Mae, a veces uno está scrolleando en redes sin mucho que hacer y se topa con unas varas que, de verdad, le alegran el día. Esta es una de esas. Resulta que Ibai Llanos, el mae de los streams, ese gigante español que todo el mundo conoce por armar eventos masivos desde su compu, se mandó con una idea genial: un “Mundial de Desayunos”. La dinámica es simple: pone a competir a los platos mañaneros más icónicos de 16 países y que la gente decida al campeón. Y diay, como era de esperarse, nuestro glorioso gallo pinto no podía faltar en la fiesta. ¡Y no solo no faltó, sino que ya está en octavos de final! ¡Qué chiva, la verdad!
Ahora la cosa se puso seria, casi un clásico. Nos toca un duelo a muerte súbita contra un rival de peso: Colombia. El ganador de este choque de titanes se mete de una en los cuartos de final. Por un lado, nuestro pinto, ese que nos levanta para ir al brete todos los días, con sus frijolitos negros, su arroz sueltito, el toque de culantro, la natilla que no perdona, el platanito maduro y un huevo frito para coronar. Hasta el mismo Ibai, al presentarlo, lo describió como un “plato muy contundente”. Por el otro lado, las famosísimas arepas colombianas. La pelea está más pareja que un Heredia-Saprissa en la Cueva. Mae, ¡qué nivel que nuestro pinto esté en estas ligas, compitiendo y siendo reconocido a nivel mundial por una figura tan grande!
Pero bueno, ¿cómo se decide esta guerra gastronómica? Aquí es donde la cosa se pone interesante y donde todos nosotros entramos a jugar. La mecánica es un vacilón, pero es definitoria. Ibai, en su video oficial, tiró las dos banderas en la sección de comentarios. Para votar, la gente simplemente tiene que escribir el nombre del país que apoya. El país que acumule más comentarios, gana. Así de fácil y así de brutal. O sea, el destino de nuestro desayuno patrio está, literalmente, en nuestros pulgares. No hay jurado, no hay catadores profesionales; solo una guerra de comentarios para ver qué país tiene a la fanaticada más fiebre.
Y es que esta vara va mucho más allá de si el pinto es más rico que la arepa (que obvio sí, pero no se lo digan a los compas colombianos, que se nos resienten). Esto es un reflejo de cómo funciona el mundo ahora. Es un ejemplo perfecto de cómo un mae como Ibai, con una audiencia de millones de personas, puede poner al planeta entero a hablar y a debatir sobre un chunche tan nuestro como el gallo pinto. El alcance que tiene este mae es una carga, y que haya incluido a Costa Rica en su selección de 16 países es algo que, como mínimo, nos debería sacar una sonrisa y un poquito de orgullo. Nos puso en el mapa de los desayunos, ¡y vamos ganando!
Así que la situación es esta: estamos en una batalla digital por el honor del pinto. Es Tiquicia contra Colombia en una guerra de pulgares. Si usted está leyendo esto y todavía no ha ido a votar, ya sabe qué hacer. Deje de ver memes un toque, métase a las redes de Ibai Llanos y vaya a defender el honor nacional. Cada comentario cuenta para que nuestro plato bandera avance a la siguiente ronda. Pero más allá del vacilón y de la competencia, esto me deja pensando...
¿Qué opinan ustedes, maes? ¿Creen que el pinto tiene lo que se necesita para llegar a la final y coronarse campeón del mundo? ¿O la competencia está muy dura y nos quedamos en el camino? ¡Se abre el debate en el foro!
Ahora la cosa se puso seria, casi un clásico. Nos toca un duelo a muerte súbita contra un rival de peso: Colombia. El ganador de este choque de titanes se mete de una en los cuartos de final. Por un lado, nuestro pinto, ese que nos levanta para ir al brete todos los días, con sus frijolitos negros, su arroz sueltito, el toque de culantro, la natilla que no perdona, el platanito maduro y un huevo frito para coronar. Hasta el mismo Ibai, al presentarlo, lo describió como un “plato muy contundente”. Por el otro lado, las famosísimas arepas colombianas. La pelea está más pareja que un Heredia-Saprissa en la Cueva. Mae, ¡qué nivel que nuestro pinto esté en estas ligas, compitiendo y siendo reconocido a nivel mundial por una figura tan grande!
Pero bueno, ¿cómo se decide esta guerra gastronómica? Aquí es donde la cosa se pone interesante y donde todos nosotros entramos a jugar. La mecánica es un vacilón, pero es definitoria. Ibai, en su video oficial, tiró las dos banderas en la sección de comentarios. Para votar, la gente simplemente tiene que escribir el nombre del país que apoya. El país que acumule más comentarios, gana. Así de fácil y así de brutal. O sea, el destino de nuestro desayuno patrio está, literalmente, en nuestros pulgares. No hay jurado, no hay catadores profesionales; solo una guerra de comentarios para ver qué país tiene a la fanaticada más fiebre.
Y es que esta vara va mucho más allá de si el pinto es más rico que la arepa (que obvio sí, pero no se lo digan a los compas colombianos, que se nos resienten). Esto es un reflejo de cómo funciona el mundo ahora. Es un ejemplo perfecto de cómo un mae como Ibai, con una audiencia de millones de personas, puede poner al planeta entero a hablar y a debatir sobre un chunche tan nuestro como el gallo pinto. El alcance que tiene este mae es una carga, y que haya incluido a Costa Rica en su selección de 16 países es algo que, como mínimo, nos debería sacar una sonrisa y un poquito de orgullo. Nos puso en el mapa de los desayunos, ¡y vamos ganando!
Así que la situación es esta: estamos en una batalla digital por el honor del pinto. Es Tiquicia contra Colombia en una guerra de pulgares. Si usted está leyendo esto y todavía no ha ido a votar, ya sabe qué hacer. Deje de ver memes un toque, métase a las redes de Ibai Llanos y vaya a defender el honor nacional. Cada comentario cuenta para que nuestro plato bandera avance a la siguiente ronda. Pero más allá del vacilón y de la competencia, esto me deja pensando...
¿Qué opinan ustedes, maes? ¿Creen que el pinto tiene lo que se necesita para llegar a la final y coronarse campeón del mundo? ¿O la competencia está muy dura y nos quedamos en el camino? ¡Se abre el debate en el foro!
el mejor desayuno sin dudar, aunque la comida colombiana es bastante buena también, está reñido 
