Maes, en serio, a veces entre el corre corre del brete, las presas y la política, uno necesita una de esas noticias que le reinician el sistema. Y diay, hoy me topé con una que es simplemente ¡qué chiva! Resulta que mientras la mayoría de nosotros estábamos pegados a los resúmenes de la Copa Centroamericana, una tica estaba en Brasil, calladita, partiéndola en el primer Mundial de Gimnasia Rítmica para Costa Rica. Y no solo participó, sino que nos trajimos un reconocimiento histórico. Una vara así hay que celebrarla.
Hablemos con nombres, porque el mérito es gigante. La atleta es Gloriana Sánchez Arguedas, y apúntense ese nombre. Ella es, oficialmente, la primera costarricense en la historia en competir en un Mundial de esta disciplina. ¡Qué nivel el de esta muchacha! Se mandó a la Arena Carioca y compitió en aro, pelota, cinta y mazas. Imagínense la presión, el escenario, saber que estás abriendo un camino que antes no existía. Detrás de ella, por supuesto, está la entrenadora Melissa Brenes, quien fue la que recibió el galardón de la Federación Internacional de Gimnasia. Esto no es solo un logro individual; es el resultado de un montón de esfuerzo, de un equipo que creyó que se podía.
Y aquí es donde la vara se pone todavía más tuanis. El reconocimiento no fue solo por participar, sino que la FIG premió a todas las delegaciones debutantes. Costa Rica compartió ese honor con países como Aruba, Paraguay y Perú. Esto es un mensaje clarísimo: el mundo de la gimnasia se está abriendo, y nosotros ya pusimos el pie en la puerta. Gloriana no solo compitió, representó y dejó una marca. Ella, con su esfuerzo, le está diciendo a un montón de güilas que sueñan con la cinta y la pelota que sí se puede llegar. Que el brete silencioso, lejos de los estadios llenos y los patrocinios millonarios, también da frutos gigantescos.
Es que seamos honestos, en Costa Rica a veces nos cuesta ver más allá del fútbol. Si no es la Sele, la Liga o la S, parece que el deporte no existe. Pero hay todo un universo de atletas que son unos cargas, que se levantan de madrugada, que sacrifican fines de semana y que sudan la camiseta tricolor con un orgullo inmenso. Este reconocimiento para la gimnasia tica no es solo un chunche bonito para poner en una vitrina. Es una validación. Es un recordatorio de que el talento en este país sobra y que, con el apoyo correcto, podemos competir en lo que sea. Esto es una victoria para todos los deportes "menores" que luchan por un espacio.
En fin, no sé ustedes, pero a mí noticias como esta me llenan de orgullo. Saber que una compatriota hizo historia y que el nombre de Costa Rica sonó en un evento de esa magnitud es simplemente genial. Es la prueba de que el trabajo duro y la pasión rompen cualquier barrera. Un aplauso de pie para Gloriana, para su entrenadora Melissa y para toda la gente que estuvo detrás de este logro histórico. Ojalá que esto sea solo el inicio de una nueva era para la gimnasia en el país.
Maes, más allá de esta alegría, ¿cuáles otros deportes 'pequeños' creen ustedes que merecen más apoyo y visibilidad en Tiquicia? ¿Qué historias de campeones silenciosos conocen?
Hablemos con nombres, porque el mérito es gigante. La atleta es Gloriana Sánchez Arguedas, y apúntense ese nombre. Ella es, oficialmente, la primera costarricense en la historia en competir en un Mundial de esta disciplina. ¡Qué nivel el de esta muchacha! Se mandó a la Arena Carioca y compitió en aro, pelota, cinta y mazas. Imagínense la presión, el escenario, saber que estás abriendo un camino que antes no existía. Detrás de ella, por supuesto, está la entrenadora Melissa Brenes, quien fue la que recibió el galardón de la Federación Internacional de Gimnasia. Esto no es solo un logro individual; es el resultado de un montón de esfuerzo, de un equipo que creyó que se podía.
Y aquí es donde la vara se pone todavía más tuanis. El reconocimiento no fue solo por participar, sino que la FIG premió a todas las delegaciones debutantes. Costa Rica compartió ese honor con países como Aruba, Paraguay y Perú. Esto es un mensaje clarísimo: el mundo de la gimnasia se está abriendo, y nosotros ya pusimos el pie en la puerta. Gloriana no solo compitió, representó y dejó una marca. Ella, con su esfuerzo, le está diciendo a un montón de güilas que sueñan con la cinta y la pelota que sí se puede llegar. Que el brete silencioso, lejos de los estadios llenos y los patrocinios millonarios, también da frutos gigantescos.
Es que seamos honestos, en Costa Rica a veces nos cuesta ver más allá del fútbol. Si no es la Sele, la Liga o la S, parece que el deporte no existe. Pero hay todo un universo de atletas que son unos cargas, que se levantan de madrugada, que sacrifican fines de semana y que sudan la camiseta tricolor con un orgullo inmenso. Este reconocimiento para la gimnasia tica no es solo un chunche bonito para poner en una vitrina. Es una validación. Es un recordatorio de que el talento en este país sobra y que, con el apoyo correcto, podemos competir en lo que sea. Esto es una victoria para todos los deportes "menores" que luchan por un espacio.
En fin, no sé ustedes, pero a mí noticias como esta me llenan de orgullo. Saber que una compatriota hizo historia y que el nombre de Costa Rica sonó en un evento de esa magnitud es simplemente genial. Es la prueba de que el trabajo duro y la pasión rompen cualquier barrera. Un aplauso de pie para Gloriana, para su entrenadora Melissa y para toda la gente que estuvo detrás de este logro histórico. Ojalá que esto sea solo el inicio de una nueva era para la gimnasia en el país.
Maes, más allá de esta alegría, ¿cuáles otros deportes 'pequeños' creen ustedes que merecen más apoyo y visibilidad en Tiquicia? ¿Qué historias de campeones silenciosos conocen?