¡Ay, Dios mío! Esto se puso bueno, purita polémica. Resulta que José Luis Liu Paniagua, ese señor que anda metido en líos por lavado de dinero, anduvo tratando de meterle mano al erario público con un negocio de pruebas para detectar THC en cultivos de cáñamo. Parece sacado de novela, ¿verdad?
Según nos cuentan, el asunto se remonta a agosto de 2022, cuando Liu, agarradito de sus asesores y algunos funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), buscaba convencer al gobierno – en ese momento con Randall Vega como viceministro– de comprarle unas ‘bolsas mágicas’ que supuestamente detectaban si el cáñamo tenía o no ese tetracanabinol maldito. Todo esto, cuando se estaba viendo la posibilidad de legalizar el rollo del cáñamo en el país, pa' ver si sacábamos provecho.
Vega, quien ya salió de la picada política tras el riflazo de Chaves, contó que lo recibieron con gusto, pensando que sería algo útil para regular el negocio si llegaba a despegar. Imaginen la escena: ahí sentadito, escuchando a Liu explicar cómo esa bolsita plástica, con un líquido transparente adentro, cambiaba de color dependiendo del nivel de THC. ¡Un show digno de ver!
Pero aquí viene la bronca: el experimento falló estrepitosamente. El líquido se quedó bien quietecito, sin cambiar ni un poquito de color. Y aunque intentaron pedirle la ficha técnica del cacharro, Liu no la presentó. Según Vega, todo quedó como una “propuesta con poca seriedad”, y decidieron dejarlo ir. ¡Se salvó el país de una torta!
Liu, defendiéndose como pudo, dice que solo quería presentar su producto para generar empleos y exportaciones. Que necesitaba del gobierno para saber cómo mover el brete, pero Vega insiste en que solo hablaron de las pruebas. El mae, parece que quiere lavarle las manos, buscando excusas pa' salir del arrastre. Ya sabemos que estos empresarios siempre tienen una forma de echarle la culpa a otros.
Lo curioso es que Liu no solo anduvo rondando el MSP, sino que también visitó el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), e incluso se reunió con varios diputados, incluyendo a Luis Diego Vargas, Manuel Morales y Pedro Rojas, todos justificando los encuentros por temas relacionados con el cáñamo. Johanna Obando, la única que no dio explicaciones, dice que lo conoció en una mesa de trabajo en Tilarán, hablando de empleo y emprendimientos. ¡Pero habrá cosas detrás de todo esto, chunches!
Más preocupante aún es que parece que Liu mantiene relaciones cercanas con funcionarios del MAG en Tilarán, a quienes incluso les pidió capacitaciones sobre el cultivo de cáñamo. ¡Así nomás, metiéndose en asuntos oficiales! Ninguno de los dos ministerios ha querido dar explicaciones claras hasta ahora. Parecen estar tapándose los ojos, esperando que esto se vaya al olvido. El MSP, hasta ahorita, solo ha dicho que van a investigar el caso… ya veremos si dan resultados o será pura campaña.
Esta vainera demuestra que el negocio del cáñamo sigue siendo un imán para personajes turbios. Un empresario investigado por lavado intenta aprovecharse de la incertidumbre regulatoria, aprovechando cualquier oportunidad para lucrar. Ahora la gran pregunta es: ¿qué tan profundo llega esta red de influencias y quién más está involucrado en esta jugada? ¿Creen que debemos endurecer los controles y la fiscalización ante la creciente presión de intereses oscuros en torno al cultivo de cáñamo en Costa Rica?
Según nos cuentan, el asunto se remonta a agosto de 2022, cuando Liu, agarradito de sus asesores y algunos funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), buscaba convencer al gobierno – en ese momento con Randall Vega como viceministro– de comprarle unas ‘bolsas mágicas’ que supuestamente detectaban si el cáñamo tenía o no ese tetracanabinol maldito. Todo esto, cuando se estaba viendo la posibilidad de legalizar el rollo del cáñamo en el país, pa' ver si sacábamos provecho.
Vega, quien ya salió de la picada política tras el riflazo de Chaves, contó que lo recibieron con gusto, pensando que sería algo útil para regular el negocio si llegaba a despegar. Imaginen la escena: ahí sentadito, escuchando a Liu explicar cómo esa bolsita plástica, con un líquido transparente adentro, cambiaba de color dependiendo del nivel de THC. ¡Un show digno de ver!
Pero aquí viene la bronca: el experimento falló estrepitosamente. El líquido se quedó bien quietecito, sin cambiar ni un poquito de color. Y aunque intentaron pedirle la ficha técnica del cacharro, Liu no la presentó. Según Vega, todo quedó como una “propuesta con poca seriedad”, y decidieron dejarlo ir. ¡Se salvó el país de una torta!
Liu, defendiéndose como pudo, dice que solo quería presentar su producto para generar empleos y exportaciones. Que necesitaba del gobierno para saber cómo mover el brete, pero Vega insiste en que solo hablaron de las pruebas. El mae, parece que quiere lavarle las manos, buscando excusas pa' salir del arrastre. Ya sabemos que estos empresarios siempre tienen una forma de echarle la culpa a otros.
Lo curioso es que Liu no solo anduvo rondando el MSP, sino que también visitó el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), e incluso se reunió con varios diputados, incluyendo a Luis Diego Vargas, Manuel Morales y Pedro Rojas, todos justificando los encuentros por temas relacionados con el cáñamo. Johanna Obando, la única que no dio explicaciones, dice que lo conoció en una mesa de trabajo en Tilarán, hablando de empleo y emprendimientos. ¡Pero habrá cosas detrás de todo esto, chunches!
Más preocupante aún es que parece que Liu mantiene relaciones cercanas con funcionarios del MAG en Tilarán, a quienes incluso les pidió capacitaciones sobre el cultivo de cáñamo. ¡Así nomás, metiéndose en asuntos oficiales! Ninguno de los dos ministerios ha querido dar explicaciones claras hasta ahora. Parecen estar tapándose los ojos, esperando que esto se vaya al olvido. El MSP, hasta ahorita, solo ha dicho que van a investigar el caso… ya veremos si dan resultados o será pura campaña.
Esta vainera demuestra que el negocio del cáñamo sigue siendo un imán para personajes turbios. Un empresario investigado por lavado intenta aprovecharse de la incertidumbre regulatoria, aprovechando cualquier oportunidad para lucrar. Ahora la gran pregunta es: ¿qué tan profundo llega esta red de influencias y quién más está involucrado en esta jugada? ¿Creen que debemos endurecer los controles y la fiscalización ante la creciente presión de intereses oscuros en torno al cultivo de cáñamo en Costa Rica?