Agarren silla (si es que pueden sentarse bien), porque la vara con las listas de espera para operarse la columna en Costa Rica se puso color de hormiga. Y no, no es una exageración para que suene más dramático. Un nuevo informe de la U Hispanoamericana tiró una bomba de datos que nos deja a todos con la boca abierta: en solo cinco años, la cantidad de gente esperando una cirugía de columna se multiplicó por diez. Pasamos de 116 cristianos en 2019 a 1.384 para este año. Hagan números: es un aumento del 1.093%. ¡Un mil por ciento! De verdad que cuando uno ve esa cifra piensa que alguien se jaló una torta digitando, pero no. La situación es así de crítica y, sinceramente, es un despiche monumental para nuestro sistema de salud.
Diay, ¿y de dónde salió este enredo? Según los investigadores, el problema no explotó de la noche a la mañana. Hubo dos momentos clave donde la curva se fue para el cielo: 2021 y, de nuevo, este 2024. El doctor Roberto Salvatierra, uno de los maes detrás del estudio, apunta a una teoría que tiene todo el sentido del mundo: el bendito COVID-19. Parece que el bicho, además de todo lo que ya sabemos, dejó un montón de secuelas de dolor de espalda y problemas de columna. A eso súmenle que, al parecer, después de la pandemia la gente anda en comportamientos más riesgosos. Y para terminar de arreglarla, está el problemón de siempre: la Caja no logra retener a los especialistas. Son cirugías mega complejas que necesitan un equipo de gente muy carga, y si se nos van al sector privado, ¿quién opera?
Pero esta bronca no solo se queda en los pasillos de un hospital. El impacto se siente directo en el bolsillo y en el brete. Los días de incapacidad por dolores de espalda se duplicaron con holgura, pasando de unos 417.000 en 2019 a casi un millón (950.429 para ser exactos) este año. ¡Un millón de días de brete perdidos! El estudio también revela algo interesante: la vara nos pega diferente según el género. Las güilas vamos más a consulta externa, como que buscamos ayuda más temprano. En cambio, los hombres, lamentablemente, tienden a aguantar más y llegan a emergencias cuando ya el dolor es insoportable, lo que termina en hospitalizaciones más largas. Como dice el doctor Salvatierra, muchos maes tienen bretes de más carga física y se esperan hasta que el cuerpo dice "no más".
Y si creían que esto era solo un tema de "viejitos", piénsenlo dos veces. Los datos son clarísimos: la gente más afectada está en plena edad productiva. El grupo de 20 a 44 años es el que más llena las salas de emergencias por broncas de espalda. Mientras tanto, la gente de 45 a 64 años es la que más abunda en las consultas y en las hospitalizaciones. El mismo INS lo confirma: sus pacientes más frecuentes con dolencias de columna tienen entre 27 y 41 años. O sea, estamos hablando de la gente que está levantando al país, criando güilas y pagando impuestos, pero que literalmente se está quebrando la espalda en el proceso. Es una señal de alerta gigantesca sobre cómo estamos manejando la salud laboral.
Al final del día, los expertos recomiendan un plan de ataque integral. No es solo de esperar a que la Caja mágicamente saque 1.300 cirugías del sombrero. La solución pasa por la prevención: enseñar a la gente "higiene de espalda" (sí, así se llama), promover pausas activas en los bretes, fomentar el ejercicio y, por supuesto, meterle el hombro a reducir esas listas de espera urgentemente, porque una hernia de disco que no se opera a tiempo puede dejar secuelas para toda la vida. Pero bueno, más allá de los números y las recomendaciones de los expertos, ¿cómo lo ven ustedes? ¿Alguno ha estado en esa bendita lista de espera o conoce a alguien que esté pasando por ese calvario? ¿Creen que la solución pasa más por la prevención en el brete o por meterle más plata a la Caja para que amarre a los especialistas? ¡Cuenten sus historias, maes, que este tema nos afecta a todos!
Diay, ¿y de dónde salió este enredo? Según los investigadores, el problema no explotó de la noche a la mañana. Hubo dos momentos clave donde la curva se fue para el cielo: 2021 y, de nuevo, este 2024. El doctor Roberto Salvatierra, uno de los maes detrás del estudio, apunta a una teoría que tiene todo el sentido del mundo: el bendito COVID-19. Parece que el bicho, además de todo lo que ya sabemos, dejó un montón de secuelas de dolor de espalda y problemas de columna. A eso súmenle que, al parecer, después de la pandemia la gente anda en comportamientos más riesgosos. Y para terminar de arreglarla, está el problemón de siempre: la Caja no logra retener a los especialistas. Son cirugías mega complejas que necesitan un equipo de gente muy carga, y si se nos van al sector privado, ¿quién opera?
Pero esta bronca no solo se queda en los pasillos de un hospital. El impacto se siente directo en el bolsillo y en el brete. Los días de incapacidad por dolores de espalda se duplicaron con holgura, pasando de unos 417.000 en 2019 a casi un millón (950.429 para ser exactos) este año. ¡Un millón de días de brete perdidos! El estudio también revela algo interesante: la vara nos pega diferente según el género. Las güilas vamos más a consulta externa, como que buscamos ayuda más temprano. En cambio, los hombres, lamentablemente, tienden a aguantar más y llegan a emergencias cuando ya el dolor es insoportable, lo que termina en hospitalizaciones más largas. Como dice el doctor Salvatierra, muchos maes tienen bretes de más carga física y se esperan hasta que el cuerpo dice "no más".
Y si creían que esto era solo un tema de "viejitos", piénsenlo dos veces. Los datos son clarísimos: la gente más afectada está en plena edad productiva. El grupo de 20 a 44 años es el que más llena las salas de emergencias por broncas de espalda. Mientras tanto, la gente de 45 a 64 años es la que más abunda en las consultas y en las hospitalizaciones. El mismo INS lo confirma: sus pacientes más frecuentes con dolencias de columna tienen entre 27 y 41 años. O sea, estamos hablando de la gente que está levantando al país, criando güilas y pagando impuestos, pero que literalmente se está quebrando la espalda en el proceso. Es una señal de alerta gigantesca sobre cómo estamos manejando la salud laboral.
Al final del día, los expertos recomiendan un plan de ataque integral. No es solo de esperar a que la Caja mágicamente saque 1.300 cirugías del sombrero. La solución pasa por la prevención: enseñar a la gente "higiene de espalda" (sí, así se llama), promover pausas activas en los bretes, fomentar el ejercicio y, por supuesto, meterle el hombro a reducir esas listas de espera urgentemente, porque una hernia de disco que no se opera a tiempo puede dejar secuelas para toda la vida. Pero bueno, más allá de los números y las recomendaciones de los expertos, ¿cómo lo ven ustedes? ¿Alguno ha estado en esa bendita lista de espera o conoce a alguien que esté pasando por ese calvario? ¿Creen que la solución pasa más por la prevención en el brete o por meterle más plata a la Caja para que amarre a los especialistas? ¡Cuenten sus historias, maes, que este tema nos afecta a todos!