Maes, pónganse cómodos porque este sábado en Liberación Nacional no se van a elegir diputados, se va a transmitir en vivo un capítulo de “Game of Thrones” versión tica. La vara está así: se supone que los delegados verdiblancos se reúnen para escoger a sus candidatos para el 2026, pero detrás de esa formalidad hay una guerra de poder, puñaladas por la espalda y movidas de ajedrez que ni el mejor politólogo podría predecir. El que piense que esto es un simple trámite, está más perdido que el chiquito de la Llorona.
Empecemos por el premio gordo: San José. Aquí la cosa empieza con el famoso “candidato nacional”, una figura que el candidato presidencial, en este caso Álvaro Ramos, puede poner a dedo. ¿Y a quién se rumora para ese puestazo? Diay, a su jefe de campaña, Álvaro Ramírez. ¡Sorpresa, sorpresa! Lo más predecible del mundo. Pero el verdadero despiche empieza en el segundo lugar. Es una batalla campal entre Iztarú Alfaro, que tiene el peso de su tata (el empresario Óscar Alfaro), Nicole Mesén, la activista, y Daniella Coll de juventudes. Aquí es donde los delegados van a tener que decidir si siguen la “línea” que les tiren desde arriba o si se mandan por la libre y votan con el corazón... o con el bolsillo.
Pero si San José es un enredo, lo de Alajuela es un novelón. Aquí es donde la lealtad a Ramos se va a poner a prueba de verdad. La “línea” oficial del candidato apoya a la periodista Angie López, su exjefa de prensa. Suena lógico, ¿verdad? ¡Pues no! Porque en la acera de enfrente está el alcalde Roberto Thompson, que no juega de carajillo y movió sus fichas para que su gente, incluyendo a su esposa Shirley Calvo, tenga el sartén por el mango en la asamblea. Y para ponerle más picante al asunto, aparece Diana Murillo, la vicealcaldesa de San Carlos, que sin la bendición de Ramos podría dar el batacazo si logra amarrar los votos. ¡Qué sal para el candidato si su propia provincia se le rebela en la cara!
Y hablando de rebeliones, la situación en San Ramón es para escribir un libro. El pleito es con Miguel Guillén, el secretario general del PLN, a quien mencionan para el segundo lugar por Alajuela. El problema es que en su propio cantón, San Ramón, parece que no lo quieren ni en pintura. La gente de allá ha llegado al punto de boicotear las asambleas para no darle el quórum. Esta jugada podría salirles carísima a todos, porque si no arreglan ese despiche antes de fin de mes, el PLN se arriesga a quedarse sin deuda política. O sea, podrían jalarse una torta monumental por un pleito de pueblo. ¡Qué nivel de estrategia!
El resto de provincias no se queda atrás. En Cartago, la pelea por el primer lugar de la papeleta femenina tiene a una exministra de Rodrigo Chaves, Laura Bonilla, pulseándola. Diay, qué vueltas que da la política. Y en Heredia, la vara la dictan los alcaldes, dejando claro que el poder municipal pesa, y mucho. A Carlos Roverssi, exministro de Chinchilla y actual director de comunicación de Ramos, le ofrecieron un tercer lugar y, como era de esperarse, mandó a todo el mundo para el carajo. Nadie quiere las sobras. Al final, todo esto demuestra que el PLN llega a esta elección más dividido que nunca. Es un partido de archipiélagos: cada cacique provincial jala para su lado y la supuesta “línea” del candidato es más una sugerencia que una orden.
Así que este sábado veremos si Álvaro Ramos tiene el músculo para imponer su gente o si los delegados le mandan un mensaje claro de que el partido no tiene un solo dueño. Yo ya tengo listas las birras y el chifrijo. Y ustedes, ¿qué creen que pase? ¿Logrará Ramos alinear a la tropa o cada provincia va a armar su propio rancho y veremos un resultado que no se espera nadie? ¡Cuenten qué nombres les suenan y cuáles les parecen un clavo!
Empecemos por el premio gordo: San José. Aquí la cosa empieza con el famoso “candidato nacional”, una figura que el candidato presidencial, en este caso Álvaro Ramos, puede poner a dedo. ¿Y a quién se rumora para ese puestazo? Diay, a su jefe de campaña, Álvaro Ramírez. ¡Sorpresa, sorpresa! Lo más predecible del mundo. Pero el verdadero despiche empieza en el segundo lugar. Es una batalla campal entre Iztarú Alfaro, que tiene el peso de su tata (el empresario Óscar Alfaro), Nicole Mesén, la activista, y Daniella Coll de juventudes. Aquí es donde los delegados van a tener que decidir si siguen la “línea” que les tiren desde arriba o si se mandan por la libre y votan con el corazón... o con el bolsillo.
Pero si San José es un enredo, lo de Alajuela es un novelón. Aquí es donde la lealtad a Ramos se va a poner a prueba de verdad. La “línea” oficial del candidato apoya a la periodista Angie López, su exjefa de prensa. Suena lógico, ¿verdad? ¡Pues no! Porque en la acera de enfrente está el alcalde Roberto Thompson, que no juega de carajillo y movió sus fichas para que su gente, incluyendo a su esposa Shirley Calvo, tenga el sartén por el mango en la asamblea. Y para ponerle más picante al asunto, aparece Diana Murillo, la vicealcaldesa de San Carlos, que sin la bendición de Ramos podría dar el batacazo si logra amarrar los votos. ¡Qué sal para el candidato si su propia provincia se le rebela en la cara!
Y hablando de rebeliones, la situación en San Ramón es para escribir un libro. El pleito es con Miguel Guillén, el secretario general del PLN, a quien mencionan para el segundo lugar por Alajuela. El problema es que en su propio cantón, San Ramón, parece que no lo quieren ni en pintura. La gente de allá ha llegado al punto de boicotear las asambleas para no darle el quórum. Esta jugada podría salirles carísima a todos, porque si no arreglan ese despiche antes de fin de mes, el PLN se arriesga a quedarse sin deuda política. O sea, podrían jalarse una torta monumental por un pleito de pueblo. ¡Qué nivel de estrategia!
El resto de provincias no se queda atrás. En Cartago, la pelea por el primer lugar de la papeleta femenina tiene a una exministra de Rodrigo Chaves, Laura Bonilla, pulseándola. Diay, qué vueltas que da la política. Y en Heredia, la vara la dictan los alcaldes, dejando claro que el poder municipal pesa, y mucho. A Carlos Roverssi, exministro de Chinchilla y actual director de comunicación de Ramos, le ofrecieron un tercer lugar y, como era de esperarse, mandó a todo el mundo para el carajo. Nadie quiere las sobras. Al final, todo esto demuestra que el PLN llega a esta elección más dividido que nunca. Es un partido de archipiélagos: cada cacique provincial jala para su lado y la supuesta “línea” del candidato es más una sugerencia que una orden.
Así que este sábado veremos si Álvaro Ramos tiene el músculo para imponer su gente o si los delegados le mandan un mensaje claro de que el partido no tiene un solo dueño. Yo ya tengo listas las birras y el chifrijo. Y ustedes, ¿qué creen que pase? ¿Logrará Ramos alinear a la tropa o cada provincia va a armar su propio rancho y veremos un resultado que no se espera nadie? ¡Cuenten qué nombres les suenan y cuáles les parecen un clavo!
