¡Ay, Dios mío! Esta vaineta me agarró chirria desde que escuché la historia de esta mamita. Resulta que llevó a su hijito al Hospital Nacional de Niños porque el pobre se le ponía bravo con unas convulsiones, y según ella, ¡el doctor le salió con bronca! Una denuncia formal ante la Contraloría, dicen… ¡Menuda vaina!
La madre, desesperada y buscando respuestas para su pequeño, acusa al médico de tratarla con desprecio, de negar la gravedad de la situación y hasta de tirar la puerta en su cara. Según el relato que presentó, el doctor le soltó cosas como 'No es para tanto', 'Su hijo no tiene nada' y 'relájese, señora', frases que para cualquier mae sería como echarle arena al coco.
Y claro, la señora no se quedó callada. Radicó la denuncia, buscando que se investigue si hubo alguna falla en la atención brindada a su hijo. Dice que le faltaron estudios importantes, especialmente neurológicos, para determinar qué causaba esas convulsiones que estaban espantando a toda la familia. Pobre hijito, seguro pasando un mal rato... ¡Qué sal!
Pero no todo es tan blanco y negro, ¿verdad? El doctor Carlos Jiménez, director del HNN, salió al paso defendiendo a su equipo y explicando que el médico en cuestión estaba haciendo su trabajo, clasificando la urgencia de los pacientes. Dice que la mamita quizás entendió mal algunas palabras y que todo fue producto de la angustia que cualquiera sentiría viendo a su hijo convulsionar.
Jiménez explica que, ante la angustia de la madre, el doctor simplemente intentó calmarla diciendo “Él está bien, tranquilícese”. Insiste en que en ningún momento le dijeron que el niño “no tenía nada”, sino que era una forma de intentar contener la preocupación de la señora. A ver, yo entiendo la intención de ayudar a tranquilizar a la gente, pero a veces estas cosas salen rana, diay…
El hospital asegura que el niño recibió la atención necesaria, incluyendo los exámenes correspondientes, y que incluso permaneció internado varias horas hasta que se analizaron los resultados. Se le dieron de alta, todo aparentemente normal. Pero la duda sigue ahí: ¿fue realmente un malentendido o hay algo más detrás de esta polémica?
La verdad, este caso nos hace pensar en cómo manejamos la comunicación en situaciones de crisis, especialmente cuando se trata de la salud de nuestros hijos. A veces, por querer transmitir calma, podemos terminar generando más confusión y frustración. Hay que tener cuidado, maes. Uno nunca sabe cuándo estás hablando con alguien que ya está al borde del colapso.
Ahora, dime tú, ¿crees que el médico actuó correctamente tratando de calmar a la madre o debería haber tenido más tacto en sus palabras? ¿Deberían revisarse los protocolos de atención en el HNN para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a ocurrir? ¡Déjame tus comentarios en el foro!
La madre, desesperada y buscando respuestas para su pequeño, acusa al médico de tratarla con desprecio, de negar la gravedad de la situación y hasta de tirar la puerta en su cara. Según el relato que presentó, el doctor le soltó cosas como 'No es para tanto', 'Su hijo no tiene nada' y 'relájese, señora', frases que para cualquier mae sería como echarle arena al coco.
Y claro, la señora no se quedó callada. Radicó la denuncia, buscando que se investigue si hubo alguna falla en la atención brindada a su hijo. Dice que le faltaron estudios importantes, especialmente neurológicos, para determinar qué causaba esas convulsiones que estaban espantando a toda la familia. Pobre hijito, seguro pasando un mal rato... ¡Qué sal!
Pero no todo es tan blanco y negro, ¿verdad? El doctor Carlos Jiménez, director del HNN, salió al paso defendiendo a su equipo y explicando que el médico en cuestión estaba haciendo su trabajo, clasificando la urgencia de los pacientes. Dice que la mamita quizás entendió mal algunas palabras y que todo fue producto de la angustia que cualquiera sentiría viendo a su hijo convulsionar.
Jiménez explica que, ante la angustia de la madre, el doctor simplemente intentó calmarla diciendo “Él está bien, tranquilícese”. Insiste en que en ningún momento le dijeron que el niño “no tenía nada”, sino que era una forma de intentar contener la preocupación de la señora. A ver, yo entiendo la intención de ayudar a tranquilizar a la gente, pero a veces estas cosas salen rana, diay…
El hospital asegura que el niño recibió la atención necesaria, incluyendo los exámenes correspondientes, y que incluso permaneció internado varias horas hasta que se analizaron los resultados. Se le dieron de alta, todo aparentemente normal. Pero la duda sigue ahí: ¿fue realmente un malentendido o hay algo más detrás de esta polémica?
La verdad, este caso nos hace pensar en cómo manejamos la comunicación en situaciones de crisis, especialmente cuando se trata de la salud de nuestros hijos. A veces, por querer transmitir calma, podemos terminar generando más confusión y frustración. Hay que tener cuidado, maes. Uno nunca sabe cuándo estás hablando con alguien que ya está al borde del colapso.
Ahora, dime tú, ¿crees que el médico actuó correctamente tratando de calmar a la madre o debería haber tenido más tacto en sus palabras? ¿Deberían revisarse los protocolos de atención en el HNN para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a ocurrir? ¡Déjame tus comentarios en el foro!