Ay, mae, esto sí que es una vaina dura. Apenas estábamos digiriendo el pavo y el rompope de Navidad, y nos llega la noticia que sacude a Parrita y a todo el país. Un triple homicidio a plena luz del día en una fiestuca familiar… ¡qué sal!
Como bien dijo Michael Soto, el director interino del OIJ, la bronca pasó alrededor de las nueve y media de la noche, en una casa donde andaban varios. No era ningún brete secreto, parecía una celebración normal, hasta que entraron dos tipos con malas intenciones y empezaron a repartir bala a diestra y siniestra. Claramente, esto no salió de casualidad.
Lo que más me da qué pensar es que parece que tenían apuntado a un tipo llamado Navarro, el pobre man. Pero bueno, ya sabemos cómo es esto, a veces te pegan a ti si estás cerca del que les interesa. Da rabia ver cómo la violencia se mete hasta en nuestros momentos más felices, donde se supone que estamos compartiendo con la familia y los amigos.
Y ni hablar de la niña de 12 años, ¡qué susto le dieron! Afortunadamente, dicen que ya está fuera de peligro y en buen estado, eso es lo que le quita un poco de amargura a toda esta tragedia. Imaginen el miedo que sintió la pequeña al escuchar esos disparos, espero que pueda superarlo pronto con mucho amor y apoyo de sus padres.
Ahora, el OIJ está buscando a los responsables, tratando de darle luz a esta vara turbia. Dicen que podría ser una venganza, un ajuste de cuentas, alguna bronca personal que se salió de control. ¡Uf!, estos temas siempre son complicados, porque ahí entran muchas cosas, intereses, rencores… una espiral de dolor.
Lo que queda claro es que tenemos un problema serio con la violencia en nuestro país. Ya no importa dónde estés, ni si es Navidad, ni si hay niños presentes. La delincuencia anda suelta y haciendo de las suyas. Hay que exigirle más a las autoridades, más seguridad, más presencia policial, aunque a veces parezca que chocamos contra una pared.
Muchos se preguntan, ¿cómo llegamos a este punto? ¿Por qué tanta gente decide tomar el arma como solución a sus problemas? Creo que es una combinación de factores: pobreza, desigualdad, falta de oportunidades, impunidad... Un cóctel explosivo que termina destrozando vidas y comunidades enteras. Además, ahora con tanto pendiente de redes sociales y mensajes anónimos, cualquiera puede empezar una bronca que termine en desgracia.
En fin, otra Navidad que quedará grabada en la memoria de muchos con sabor a tristeza y preocupación. Esta situación nos hace reflexionar sobre la importancia de construir una sociedad más justa, más segura y más humana. ¿Ustedes creen que podemos lograrlo, o seguiremos viendo cómo la violencia arrebata nuestras esperanzas y sueños?
Como bien dijo Michael Soto, el director interino del OIJ, la bronca pasó alrededor de las nueve y media de la noche, en una casa donde andaban varios. No era ningún brete secreto, parecía una celebración normal, hasta que entraron dos tipos con malas intenciones y empezaron a repartir bala a diestra y siniestra. Claramente, esto no salió de casualidad.
Lo que más me da qué pensar es que parece que tenían apuntado a un tipo llamado Navarro, el pobre man. Pero bueno, ya sabemos cómo es esto, a veces te pegan a ti si estás cerca del que les interesa. Da rabia ver cómo la violencia se mete hasta en nuestros momentos más felices, donde se supone que estamos compartiendo con la familia y los amigos.
Y ni hablar de la niña de 12 años, ¡qué susto le dieron! Afortunadamente, dicen que ya está fuera de peligro y en buen estado, eso es lo que le quita un poco de amargura a toda esta tragedia. Imaginen el miedo que sintió la pequeña al escuchar esos disparos, espero que pueda superarlo pronto con mucho amor y apoyo de sus padres.
Ahora, el OIJ está buscando a los responsables, tratando de darle luz a esta vara turbia. Dicen que podría ser una venganza, un ajuste de cuentas, alguna bronca personal que se salió de control. ¡Uf!, estos temas siempre son complicados, porque ahí entran muchas cosas, intereses, rencores… una espiral de dolor.
Lo que queda claro es que tenemos un problema serio con la violencia en nuestro país. Ya no importa dónde estés, ni si es Navidad, ni si hay niños presentes. La delincuencia anda suelta y haciendo de las suyas. Hay que exigirle más a las autoridades, más seguridad, más presencia policial, aunque a veces parezca que chocamos contra una pared.
Muchos se preguntan, ¿cómo llegamos a este punto? ¿Por qué tanta gente decide tomar el arma como solución a sus problemas? Creo que es una combinación de factores: pobreza, desigualdad, falta de oportunidades, impunidad... Un cóctel explosivo que termina destrozando vidas y comunidades enteras. Además, ahora con tanto pendiente de redes sociales y mensajes anónimos, cualquiera puede empezar una bronca que termine en desgracia.
En fin, otra Navidad que quedará grabada en la memoria de muchos con sabor a tristeza y preocupación. Esta situación nos hace reflexionar sobre la importancia de construir una sociedad más justa, más segura y más humana. ¿Ustedes creen que podemos lograrlo, o seguiremos viendo cómo la violencia arrebata nuestras esperanzas y sueños?