Jenny Salas, la trabajadora del PANI, contó a la Fiscalía que el sospechoso al parecer no solamente le contó a monseñor Ángel San Casimiro lo ocurrido, sino que lo admitió también ante el Comité del Niño Agredido del Hospital de San Carlos.
Conocimiento
El obispo de Ciudad Quesada sabía, desde diciembre de 1998, que el Ministerio Público buscaba a su subalterno.
El 18 de enero de 1999, el Obispo escribió a la fiscal Alba Campos: “Lamento no poder colaborar con usted en cuanto a la información sobre dónde se encuentra el padre Enrique Vásquez (...) por no saber el domicilio ni el lugar donde actualmente se encuentra”.
Al parecer, las autoridades eclesiásticas no comunicaron en forma oportuna el paradero de Vásquez a los funcionarios públicos.
En primer lugar, el director de Casa Alberione –en Guadalajara, México– admitió a La Nación que San Casimiro pagó parte de la estadía del sacerdote en ese centro de ayuda para religiosos.
En segundo lugar, la Fiscalía decomisó el expediente personal de Enrique Vásquez en la Curia Diocesana de Ciudad Quesada.
Ahí hallaron una factura –a nombre de Vásquez– confeccionada en abril del 2000 por un médico psiquiatra de México.
Este medio ha intentado conversar con San Casimiro, pero no ha sido posible localizarlo en Washington, Estados Unidos. Al parecer, hoy llega al país.
Voceros de la Iglesia Católica indicaron que, el lunes, el Obispo dará una conferencia de prensa.
Vásquez ha estado en parroquias de Nueva York y Connecticut (Estados Unidos) y Honduras.
En agosto del 2003, San Casimiro volvió a reiterar que desconocía el paradero del fugitivo.