va a definir si se financia un nuevo laboratorio en el TEC, si la UNED puede fortalecer su plataforma virtual o si la UTN puede abrir una nueva sede regional. Ese es el verdadero impacto en la gente.
Al final, esta noticia es un reflejo de un debate mucho más profundo sobre el futuro de la educación superior pública. No se trata solo de repartir un presupuesto; se trata de decidir qué áreas estratégicas queremos impulsar como país. ¿Le seguimos metiendo la mayor parte de la inversión al gigante, esperando que su inercia nos jale a todos, o empezamos a diversificar más agresivamente la inversión para potenciar las fortalezas específicas de cada universidad? Es una decisión compleja, y me imagino que en esa mesa de CONARE no debe ser nada fácil.
Así que abro el debate, maes: Más allá de los números fríos, ¿creen que esta repartición del FEES es equitativa y responde a las necesidades reales de TODAS las U públicas, o es un simple "copy-paste" de años anteriores donde la UCR siempre lleva la ventaja? ¿Qué harían ustedes con esa plata? Los leo.