Gente, seamos honestos. Cada vez que sale una noticia sobre "inversiones millonarias" para Limón, a más de uno se le para el pelo y piensa: "ajá, otra vez el mismo cuento". Por años hemos escuchado promesas que se quedan en el papel mientras la provincia sigue pidiendo a gritos un empujón. Pero diay, parece que esta vez la vara es diferente. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) acaba de soltar un comunicado que, la verdad, suena bastante tuanis. Hablan de más de 100 obras que ya se están ejecutando con un platal que supera los 56 millones de dólares. Y no, no son chunches pequeños; estamos hablando de proyectos que de verdad le pueden cambiar la cara a la provincia.
El grueso de este brete viene de un programa con un nombre larguísimo, el PROERI (Programa de Emergencia para la Reconstrucción… ustedes entienden), y el objetivo es claro: meterle mano a todo lo que urge. Están levantando seis centros educativos, y para que se hagan una idea, solo la Escuela de Barrio Limoncito va a tener 21 aulas, comedor, laboratorios y hasta aulas de música. ¡Qué nivel! Eso beneficia a más de 500 güilas directamente. A eso súmenle la intervención de seis puentes clave, cinco carreteras y como 40 obras en la línea del tren para mejorar la conectividad. La cosa no para ahí, porque también se está construyendo un proyecto habitacional con más de 100 casas para familias que necesitan una solución digna. Al final, el impacto directo es para más de 125,000 personas, pero indirectamente nos beneficia a todos los que pasamos por el Caribe.
Ahora, hablemos de algo vital: el agua. Mae, en pleno siglo XXI es inaceptable que haya comunidades con problemas de agua potable. Y aquí es donde la inversión se pone todavía más seria. Para la ciudad de Limón se están destinando más de 72 millones de dólares solo para mejorar el sistema de abastecimiento. ¡Imagínense lo que eso significa para más de 133,000 personas! Adicionalmente, se le están metiendo más de 55 millones al alcantarillado sanitario y otros 54 millones a la ampliación de acueductos. Y no solo en el centro, Guácimo también lleva lo suyo con una inversión de 15 millones para su acueducto. Esto no es maquillaje, esto es meterse a las tuberías, a lo que no se ve pero que define la calidad de vida. Una mejora a cachete, si me preguntan.
Claro, no podíamos dejar por fuera al elefante en la habitación, al protagonista de mil presas y dolores de cabeza: la Ruta 32. Todos sabemos que cruzar el Zurquí en invierno es una lotería. Pues bien, el BCIE también está financiando, con una cooperación no reembolsable, los estudios para obras complementarias en la ruta y, más importante aún, los estudios de ingeniería para intervenir el Cerro Zurquí. Ojo, que nadie se emocione de más: son "estudios". No es que mañana van a empezar a construir un túnel falso, pero que ya haya plata destinada específicamente para analizar cómo solucionar el despiche de los derrumbes, es el primer paso de un camino que ojalá no dure otra década. Es un avance, pequeño pero avance al fin.
En resumen, la cantidad de plata y la lista de proyectos son impresionantes. Sobre el papel, Limón está recibiendo la atención que ha merecido por tanto tiempo. La gran pregunta, como siempre, no está en el anuncio, sino en la ejecución. El verdadero reto es que estas obras se terminen a tiempo, sin sobreprecios y con la calidad que la gente del Caribe se merece. Hay razones para estar optimistas, pero la experiencia nos obliga a ser cautelosos. La plata está, el plan parece sólido. Ahora falta ver si la realidad supera a las expectativas.
Así que les tiro la pregunta al foro, maes: Más allá de los comunicados bonitos y las cifras millonarias, ¿creen que esta vez sí veremos un cambio real y duradero en la provincia? ¿O es más de lo mismo hasta que se venga el próximo aguacero y nos demuestre lo contrario? ¡Los leo!
El grueso de este brete viene de un programa con un nombre larguísimo, el PROERI (Programa de Emergencia para la Reconstrucción… ustedes entienden), y el objetivo es claro: meterle mano a todo lo que urge. Están levantando seis centros educativos, y para que se hagan una idea, solo la Escuela de Barrio Limoncito va a tener 21 aulas, comedor, laboratorios y hasta aulas de música. ¡Qué nivel! Eso beneficia a más de 500 güilas directamente. A eso súmenle la intervención de seis puentes clave, cinco carreteras y como 40 obras en la línea del tren para mejorar la conectividad. La cosa no para ahí, porque también se está construyendo un proyecto habitacional con más de 100 casas para familias que necesitan una solución digna. Al final, el impacto directo es para más de 125,000 personas, pero indirectamente nos beneficia a todos los que pasamos por el Caribe.
Ahora, hablemos de algo vital: el agua. Mae, en pleno siglo XXI es inaceptable que haya comunidades con problemas de agua potable. Y aquí es donde la inversión se pone todavía más seria. Para la ciudad de Limón se están destinando más de 72 millones de dólares solo para mejorar el sistema de abastecimiento. ¡Imagínense lo que eso significa para más de 133,000 personas! Adicionalmente, se le están metiendo más de 55 millones al alcantarillado sanitario y otros 54 millones a la ampliación de acueductos. Y no solo en el centro, Guácimo también lleva lo suyo con una inversión de 15 millones para su acueducto. Esto no es maquillaje, esto es meterse a las tuberías, a lo que no se ve pero que define la calidad de vida. Una mejora a cachete, si me preguntan.
Claro, no podíamos dejar por fuera al elefante en la habitación, al protagonista de mil presas y dolores de cabeza: la Ruta 32. Todos sabemos que cruzar el Zurquí en invierno es una lotería. Pues bien, el BCIE también está financiando, con una cooperación no reembolsable, los estudios para obras complementarias en la ruta y, más importante aún, los estudios de ingeniería para intervenir el Cerro Zurquí. Ojo, que nadie se emocione de más: son "estudios". No es que mañana van a empezar a construir un túnel falso, pero que ya haya plata destinada específicamente para analizar cómo solucionar el despiche de los derrumbes, es el primer paso de un camino que ojalá no dure otra década. Es un avance, pequeño pero avance al fin.
En resumen, la cantidad de plata y la lista de proyectos son impresionantes. Sobre el papel, Limón está recibiendo la atención que ha merecido por tanto tiempo. La gran pregunta, como siempre, no está en el anuncio, sino en la ejecución. El verdadero reto es que estas obras se terminen a tiempo, sin sobreprecios y con la calidad que la gente del Caribe se merece. Hay razones para estar optimistas, pero la experiencia nos obliga a ser cautelosos. La plata está, el plan parece sólido. Ahora falta ver si la realidad supera a las expectativas.
Así que les tiro la pregunta al foro, maes: Más allá de los comunicados bonitos y las cifras millonarias, ¿creen que esta vez sí veremos un cambio real y duradero en la provincia? ¿O es más de lo mismo hasta que se venga el próximo aguacero y nos demuestre lo contrario? ¡Los leo!