¡Ay, Dios mío! Empezamos el año con pie izquierdo, má’e. Las fiestas navideñas, que deberían haber sido de alegría y celebración, terminaron dejando un reguero de dolor tras la pérdida de 14 vidas en apenas unos días. Una Navidad negra, vamos, una verdadera torta para las familias afectadas.
Según el reporte de Cruz Roja, la situación fue alarmante. No solo hablamos de la muerte, sino también de decenas de personas que tuvieron que ser trasladadas en condición crítica a hospitales alrededor del país. ¡Qué nivel de emergencia! Médicos y paramédicos trabajaron incansablemente, pero lamentablemente no pudieron salvarlos a todos.
Analizando las causas, la cosa pinta feísima. Tenemos gente que murió ahogada, otras por la violencia de armas blancas o de fuego… ¡qué sal! Además, tres personas perdieron la vida en accidentes de tráfico, otra por quemaduras, dos por traumas y hasta un caso donde encontraron un cuerpo sin identificar. Una mezcla horrible de desgracias que nos obliga a reflexionar sobre nuestra conducta.
Y como si fuera poco, hay que recordar al pequeño de tan solo 12 años que falleció en el Hospital Nacional de Niños después de sufrir un terrible accidente de moto en Pozos de Santana. El pobre mael, iba como pasajero y chocó contra un objeto fijo. Se le intentó todo, pero las lesiones eran, según dijeron los doctores, “absolutamente incompatibles con la vida”. ¡Qué barbaridad tener que informar esto, especialmente en estas fechas!
La Benemérita ha insistido mucho en la necesidad de tomar precauciones durante estas temporadas. Te dicen, no manejes si has tomado, usa el casco, abróchense los niños en sus sillas de seguridad... Pero parece que la mayoría ni hace caso. Hay que ponerle empeño, porque estas tragedias se pueden evitar si somos más conscientes y responsables. Y ni hablar de la gente que anda manejando a velocidades inhumanas, poniendo en peligro a los demás.
Es preocupante ver cómo la imprudencia y la irresponsabilidad siguen cobrando vidas en nuestro país. No es solo cuestión de cumplir las leyes, es cuestión de entender que detrás de cada volante hay una familia esperando a alguien, y detrás de cada decisión hay consecuencias. Esa es la pura verdad, nadie está exento de sufrir las repercusiones de actos negligentes.
Ahora bien, hablando de prevención, debemos recordarle a la población mayor de cinco años que transitan en motocicleta que el uso del casco es obligatorio. Así mismo, los niños menores de 12 años deben viajar en asientos de seguridad adecuados a su edad dentro de los vehículos. Parece obvio, pero nunca está de más recordarlo, ¿verdad?
Con tantas muertes y heridos, es difícil no preguntarnos: ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente para proteger nuestras comunidades? ¿Será que necesitamos medidas más estrictas en las carreteras, campañas de concientización más efectivas, o simplemente una actitud generalizada de mayor respeto por la vida? ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Cuál creen que sería la solución más efectiva para reducir estos índices tan preocupantes?
Según el reporte de Cruz Roja, la situación fue alarmante. No solo hablamos de la muerte, sino también de decenas de personas que tuvieron que ser trasladadas en condición crítica a hospitales alrededor del país. ¡Qué nivel de emergencia! Médicos y paramédicos trabajaron incansablemente, pero lamentablemente no pudieron salvarlos a todos.
Analizando las causas, la cosa pinta feísima. Tenemos gente que murió ahogada, otras por la violencia de armas blancas o de fuego… ¡qué sal! Además, tres personas perdieron la vida en accidentes de tráfico, otra por quemaduras, dos por traumas y hasta un caso donde encontraron un cuerpo sin identificar. Una mezcla horrible de desgracias que nos obliga a reflexionar sobre nuestra conducta.
Y como si fuera poco, hay que recordar al pequeño de tan solo 12 años que falleció en el Hospital Nacional de Niños después de sufrir un terrible accidente de moto en Pozos de Santana. El pobre mael, iba como pasajero y chocó contra un objeto fijo. Se le intentó todo, pero las lesiones eran, según dijeron los doctores, “absolutamente incompatibles con la vida”. ¡Qué barbaridad tener que informar esto, especialmente en estas fechas!
La Benemérita ha insistido mucho en la necesidad de tomar precauciones durante estas temporadas. Te dicen, no manejes si has tomado, usa el casco, abróchense los niños en sus sillas de seguridad... Pero parece que la mayoría ni hace caso. Hay que ponerle empeño, porque estas tragedias se pueden evitar si somos más conscientes y responsables. Y ni hablar de la gente que anda manejando a velocidades inhumanas, poniendo en peligro a los demás.
Es preocupante ver cómo la imprudencia y la irresponsabilidad siguen cobrando vidas en nuestro país. No es solo cuestión de cumplir las leyes, es cuestión de entender que detrás de cada volante hay una familia esperando a alguien, y detrás de cada decisión hay consecuencias. Esa es la pura verdad, nadie está exento de sufrir las repercusiones de actos negligentes.
Ahora bien, hablando de prevención, debemos recordarle a la población mayor de cinco años que transitan en motocicleta que el uso del casco es obligatorio. Así mismo, los niños menores de 12 años deben viajar en asientos de seguridad adecuados a su edad dentro de los vehículos. Parece obvio, pero nunca está de más recordarlo, ¿verdad?
Con tantas muertes y heridos, es difícil no preguntarnos: ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente para proteger nuestras comunidades? ¿Será que necesitamos medidas más estrictas en las carreteras, campañas de concientización más efectivas, o simplemente una actitud generalizada de mayor respeto por la vida? ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Cuál creen que sería la solución más efectiva para reducir estos índices tan preocupantes?
