¡Buenas tardes, foro! Aquí su servidora, lista para meterle pila a este temita que anda dando vueltas. Resulta que el Banco Central nos soltó unos números que hablan de un buen crecimiento en la inversión extranjera directa (IED) durante el segundo trimestre. Parece que estamos sacando pecho, pero como diría mi abuela, 'hay que meterle ojo'. No todo lo que brilla es oro, y este caso huele raro, diay.
La cifra es llamativa: un 30,6% más de IED comparado con el mismo período del año pasado, sumando unos $1.289 millones. Para algunos, esto suena a fiesta, a que la economía va que arde. Pero Sandro Zolezzi, el profe de la ULEAD, nos pone los pies en la tierra con un análisis más profundo. Nos dice que no hay que celebrar así como sea; que hay que ver qué está pasando detrás de esos números bonitos. Porque, vamos, nadie quiere creer que le estén tomando el pelo, ¿verdad?
Zolezzi explica que gran parte de ese supuesto auge de la IED viene impulsado por el régimen de zonas francas, con un crecimiento interanual del 59,2%. Suena bien, ¿no? Hasta ahí todo ok… pero agárrense porque aquí viene la bronca. No se trata de que las empresas que ya están acá estén reinvirtiendo sus ganancias, eso sería bueno, eso traería chambitas y desarrollo real. No, señores. Lo que está pasando es un juego financiero entre las empresas mamalonas y sus filiales.
Lo que ocurre es que estas multinacionales están haciendo menos pagos de deuda a sus casas matrices y, al mismo tiempo, aumentando los préstamos a sus subsidiarias aquí en Costa Rica. Es como si estuvieran moviendo la billetera interna del grupo, ajustando cuentas. Esto infla artificialmente las cifras de IED, pero no necesariamente se traduce en más trabajo, más tecnología o más productos hechos aquí. ¡Es pura jugada contable!
¿Y qué significa esto para nosotros, los ticos? Que no podemos irnos de arrogantes pensando que estamos siendo un imán para la inversión. Necesitamos tener claro que esta IED “inflada” no es sostenible a largo plazo. Un día esas empresas pueden decidir cambiar de estrategia y llevárselo todo de vuelta, dejándonos con la mano vacía. Es como comprarle flores al vecino porque parecen bonitas, pero luego te olvidas de regarlas y se secan.
El profe Zolezzi nos advierte que celebrar un aumento de la IED sin analizarla a fondo es como conducir con los ojos vendados. Puede llevar a tomar malas decisiones y a implementar políticas económicas erróneas. Si nos basamos en flujos financieros temporales y no en inversiones reales y duraderas, terminaremos cometiendo los mismos errores de siempre. ¡Qué pena sería!
Además, en tiempos de tanta incertidumbre mundial, hay que poner lupa a la calidad de la inversión que recibimos. No basta con que entren dólares, necesitamos asegurarnos de que esos dólares se inviertan en cosas que realmente impulsen nuestro crecimiento, en proyectos que creen empleos dignos y que aporten valor agregado a nuestra economía. Que no sean solo 'chunches' que se van rápido, sino inversiones que dejen una huella positiva en el país.
Así que, mis queridos foreros, la pelota está en el tejado de nuestros políticos y empresarios. Tenemos que exigirles que profundicen en los datos, que analicen la composición de la IED y que diseñen políticas que fomenten la inversión real y de largo plazo. Porque la verdadera inversión extranjera no es la que entra, sino la que se queda, crece y transforma nuestro amado Costa Rica. Ahora dime, ¿crees que el gobierno está tomando las medidas necesarias para atraer una IED de calidad, o seguimos siendo presa fácil para este tipo de maniobras financieras?
La cifra es llamativa: un 30,6% más de IED comparado con el mismo período del año pasado, sumando unos $1.289 millones. Para algunos, esto suena a fiesta, a que la economía va que arde. Pero Sandro Zolezzi, el profe de la ULEAD, nos pone los pies en la tierra con un análisis más profundo. Nos dice que no hay que celebrar así como sea; que hay que ver qué está pasando detrás de esos números bonitos. Porque, vamos, nadie quiere creer que le estén tomando el pelo, ¿verdad?
Zolezzi explica que gran parte de ese supuesto auge de la IED viene impulsado por el régimen de zonas francas, con un crecimiento interanual del 59,2%. Suena bien, ¿no? Hasta ahí todo ok… pero agárrense porque aquí viene la bronca. No se trata de que las empresas que ya están acá estén reinvirtiendo sus ganancias, eso sería bueno, eso traería chambitas y desarrollo real. No, señores. Lo que está pasando es un juego financiero entre las empresas mamalonas y sus filiales.
Lo que ocurre es que estas multinacionales están haciendo menos pagos de deuda a sus casas matrices y, al mismo tiempo, aumentando los préstamos a sus subsidiarias aquí en Costa Rica. Es como si estuvieran moviendo la billetera interna del grupo, ajustando cuentas. Esto infla artificialmente las cifras de IED, pero no necesariamente se traduce en más trabajo, más tecnología o más productos hechos aquí. ¡Es pura jugada contable!
¿Y qué significa esto para nosotros, los ticos? Que no podemos irnos de arrogantes pensando que estamos siendo un imán para la inversión. Necesitamos tener claro que esta IED “inflada” no es sostenible a largo plazo. Un día esas empresas pueden decidir cambiar de estrategia y llevárselo todo de vuelta, dejándonos con la mano vacía. Es como comprarle flores al vecino porque parecen bonitas, pero luego te olvidas de regarlas y se secan.
El profe Zolezzi nos advierte que celebrar un aumento de la IED sin analizarla a fondo es como conducir con los ojos vendados. Puede llevar a tomar malas decisiones y a implementar políticas económicas erróneas. Si nos basamos en flujos financieros temporales y no en inversiones reales y duraderas, terminaremos cometiendo los mismos errores de siempre. ¡Qué pena sería!
Además, en tiempos de tanta incertidumbre mundial, hay que poner lupa a la calidad de la inversión que recibimos. No basta con que entren dólares, necesitamos asegurarnos de que esos dólares se inviertan en cosas que realmente impulsen nuestro crecimiento, en proyectos que creen empleos dignos y que aporten valor agregado a nuestra economía. Que no sean solo 'chunches' que se van rápido, sino inversiones que dejen una huella positiva en el país.
Así que, mis queridos foreros, la pelota está en el tejado de nuestros políticos y empresarios. Tenemos que exigirles que profundicen en los datos, que analicen la composición de la IED y que diseñen políticas que fomenten la inversión real y de largo plazo. Porque la verdadera inversión extranjera no es la que entra, sino la que se queda, crece y transforma nuestro amado Costa Rica. Ahora dime, ¿crees que el gobierno está tomando las medidas necesarias para atraer una IED de calidad, o seguimos siendo presa fácil para este tipo de maniobras financieras?