Envuelta en el misterio de la noche
y el silencio de los secretos que más se guardan
la Princesa de la Oscuridad se esconde
tras la nube más densa del horizonte:
es el tiempo en que Ella observa
pues no desea ser admirada.
Son las noches aquellas en que, silenciosa,
da espacio a que el amante la necesite
y por su deseo sea buscada.
Llegarán luego otras noches
cuando Ella, sensual, dorada
busque y reclame la pasión y el arrebato
de aquel que motivó su luz plateada .
Nueva, le dicen a veces
aquellos que buscan inicios
y tras cada noche nuevos amaneceres.
Y mujer como es,
con su dualidad tan claramente marcada,
lo que algunos en Ella ven como inicio,
para otros encierra temores antiguos.
Miedos oscuros de desconocidos sentidos.
Miedos antiguos, temores extraños
que detienen el paso de cualquiera,
y ante la mínima duda detienen caballos
para esconderse en las cuevas de su mente.
Ya llegarás otros anocheceres –se dicen-
más claros y diáfanos
que muestren la belleza y la armonía
sin la necesidad de atravesar la oscuridad sombría.
Por eso la anciana decía
con su voz casi apagada
que el miedo es la barrera que separa
a los que caminan por nuevas rutas
de los que en el camino quedaron sin nada.
HippieQ
Ene, 2008
y el silencio de los secretos que más se guardan
la Princesa de la Oscuridad se esconde
tras la nube más densa del horizonte:
es el tiempo en que Ella observa
pues no desea ser admirada.
Son las noches aquellas en que, silenciosa,
da espacio a que el amante la necesite
y por su deseo sea buscada.
Llegarán luego otras noches
cuando Ella, sensual, dorada
busque y reclame la pasión y el arrebato
de aquel que motivó su luz plateada .
Nueva, le dicen a veces
aquellos que buscan inicios
y tras cada noche nuevos amaneceres.
Y mujer como es,
con su dualidad tan claramente marcada,
lo que algunos en Ella ven como inicio,
para otros encierra temores antiguos.
Miedos oscuros de desconocidos sentidos.
Miedos antiguos, temores extraños
que detienen el paso de cualquiera,
y ante la mínima duda detienen caballos
para esconderse en las cuevas de su mente.
Ya llegarás otros anocheceres –se dicen-
más claros y diáfanos
que muestren la belleza y la armonía
sin la necesidad de atravesar la oscuridad sombría.
Por eso la anciana decía
con su voz casi apagada
que el miedo es la barrera que separa
a los que caminan por nuevas rutas
de los que en el camino quedaron sin nada.
HippieQ
Ene, 2008
