¡Aguante ahí! El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) cerró el 2025 con una racha impresionante, demostrando que le están echándole ganas. Según el reporte anual, acumularon más de 102 mil casos abiertos y realizaron más de 15 mil operativos, una cifra que ni les pega a los de años anteriores. Claramente, esto demuestra que el OIJ no anda jugando y que le poneleca a combatir el delito en Costa Rica.
Este año ha sido particularmente intenso para la policía judicial. El director interino, Michael Soto, hizo hincapié en que los resultados evidencian una fuerte presión investigativa, marcada por darle caña al crimen organizado. Vimos golpes duros, con incautaciones de droga por las nubes y una reducción notable en los robos. No es que se haya acabado el problema, pero sí hay señales claras de que se están haciendo cosas bien.
Uno de los aspectos más impactantes del informe es el número de personas imputadas. El OIJ presentó ante el Ministerio Público a casi 47 mil personas, lo que da una idea del volumen de trabajo que tienen. Claro que muchos dirán que eso no resuelve el problema de fondo, pero al menos se están llevando presos a los que andan haciendo daño en las calles, ¿no?
En cuanto a los delitos contra la propiedad, hubo una ligera mejora. Se contabilizaron 35 mil denuncias, unas 800 menos que el año pasado. Esto, según el OIJ, se debe a una mejor coordinación entre las diferentes unidades y a estrategias enfocadas en zonas conflictivas. Aunque todavía queda mucho por hacer, es un respiro ver que al menos algunos tipos de delitos están bajando un poquito.
Pero lo que realmente llamó la atención fueron las desarticulaciones de bandas criminales. El OIJ logró desmantelar 36 estructuras de alto impacto, algunas con investigaciones que duraron años. Hablamos de casos relacionados con homicidios, narcotráfico, lavado de dinero y hasta daños al medio ambiente. Ahí se nota que se pusieron las pilas y que no se echaron para atrás aunque costara.
Y hablando de drogas, el OIJ pulverizó sus propias metas. Incautaron más de 5 mil kilos de clorhidrato de cocaína y 10 mil kilos de marihuana, cantidades que dejaron boquiabiertos a todos. Eso sí que es darle duro a los traficantes, ¿eh? Obviamente, esto demuestra que la lucha contra las drogas sigue siendo una prioridad nacional y que el OIJ está comprometido con esa tarea. Que buen brete les tocó, diay.
Michael Soto, el director interino, recalcó que estos logros no son solo gracias al OIJ, sino que dependen del esfuerzo conjunto de varias instituciones. Añadió que la policía hace un trabajo importante de contención, pero que la verdadera solución al problema de la criminalidad requiere de programas sociales, educación y prevención desde la raíz. Una verdad incómoda, pero necesaria escucharla. Además, destacaron los avances tecnológicos, como el sistema Supercop y la expansión del APIS. Un Chunche para la tecnología.
Sin embargo, el año también tuvo un sabor amargo: el asesinato del agente Geiner Zamora. Un golpe muy duro para la institución y para toda la comunidad policial. Las investigaciones llevaron a la detención de ocho personas, incluyendo individuos vinculados a poderosas organizaciones criminales en la región de Guápiles. Desde “Cotoño” pasando por “Mamba” hasta “Diablo”. Lamentablemente un fiel servidor dio la vida por defender nuestra patria. ¿Ustedes creen que estas medidas serán suficientes para frenar la violencia contra los agentes del orden o necesitamos un cambio radical en la forma en que abordamos la seguridad en Costa Rica?
Este año ha sido particularmente intenso para la policía judicial. El director interino, Michael Soto, hizo hincapié en que los resultados evidencian una fuerte presión investigativa, marcada por darle caña al crimen organizado. Vimos golpes duros, con incautaciones de droga por las nubes y una reducción notable en los robos. No es que se haya acabado el problema, pero sí hay señales claras de que se están haciendo cosas bien.
Uno de los aspectos más impactantes del informe es el número de personas imputadas. El OIJ presentó ante el Ministerio Público a casi 47 mil personas, lo que da una idea del volumen de trabajo que tienen. Claro que muchos dirán que eso no resuelve el problema de fondo, pero al menos se están llevando presos a los que andan haciendo daño en las calles, ¿no?
En cuanto a los delitos contra la propiedad, hubo una ligera mejora. Se contabilizaron 35 mil denuncias, unas 800 menos que el año pasado. Esto, según el OIJ, se debe a una mejor coordinación entre las diferentes unidades y a estrategias enfocadas en zonas conflictivas. Aunque todavía queda mucho por hacer, es un respiro ver que al menos algunos tipos de delitos están bajando un poquito.
Pero lo que realmente llamó la atención fueron las desarticulaciones de bandas criminales. El OIJ logró desmantelar 36 estructuras de alto impacto, algunas con investigaciones que duraron años. Hablamos de casos relacionados con homicidios, narcotráfico, lavado de dinero y hasta daños al medio ambiente. Ahí se nota que se pusieron las pilas y que no se echaron para atrás aunque costara.
Y hablando de drogas, el OIJ pulverizó sus propias metas. Incautaron más de 5 mil kilos de clorhidrato de cocaína y 10 mil kilos de marihuana, cantidades que dejaron boquiabiertos a todos. Eso sí que es darle duro a los traficantes, ¿eh? Obviamente, esto demuestra que la lucha contra las drogas sigue siendo una prioridad nacional y que el OIJ está comprometido con esa tarea. Que buen brete les tocó, diay.
Michael Soto, el director interino, recalcó que estos logros no son solo gracias al OIJ, sino que dependen del esfuerzo conjunto de varias instituciones. Añadió que la policía hace un trabajo importante de contención, pero que la verdadera solución al problema de la criminalidad requiere de programas sociales, educación y prevención desde la raíz. Una verdad incómoda, pero necesaria escucharla. Además, destacaron los avances tecnológicos, como el sistema Supercop y la expansión del APIS. Un Chunche para la tecnología.
Sin embargo, el año también tuvo un sabor amargo: el asesinato del agente Geiner Zamora. Un golpe muy duro para la institución y para toda la comunidad policial. Las investigaciones llevaron a la detención de ocho personas, incluyendo individuos vinculados a poderosas organizaciones criminales en la región de Guápiles. Desde “Cotoño” pasando por “Mamba” hasta “Diablo”. Lamentablemente un fiel servidor dio la vida por defender nuestra patria. ¿Ustedes creen que estas medidas serán suficientes para frenar la violencia contra los agentes del orden o necesitamos un cambio radical en la forma en que abordamos la seguridad en Costa Rica?