¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo con las listas de espera del CCSS. Ya parecía que íbamos a agarrarle el ritmo, pero resulta que tenemos otro problemón encima. Esta vez, el gerente médico, Alexander Sánchez, soltó la bomba: parece que los jovencitos de ahora ya no quieren echarse unas guardias. ¡Imagínate! En mi época, si no hacías guardia, te tomaban por gandala y te echaban por la ventana, ¡figurativamente hablando, claro! Pero esta vara ha cambiado radicalmente, ¿verdad?
Sánchez lo explicó así: antiguamente, los profesionales estaban dispuestos a sacrificar su 'calidad de vida' –como le dicen ahora– para servir a la comunidad. Vivían en el hospital, comían en el hospital, dormían en el hospital... ¡eran como monjes dedicados a curar almas! Ahora, los muchachos prefieren irse directo a sus casas, desconectarse, ver Netflix y pasar tiempo con sus mascotas. Claro, todos queremos vivir bien, nadie quiere estar jalandose una torta, pero esto afecta directamente la atención médica.
Y ojo, que no es solo cosa de médicos. Según el tipo, la crisis es generalizada. Le preocupa cubrir las guardias de los especialistas, porque ahí es donde la cosa se pone fea. Dice que antes, con el mismo número de especialistas, lograba mantener la cobertura. Ahora, ni loco. Esto mientras la población sigue envejeciendo, con más enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y cáncer, llenando los hospitales y saturando el sistema.
Las estadísticas no mienten, cheros. A julio de 2025, ¡casi 194 mil personas estaban esperando una cirugía! Y el tiempo promedio de espera es de 425 días. Eso es prácticamente medio año. Imagínate la angustia de esperar tanto tiempo por una operación. Cirugía general es la que más casos acumula, con más de 51 mil personas esperando en promedio 509 días. ¡Una locura! Y luego está ortopedia, con casi 34 mil personas y 552 días de espera. ¡Qué despiche!
Pero la cosa no termina ahí, chunches. En oftalmología tampoco pinta bien, con más de 35 mil personas aguardando una cirugía que podrían tomar hasta 211 días. Es decir, estamos hablando de listas de espera que superan ampliamente el tiempo razonable para recibir atención médica oportuna. Esto obviamente impacta la calidad de vida de los pacientes, algunos incluso pueden empeorar significativamente durante la espera, llegando a situaciones irreversibles. No es un buen panorama, ni para los pacientes ni para el sistema.
Algunos expertos mencionan que la globalización y el avance tecnológico también tienen un papel importante en esta situación. Al parecer, las nuevas tecnologías han generado expectativas poco realistas entre la gente, quienes esperan soluciones rápidas e inmediatas para sus problemas de salud. Además, la facilidad de acceso a información médica en internet puede llevar a algunas personas a autodiagnosticarse y buscar tratamientos innecesarios, lo cual aumenta la demanda de servicios médicos.
Ahora bien, la pregunta que queda flotando en el aire es si realmente la falta de voluntad de los jóvenes es el único problema, o si detrás de esto hay otros factores en juego. Tal vez necesitemos revisar cómo se les paga a los profesionales de la salud, mejorar las condiciones laborales en los hospitales, invertir más en capacitación y tecnología, o incluso reevaluar el modelo de atención médica actual. Porque dejarlo todo corriendo como va, nos va a llevar directo a que el CCSS se vaya al traste, y eso a nadie le conviene, ¿eh?
Considerando todo esto, ¿crees que incentivar económicamente las guardias sería una solución viable a corto plazo, o debemos enfocarnos en estrategias más estructurales a largo plazo para abordar las causas profundas de estas listas de espera? Déjanos tus ideas y reflexiones en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas tú!
Sánchez lo explicó así: antiguamente, los profesionales estaban dispuestos a sacrificar su 'calidad de vida' –como le dicen ahora– para servir a la comunidad. Vivían en el hospital, comían en el hospital, dormían en el hospital... ¡eran como monjes dedicados a curar almas! Ahora, los muchachos prefieren irse directo a sus casas, desconectarse, ver Netflix y pasar tiempo con sus mascotas. Claro, todos queremos vivir bien, nadie quiere estar jalandose una torta, pero esto afecta directamente la atención médica.
Y ojo, que no es solo cosa de médicos. Según el tipo, la crisis es generalizada. Le preocupa cubrir las guardias de los especialistas, porque ahí es donde la cosa se pone fea. Dice que antes, con el mismo número de especialistas, lograba mantener la cobertura. Ahora, ni loco. Esto mientras la población sigue envejeciendo, con más enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y cáncer, llenando los hospitales y saturando el sistema.
Las estadísticas no mienten, cheros. A julio de 2025, ¡casi 194 mil personas estaban esperando una cirugía! Y el tiempo promedio de espera es de 425 días. Eso es prácticamente medio año. Imagínate la angustia de esperar tanto tiempo por una operación. Cirugía general es la que más casos acumula, con más de 51 mil personas esperando en promedio 509 días. ¡Una locura! Y luego está ortopedia, con casi 34 mil personas y 552 días de espera. ¡Qué despiche!
Pero la cosa no termina ahí, chunches. En oftalmología tampoco pinta bien, con más de 35 mil personas aguardando una cirugía que podrían tomar hasta 211 días. Es decir, estamos hablando de listas de espera que superan ampliamente el tiempo razonable para recibir atención médica oportuna. Esto obviamente impacta la calidad de vida de los pacientes, algunos incluso pueden empeorar significativamente durante la espera, llegando a situaciones irreversibles. No es un buen panorama, ni para los pacientes ni para el sistema.
Algunos expertos mencionan que la globalización y el avance tecnológico también tienen un papel importante en esta situación. Al parecer, las nuevas tecnologías han generado expectativas poco realistas entre la gente, quienes esperan soluciones rápidas e inmediatas para sus problemas de salud. Además, la facilidad de acceso a información médica en internet puede llevar a algunas personas a autodiagnosticarse y buscar tratamientos innecesarios, lo cual aumenta la demanda de servicios médicos.
Ahora bien, la pregunta que queda flotando en el aire es si realmente la falta de voluntad de los jóvenes es el único problema, o si detrás de esto hay otros factores en juego. Tal vez necesitemos revisar cómo se les paga a los profesionales de la salud, mejorar las condiciones laborales en los hospitales, invertir más en capacitación y tecnología, o incluso reevaluar el modelo de atención médica actual. Porque dejarlo todo corriendo como va, nos va a llevar directo a que el CCSS se vaya al traste, y eso a nadie le conviene, ¿eh?
Considerando todo esto, ¿crees que incentivar económicamente las guardias sería una solución viable a corto plazo, o debemos enfocarnos en estrategias más estructurales a largo plazo para abordar las causas profundas de estas listas de espera? Déjanos tus ideas y reflexiones en los comentarios, ¡queremos saber qué piensas tú!