¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela. Resulta que la oficina de Interpol de Costa Rica, del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), agarró a un señor de 45 años, originario de Nigeria, justo acá en nuestro país. Pero no vaya a ser que esto sea cualquier cosita, porque este mae está bien encablonado: lo quieren en Brasil por temas de tráfico de drogas, ¡qué harta!
Según nos cuentan desde el OIJ, la solicitud de captura internacional con fines de extradición llegó este mismito martes. Fue el Tribunal del Primer Circuito Judicial de San José quien le dio luz verde a la requisición. No dieron mucho rodeo: tan pronto recibieron la orden, los oficiales de Interpol pusieron manos a la obra y empezaron a buscarlo.
Y colorín colorado, este cuento no ha terminado. El tipo estaba tranquilamente –si se puede decir– en el Centro de Aprehensión de Migración Los Lagos, en Heredia, bajo el cuidado de los compas de Migración. Imagínate la sorpresa cuando llegaron los polis a buscarlo. Lo sacaron de ahí, lo llevaron pa’ las celdas del OIJ y ahora está aguardando que la justicia brasileña le dé nomás…
Este caso nos pone pa’ pensar, ¿verdad? Costa Rica siempre ha sido un territorio que se esfuerza por mantener la tranquilidad, pero parece que la pesca ilegal y estos negocios turbios siguen buscando refugio por acá. Hay que estar ojo avizor para evitar que estas varas se nos compliquen aún más.
Lo que me da curiosidad es cómo pudo haber llegado hasta acá. Con tanto control migratorio, uno piensa que es difícil pasar desapercibido, pero veo que hay fisuras por todos lados. Quizás necesitamos darle un buen repaso a esos procedimientos, para ver si podemos mejorar la seguridad en nuestros aeropuertos y fronteras. ¡Un brete eso!
Ahora, el mae está a disposición de las autoridades judiciales brasileñas, quienes tendrán que demostrar que realmente tiene que responder por los cargos que enfrenta allá. Se va a armar un chinchorro legal, seguro. Esperemos que todo se lleve a cabo conforme a derecho y que la verdad salga a la luz. Un proceso así siempre es complicado, con abogados, traducciones… ¡todo un rollo!
La extradición, claro, dependerá de varios factores: acuerdos internacionales entre Costa Rica y Brasil, garantías legales para el acusado... En fin, un montón de papeleos y trámites burocráticos que pueden demorar bastante. Mientras tanto, el tipejo tendrá que quedarse acampado en las celdas del OIJ, esperando su destino.
Todo este asunto plantea una pregunta importante: ¿Estamos haciendo lo suficiente para prevenir que personas involucradas en actividades ilegales lleguen a nuestro país, o simplemente estamos reaccionando a los problemas ya existentes? ¿Ustedes creen que deberíamos fortalecer los controles migratorios o enfocarnos en otras estrategias para combatir el crimen transnacional en Costa Rica?
Según nos cuentan desde el OIJ, la solicitud de captura internacional con fines de extradición llegó este mismito martes. Fue el Tribunal del Primer Circuito Judicial de San José quien le dio luz verde a la requisición. No dieron mucho rodeo: tan pronto recibieron la orden, los oficiales de Interpol pusieron manos a la obra y empezaron a buscarlo.
Y colorín colorado, este cuento no ha terminado. El tipo estaba tranquilamente –si se puede decir– en el Centro de Aprehensión de Migración Los Lagos, en Heredia, bajo el cuidado de los compas de Migración. Imagínate la sorpresa cuando llegaron los polis a buscarlo. Lo sacaron de ahí, lo llevaron pa’ las celdas del OIJ y ahora está aguardando que la justicia brasileña le dé nomás…
Este caso nos pone pa’ pensar, ¿verdad? Costa Rica siempre ha sido un territorio que se esfuerza por mantener la tranquilidad, pero parece que la pesca ilegal y estos negocios turbios siguen buscando refugio por acá. Hay que estar ojo avizor para evitar que estas varas se nos compliquen aún más.
Lo que me da curiosidad es cómo pudo haber llegado hasta acá. Con tanto control migratorio, uno piensa que es difícil pasar desapercibido, pero veo que hay fisuras por todos lados. Quizás necesitamos darle un buen repaso a esos procedimientos, para ver si podemos mejorar la seguridad en nuestros aeropuertos y fronteras. ¡Un brete eso!
Ahora, el mae está a disposición de las autoridades judiciales brasileñas, quienes tendrán que demostrar que realmente tiene que responder por los cargos que enfrenta allá. Se va a armar un chinchorro legal, seguro. Esperemos que todo se lleve a cabo conforme a derecho y que la verdad salga a la luz. Un proceso así siempre es complicado, con abogados, traducciones… ¡todo un rollo!
La extradición, claro, dependerá de varios factores: acuerdos internacionales entre Costa Rica y Brasil, garantías legales para el acusado... En fin, un montón de papeleos y trámites burocráticos que pueden demorar bastante. Mientras tanto, el tipejo tendrá que quedarse acampado en las celdas del OIJ, esperando su destino.
Todo este asunto plantea una pregunta importante: ¿Estamos haciendo lo suficiente para prevenir que personas involucradas en actividades ilegales lleguen a nuestro país, o simplemente estamos reaccionando a los problemas ya existentes? ¿Ustedes creen que deberíamos fortalecer los controles migratorios o enfocarnos en otras estrategias para combatir el crimen transnacional en Costa Rica?
