¡Ay, Dios mío! Quién se creyó que andaban jugando carreras de ratones, ¿eh? Resulta que una banda de narcos en Cartago, los mismos que estaban repartiendo droga rosa y marihuana como si fueran volantines, tenían hasta llantera y casitas en Birrisito. ¡Un cuento digno de novela!
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), esta banda operaba desde hace unos años, metiéndose en condominios como changuitos en gallinero – Condo Nobleza, Barcelona, Novarum, Pueblo Nuevo, pa’ que sepan dónde andaban merodeando estos tipos. Cambiaban de lugar como peces en el agua, tratando de despistar a la poli. Pero bueno, ¡el río revuelto siempre gana piedra… o en este caso, justicia!
Lo que realmente delató a estos malaquiles, aparte de sus constantes mudanzas de condominio, fueron las inversiones, ¡y vaya que invirtieron! Aproximadamente cien millones de colones, directito de la venta de droga, se los gastaron en propiedades, remodelaciones y vehículos lujosos. Una llantera en Ochomogo, justo frente a Recope, capturó mi atención; ¡imagínate la cantidad de llantas que debieron cambiar por fajos de billetes verdes!
El subdirector del OIJ, Michael Soto, nos contó que encontraron varias cuentas bancarias con movimientos sospechosos. “Claro, cuando tienes tanto cash, tienes que ponerlo a trabajar,” comentó. El grupo parecía novato en esto de lavar plata, porque aún no habían recurrido a testaferros ni préstamos gota a gota, pero el OIJ estaba al tanto y sabía que pronto se pondrían creativos.
Las autoridades realizaron 17 allanamientos en Cartago, Heredia y Limón, logrando detener a 13 personas. Entre ellas figura Ortiz Rosa, el supuesto líder, quien decidió empezar a cultivar marihuana hidropónica en su casa de Birrisito. ¡Qué manera de asegurar el suministro, eh! Y para complicar más las cosas, tenía como aliado a Leiva Arias, un tipo de Limón conectado con la temida organización ‘La H’, que, según dicen, trae hierba directamente desde Colombia.
La investigación se remonta a 2023, cuando el OIJ comenzó a seguir los pasos de este grupo dedicado al tráfico de marihuana, cocaína rosa (“tusi”, pa' los que no sepan) y otras sustancias sintéticas. Parece que estos señores pensaron que podían meterle mano al sistema, pero se equivocaron de calculadora. Se les fue la vara, amigos.
Y ahora, hablando de detalles jugosos, descubrieron que una parte importante del negocio se manejaba en efectivo en la llantera. Ahí entraban personas tapaderas para hacer los movimientos y lavar el dinero. ¡Así de chapuceros estaban! Que les aproveche la próxima vez que piensen en hacerse ricos vendiendo veneno a la gente.
Esta banda, a pesar de ser relativamente nueva en el mundo del hampa, demostró tener una logística organizada y roles bien definidos. Pero bueno, todo lo bueno se acaba, ¿verdad? Ahora toca esperar a ver qué les toca en la cárcel. ¿Creen que con tanta inversión y conexiones, van a poder seguir operando desde adentro o será el fin de esta historia?
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), esta banda operaba desde hace unos años, metiéndose en condominios como changuitos en gallinero – Condo Nobleza, Barcelona, Novarum, Pueblo Nuevo, pa’ que sepan dónde andaban merodeando estos tipos. Cambiaban de lugar como peces en el agua, tratando de despistar a la poli. Pero bueno, ¡el río revuelto siempre gana piedra… o en este caso, justicia!
Lo que realmente delató a estos malaquiles, aparte de sus constantes mudanzas de condominio, fueron las inversiones, ¡y vaya que invirtieron! Aproximadamente cien millones de colones, directito de la venta de droga, se los gastaron en propiedades, remodelaciones y vehículos lujosos. Una llantera en Ochomogo, justo frente a Recope, capturó mi atención; ¡imagínate la cantidad de llantas que debieron cambiar por fajos de billetes verdes!
El subdirector del OIJ, Michael Soto, nos contó que encontraron varias cuentas bancarias con movimientos sospechosos. “Claro, cuando tienes tanto cash, tienes que ponerlo a trabajar,” comentó. El grupo parecía novato en esto de lavar plata, porque aún no habían recurrido a testaferros ni préstamos gota a gota, pero el OIJ estaba al tanto y sabía que pronto se pondrían creativos.
Las autoridades realizaron 17 allanamientos en Cartago, Heredia y Limón, logrando detener a 13 personas. Entre ellas figura Ortiz Rosa, el supuesto líder, quien decidió empezar a cultivar marihuana hidropónica en su casa de Birrisito. ¡Qué manera de asegurar el suministro, eh! Y para complicar más las cosas, tenía como aliado a Leiva Arias, un tipo de Limón conectado con la temida organización ‘La H’, que, según dicen, trae hierba directamente desde Colombia.
La investigación se remonta a 2023, cuando el OIJ comenzó a seguir los pasos de este grupo dedicado al tráfico de marihuana, cocaína rosa (“tusi”, pa' los que no sepan) y otras sustancias sintéticas. Parece que estos señores pensaron que podían meterle mano al sistema, pero se equivocaron de calculadora. Se les fue la vara, amigos.
Y ahora, hablando de detalles jugosos, descubrieron que una parte importante del negocio se manejaba en efectivo en la llantera. Ahí entraban personas tapaderas para hacer los movimientos y lavar el dinero. ¡Así de chapuceros estaban! Que les aproveche la próxima vez que piensen en hacerse ricos vendiendo veneno a la gente.
Esta banda, a pesar de ser relativamente nueva en el mundo del hampa, demostró tener una logística organizada y roles bien definidos. Pero bueno, todo lo bueno se acaba, ¿verdad? Ahora toca esperar a ver qué les toca en la cárcel. ¿Creen que con tanta inversión y conexiones, van a poder seguir operando desde adentro o será el fin de esta historia?
