Maes, pongámonos serios un toque. Mientras nosotros andamos viendo si llueve o si Saprissa gana, hay una vara que se está cocinando a nivel mundial que podría cambiarlo todo, pero TODO. Y no, no estoy hablando de otro reel viral de un perro en patineta. Acaba de salir una noticia de un experto australiano, un tal Brett King, que soltó un bombazo: la inteligencia artificial no solo nos va a alcanzar, sino que nos va a pasar por encima, y mucho antes de lo que creíamos. Diay, para que se hagan una idea, el mae la pone al nivel del cambio climático en cuanto al tamaño del despiche que puede armar.
King, que al parecer sabe un montón de este chunche porque tiene un podcast famoso sobre el tema, dice que por primera vez en la historia de la humanidad vamos a tener que competir con una inteligencia que no es la nuestra. Piénsenlo un segundo. Siempre hemos sido los más cargas del planeta, los que inventamos, los que solucionamos, los que mandamos. Ahora imaginen que de un pronto a otro aparece algo que piensa más rápido, que aprende en segundos lo que a nosotros nos toma una vida y que, para colmo, no necesita dormir ni parar para el cafecito de la tarde. ¡Qué sal! La vara es que King no lo dice en plan película de ciencia ficción, lo dice como un hecho que ya está pasando y que se acelera de una forma que ni los mismos expertos vieron venir.
Lo más denso es la comparación que hace. Dice que el único otro factor que podría tener un impacto social de este calibre es el cambio climático. Pero hay una diferencia clave: el calentamiento global es un proceso que, aunque urgente, hemos visto venir. La IA, en cambio, es un tren bala que se nos apareció en la cara y que está rediseñando la sociedad "de maneras que ni siquiera podemos imaginar hoy". Eso significa que el brete de muchos, las estructuras económicas y hasta la forma en que nos relacionamos podrían irse al traste si no nos ponemos las pilas. No es por ser fatalista, pero suena a que la humanidad está a punto de jalarse una torta histórica si trata esto como un tema más de la agenda.
Ahora, antes de que salgan a comprar atún y agua embotellada para el apocalipsis robótico, el mismo King deja una puerta medio abierta. No descarta que podamos manejar este asunto y convertir la IA en la herramienta más increíble jamás creada. El problema, y aquí es donde la cosa se pone color de hormiga, es que para lograrlo necesitaríamos un nivel de consenso y colaboración global que, seamos honestos, nunca hemos tenido. El mae habla de desarrollar un "mecanismo que nos permita gestionar el mundo mediante el consenso" para evitar conflictos. Suena tuanis, ¿verdad? Casi a cachete. Pero luego uno ve las noticias y se da cuenta de que nos cuesta ponernos de acuerdo hasta para organizar una mejenga en la plaza.
Al final, el mensaje es claro y nos cae directo en la jupa a todos, desde el que programa hasta el que siembra papas. Esta vara de la IA no es un juego, no es una moda pasajera. Es, según los que saben, el cambio más radical al que nos vamos a enfrentar. La pregunta ya no es si va a pasar, sino cómo vamos a reaccionar cuando pase. Porque si nos agarra confesados, el futuro que nos espera podría ser muy, pero muy diferente al que nos imaginamos. Y no necesariamente para bien.
Así que, maes, les dejo la pregunta picando: ¿Ustedes creen que estamos realmente listos para este nivel de cambio, o nos va a revolcar la ola y ni cuenta nos vamos a dar?
King, que al parecer sabe un montón de este chunche porque tiene un podcast famoso sobre el tema, dice que por primera vez en la historia de la humanidad vamos a tener que competir con una inteligencia que no es la nuestra. Piénsenlo un segundo. Siempre hemos sido los más cargas del planeta, los que inventamos, los que solucionamos, los que mandamos. Ahora imaginen que de un pronto a otro aparece algo que piensa más rápido, que aprende en segundos lo que a nosotros nos toma una vida y que, para colmo, no necesita dormir ni parar para el cafecito de la tarde. ¡Qué sal! La vara es que King no lo dice en plan película de ciencia ficción, lo dice como un hecho que ya está pasando y que se acelera de una forma que ni los mismos expertos vieron venir.
Lo más denso es la comparación que hace. Dice que el único otro factor que podría tener un impacto social de este calibre es el cambio climático. Pero hay una diferencia clave: el calentamiento global es un proceso que, aunque urgente, hemos visto venir. La IA, en cambio, es un tren bala que se nos apareció en la cara y que está rediseñando la sociedad "de maneras que ni siquiera podemos imaginar hoy". Eso significa que el brete de muchos, las estructuras económicas y hasta la forma en que nos relacionamos podrían irse al traste si no nos ponemos las pilas. No es por ser fatalista, pero suena a que la humanidad está a punto de jalarse una torta histórica si trata esto como un tema más de la agenda.
Ahora, antes de que salgan a comprar atún y agua embotellada para el apocalipsis robótico, el mismo King deja una puerta medio abierta. No descarta que podamos manejar este asunto y convertir la IA en la herramienta más increíble jamás creada. El problema, y aquí es donde la cosa se pone color de hormiga, es que para lograrlo necesitaríamos un nivel de consenso y colaboración global que, seamos honestos, nunca hemos tenido. El mae habla de desarrollar un "mecanismo que nos permita gestionar el mundo mediante el consenso" para evitar conflictos. Suena tuanis, ¿verdad? Casi a cachete. Pero luego uno ve las noticias y se da cuenta de que nos cuesta ponernos de acuerdo hasta para organizar una mejenga en la plaza.
Al final, el mensaje es claro y nos cae directo en la jupa a todos, desde el que programa hasta el que siembra papas. Esta vara de la IA no es un juego, no es una moda pasajera. Es, según los que saben, el cambio más radical al que nos vamos a enfrentar. La pregunta ya no es si va a pasar, sino cómo vamos a reaccionar cuando pase. Porque si nos agarra confesados, el futuro que nos espera podría ser muy, pero muy diferente al que nos imaginamos. Y no necesariamente para bien.
Así que, maes, les dejo la pregunta picando: ¿Ustedes creen que estamos realmente listos para este nivel de cambio, o nos va a revolcar la ola y ni cuenta nos vamos a dar?