¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos aguantándonos los aguacates de este clima. Melissa, esa tormenta, no nos ha dado respiro y ahora toca suspender clases en hartas escuelas del sur. El MEP tuvo que tomar la decisión, y vaya que la tuvieron que tomar porque la situación se puso feísima. Aparentemente, la cosa está más que salada por ahí abajo.
La suspensión afecta a 38 centros educativos repartidos entre las Direcciones Regionales de Coto y Grande de Térraba. Desde el lunes 27 y martes 28 de octubre, los estudiantes tendrán día libre, aunque más bien diría que están todos aliviados. Pero ojo, esto es porque las cosas están feas: inundaciones, deslizamientos, caminos cortados... ¡Un brete!, sinceramente. Según el ministerio, todo esto es consecuencia de los efectos indirectos de Melissa, así que ni hablar de que esto termine pronto.
El comunicado oficial dice que la decisión se tomó “como medida preventiva ante la saturación de suelos y las dificultades de ingreso”. En otras palabras, si siguen lloviendo así, los niños no van a poder llegar a la escuela, y qué sentido tiene mandarles a meterse en problemas. Lo importante es la seguridad, y eso es lo que se busca garantizar. Además, parece que los comités municipales y regionales de emergencia andan monitoreando la situación hasta en sus sueños; bueno, quizás no tanto, pero sí muy de cerca.
Entre las escuelas afectadas tenemos desde Vista Térraba hasta el Liceo Rural Bahía Drake. ¡Hartas varas! Para los que estaban pensando en echarse unas vacaciones inesperadas, ¡qué carga!, porque esto significa que hay que estar pendientes de cualquier cambio en el clima. Las escuelas académicas que tenían pruebas estandarizadas programadas también se verán afectadas. Eso sí, el MEP ya avisó que esas pruebas se reprogramarán para la semana del 10 al 14 de noviembre, así que todavía les queda tiempo para estudiar. ¡Menos mal!
Y hablando de pruebas estandarizadas, ¡menuda vara! Ya saben, todas esas pruebas que ponen a temblar a los estudiantes y a los padres. Bueno, Melissa decidió echarnos un empujoncito extra y posponerlas un poco. Al final, nadie quiere que los chicos se estresen más de lo necesario. Hablando claro, la combinación de Melissa y las pruebas… ¡puro despiche!
Lo que preocupa es que esto podría empeorar. El MEP ya advirtió que la lista de escuelas suspendidas podría aumentar dependiendo de cómo evolucione el clima. Así que vamos cruzando los dedos para que Melissa decida cambiar su actitud y dejarnos tranquilos un rato. Porque esto del clima impredecible es una torta constante, la verdad. Uno nunca sabe cuándo va a caer otra tormenta encima.
Y no solo afecta a las escuelas. Hartas familias en la zona sur están pasando momentos difíciles. Algunos perdieron sus casas, otros sus cultivos, y muchos simplemente están preocupados por dónde conseguir comida. Esta situación pone de relieve la vulnerabilidad de nuestras comunidades costeras frente a estos fenómenos naturales. Hay que recordar que la costa siempre es más propensa a sufrir los embates del mar y del clima, y que necesitamos medidas preventivas más eficientes para proteger a nuestros vecinos.
Bueno, pues aquí estamos, aguantándonos Melissa y sus consecuencias. Esperemos que las cosas mejoren pronto y que podamos volver a la normalidad. Ahora dime, ¿crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los efectos de estas tormentas recurrentes en zonas vulnerables o deberíamos exigir más acciones concretas? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
La suspensión afecta a 38 centros educativos repartidos entre las Direcciones Regionales de Coto y Grande de Térraba. Desde el lunes 27 y martes 28 de octubre, los estudiantes tendrán día libre, aunque más bien diría que están todos aliviados. Pero ojo, esto es porque las cosas están feas: inundaciones, deslizamientos, caminos cortados... ¡Un brete!, sinceramente. Según el ministerio, todo esto es consecuencia de los efectos indirectos de Melissa, así que ni hablar de que esto termine pronto.
El comunicado oficial dice que la decisión se tomó “como medida preventiva ante la saturación de suelos y las dificultades de ingreso”. En otras palabras, si siguen lloviendo así, los niños no van a poder llegar a la escuela, y qué sentido tiene mandarles a meterse en problemas. Lo importante es la seguridad, y eso es lo que se busca garantizar. Además, parece que los comités municipales y regionales de emergencia andan monitoreando la situación hasta en sus sueños; bueno, quizás no tanto, pero sí muy de cerca.
Entre las escuelas afectadas tenemos desde Vista Térraba hasta el Liceo Rural Bahía Drake. ¡Hartas varas! Para los que estaban pensando en echarse unas vacaciones inesperadas, ¡qué carga!, porque esto significa que hay que estar pendientes de cualquier cambio en el clima. Las escuelas académicas que tenían pruebas estandarizadas programadas también se verán afectadas. Eso sí, el MEP ya avisó que esas pruebas se reprogramarán para la semana del 10 al 14 de noviembre, así que todavía les queda tiempo para estudiar. ¡Menos mal!
Y hablando de pruebas estandarizadas, ¡menuda vara! Ya saben, todas esas pruebas que ponen a temblar a los estudiantes y a los padres. Bueno, Melissa decidió echarnos un empujoncito extra y posponerlas un poco. Al final, nadie quiere que los chicos se estresen más de lo necesario. Hablando claro, la combinación de Melissa y las pruebas… ¡puro despiche!
Lo que preocupa es que esto podría empeorar. El MEP ya advirtió que la lista de escuelas suspendidas podría aumentar dependiendo de cómo evolucione el clima. Así que vamos cruzando los dedos para que Melissa decida cambiar su actitud y dejarnos tranquilos un rato. Porque esto del clima impredecible es una torta constante, la verdad. Uno nunca sabe cuándo va a caer otra tormenta encima.
Y no solo afecta a las escuelas. Hartas familias en la zona sur están pasando momentos difíciles. Algunos perdieron sus casas, otros sus cultivos, y muchos simplemente están preocupados por dónde conseguir comida. Esta situación pone de relieve la vulnerabilidad de nuestras comunidades costeras frente a estos fenómenos naturales. Hay que recordar que la costa siempre es más propensa a sufrir los embates del mar y del clima, y que necesitamos medidas preventivas más eficientes para proteger a nuestros vecinos.
Bueno, pues aquí estamos, aguantándonos Melissa y sus consecuencias. Esperemos que las cosas mejoren pronto y que podamos volver a la normalidad. Ahora dime, ¿crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los efectos de estas tormentas recurrentes en zonas vulnerables o deberíamos exigir más acciones concretas? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
