¡Pero qué vaina, raza! María Corina Machado, la opositora venezolana, se llevó el Nobel de la Paz. Uno piensa, ‘okay, bien por ella, luchadora’... Pero luego va y le dedica el premio a Donald Trump. Diay, ¿cómo es eso?, se preguntan muchos. Parece que la política internacional anda más retorcida que un encaje de punto.
Para los que andamos medio desconectados, Machado ha sido figura clave en la oposición venezolana, batallando contra el chavismo desde hace años. Este año, la reconocieron por su “incansable” lucha por la democracia, según el Comité Noruego del Nobel. Un aplauso pa' ella, porque la vaina no debe haber sido fácil, créeme. Te imaginas andar peleándote con un régimen así...
La reacción de Machado, al parecer, fue de pura sorpresa. Según cuentan, en una llamada con Edmundo González Urrutia –que la reemplazó como candidata por temas legales– casi se le cae el teléfono de la impresión. “¿Qué es esta vaina? Yo no lo puedo creer”, dijo, según videos que circulan por WhatsApp. ¡Imagínate la emoción! Y luego vino la dedicatoria a Trump… ¡boom!
Ahora, el porqué de dedicarle el premio al ex-presidente gringo tiene que ver con la relación que Machado ha mantenido con ciertos sectores políticos de Estados Unidos. No es ningún secreto que ha buscado apoyo externo para enfrentar al gobierno de Maduro, y parece que ese apoyo encontró eco en Trump. Algunos dicen que es una jugada estratégica, otros, bueno, piensan que es simplemente la forma peculiar de agradecerle a alguien.
Este reconocimiento tiene implicaciones geopolíticas enormes, vamos. Venezuela está pasando por una crisis profunda, y cualquier rayito de esperanza es bienvenido. El Nobel, aunque sea simbólico, puede darle un empujón a la oposición y poner presión sobre el gobierno de Maduro. Que si esto significa que van a sentarse a platicar amigablemente, yo no sé, pero al menos les da un motivo pa’l diálogo, ¿no creen?
Para los que andamos medio desconectados, Machado ha sido figura clave en la oposición venezolana, batallando contra el chavismo desde hace años. Este año, la reconocieron por su “incansable” lucha por la democracia, según el Comité Noruego del Nobel. Un aplauso pa' ella, porque la vaina no debe haber sido fácil, créeme. Te imaginas andar peleándote con un régimen así...
La reacción de Machado, al parecer, fue de pura sorpresa. Según cuentan, en una llamada con Edmundo González Urrutia –que la reemplazó como candidata por temas legales– casi se le cae el teléfono de la impresión. “¿Qué es esta vaina? Yo no lo puedo creer”, dijo, según videos que circulan por WhatsApp. ¡Imagínate la emoción! Y luego vino la dedicatoria a Trump… ¡boom!
Ahora, el porqué de dedicarle el premio al ex-presidente gringo tiene que ver con la relación que Machado ha mantenido con ciertos sectores políticos de Estados Unidos. No es ningún secreto que ha buscado apoyo externo para enfrentar al gobierno de Maduro, y parece que ese apoyo encontró eco en Trump. Algunos dicen que es una jugada estratégica, otros, bueno, piensan que es simplemente la forma peculiar de agradecerle a alguien.
Este reconocimiento tiene implicaciones geopolíticas enormes, vamos. Venezuela está pasando por una crisis profunda, y cualquier rayito de esperanza es bienvenido. El Nobel, aunque sea simbólico, puede darle un empujón a la oposición y poner presión sobre el gobierno de Maduro. Que si esto significa que van a sentarse a platicar amigablemente, yo no sé, pero al menos les da un motivo pa’l diálogo, ¿no creen?
