En mi caso, pensar si estoy satisfecho y ya me puedo morir tranquilo no es algo en lo que piense cada día, es más, no es del todo un pensamiento que ronde en mi mente, no sé si es un pensamiento que pueda considerar sano a nivel mental, ni creo que, para la gran mayoría de las personas, llegue en realidad ese momento donde, por pura realización, digan ya puedo morir en paz durante el quehacer de su día a día.
Ahora por otro lado, hace alguno años enfrenté una situación donde había buena posibilidad de que estuviera viviendo mis últimas horas, lo cual es una situación bastante singular, uno puede tratar de imaginarse como se siente, pero sin pasar por eso difícilmente se va a poder dimensionar correctamente esa vivencia y esos sentimientos.
Ya estando en esa condición, si puedo decir que me puse a pensar en mi vida y las cosas que pude o no hacer, que me hubiera gustado cambiar e inclusive de cosas que me arrepentía de haber hecho, mi vida hasta ese entonces y hasta el día de hoy está muy lejos de ser perfecta y tampoco puedo decir que no tengo mi colección de defectos y arrepentimientos, tampoco puedo decir que había logrado hacer todo lo que quería.
Dicho esto, en esos momentos sentí una gran paz y tranquilidad, llegué a la conclusión de que no se requiere ser perfecto ni tener una vida perfecta, mi vida había sido suficientemente buena al punto que podía verla con satisfacción inclusive si se terminaba en ese momento, consideré que en general fui muy feliz y que las veces que sufrí son partes normales de la vida (no sólo la mía), ahí todo nerviosismo terminó y estuve verdaderamente tranquilo para aceptar lo que viniera, no significaba que quisiera morir, pero si no iba a sobrevivir también estaba bien, no era que me daba por vencido, pero si aceptaba mis circunstancias.
Afortunadamente sigo acá, como lo mencioné, no es un proceso o sentimiento que se pueda comprender sin estar en la situación realmente, uno cree que lo puede imaginar pero no es lo mismo, en mi caso no sé si esa tranquilidad fue por mi personalidad o si más bien es parte de la resilencia humana, supongo que una mezcla de ambas, tal vez ese resultado o conclusión sea más frecuente de lo que yo creo.
viví la enfermedad de mi hermana y sobrino y la perspectiva de que se murieran me dolía horriblemente, no me quiero imaginar el dolor de ver morir a un hijo o a un hermano o a la pareja 
