¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos sacudiendo la telaraña del narcotráfico en Costa Rica, porque parece que algunos nunca aprenden. Esta vez, el Tribunal ha dado luz verde para la extradición de un tipo llamado Beto Morales, alias “Beto”, y un colombiano, identificado como Cuesta, a Estados Unidos. Al parecer, estos dos estaban bien metidos en el negocio de mover metanfetamina desde nuestro país.
La Fiscalía y la DEA – sí, los gringos andan muy encima –, han estado rastreando a estos personajes desde abril del año pasado. Según la investigación, Morales habría sido el jefe negociador, el que ponía precio a la mercadería y coordinaba cómo repartir la droga acá dentro. Mientras tanto, Cuesta se encargaba de las entregas y de asegurarse de que el dinero llegara a manos correctas, la movida completa, vaya.
Y no es que estuviéramos precisamente parados mirando, ¿eh? En mayo del 2025, nuestros oficiales de policía, listos como pocas veces, lograron venderle un kilo de metanfetamina a estos señores por unos $3.800. ¡Imagínate la cara que les quedó! Tres días después intentaron otra transacción, pero la weva se cayó y terminamos decomisando casi 50 kilos de la sustancia, ¡una verdadera torta! Menos mal que la policía está atenta, porque si no, íbamos perdiendo la batalla.
El caso viene a demostrar, una vez más, que Costa Rica se ha convertido en un punto estratégico para estas organizaciones criminales. No importa cuánto nos esforcemos, siempre habrá alguien queriendo aprovechar nuestro territorio para meter droga. Por eso es tan importante la colaboración con países como Estados Unidos, para poder combatir este problema de frente.
Pero ojo, esto no es solo un asunto de policías y jueces. También es responsabilidad nuestra, como ciudadanos, estar alertas y denunciar cualquier actividad sospechosa. No podemos permitir que nuestro país siga siendo utilizado como patio trasero para el narcotráfico, porque al final, los que más sufrimos somos nosotros mismos.
Ahora, estos dos tipos estarán a disposición de las autoridades estadounidenses, esperando que se concrete la extradición. El proceso legal va a llevar su tiempo, pero esperamos que finalmente enfrenten justicia por sus crímenes. Que sirva de ejemplo para otros que estén pensando en meterse en este brete, porque aquí nadie es inmune.
Este golpe al narcotráfico, aunque importante, también nos deja pensando en qué tan fácil resulta para estas organizaciones operar en nuestro país. Parece que tienen recursos ilimitados, contactos en todas partes, y una capacidad asombrosa para adaptarse a las circunstancias. Tenemos que mejorar nuestras estrategias, fortalecer nuestras instituciones, y trabajar juntos para cortarles la cabeza a estas bandas.
En fin, una vez más, demostramos que no vamos a claudicar ante el crimen organizado. Seguiremos luchando con uñas y dientes para proteger a nuestra gente y mantener a Costa Rica libre de drogas. Pero me pregunto... ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para atacar las raíces del problema, o solo estamos apagando incendios? ¿Ustedes creen que deberíamos enfocarnos más en programas sociales y educativos para evitar que jóvenes caigan en estas redes?
La Fiscalía y la DEA – sí, los gringos andan muy encima –, han estado rastreando a estos personajes desde abril del año pasado. Según la investigación, Morales habría sido el jefe negociador, el que ponía precio a la mercadería y coordinaba cómo repartir la droga acá dentro. Mientras tanto, Cuesta se encargaba de las entregas y de asegurarse de que el dinero llegara a manos correctas, la movida completa, vaya.
Y no es que estuviéramos precisamente parados mirando, ¿eh? En mayo del 2025, nuestros oficiales de policía, listos como pocas veces, lograron venderle un kilo de metanfetamina a estos señores por unos $3.800. ¡Imagínate la cara que les quedó! Tres días después intentaron otra transacción, pero la weva se cayó y terminamos decomisando casi 50 kilos de la sustancia, ¡una verdadera torta! Menos mal que la policía está atenta, porque si no, íbamos perdiendo la batalla.
El caso viene a demostrar, una vez más, que Costa Rica se ha convertido en un punto estratégico para estas organizaciones criminales. No importa cuánto nos esforcemos, siempre habrá alguien queriendo aprovechar nuestro territorio para meter droga. Por eso es tan importante la colaboración con países como Estados Unidos, para poder combatir este problema de frente.
Pero ojo, esto no es solo un asunto de policías y jueces. También es responsabilidad nuestra, como ciudadanos, estar alertas y denunciar cualquier actividad sospechosa. No podemos permitir que nuestro país siga siendo utilizado como patio trasero para el narcotráfico, porque al final, los que más sufrimos somos nosotros mismos.
Ahora, estos dos tipos estarán a disposición de las autoridades estadounidenses, esperando que se concrete la extradición. El proceso legal va a llevar su tiempo, pero esperamos que finalmente enfrenten justicia por sus crímenes. Que sirva de ejemplo para otros que estén pensando en meterse en este brete, porque aquí nadie es inmune.
Este golpe al narcotráfico, aunque importante, también nos deja pensando en qué tan fácil resulta para estas organizaciones operar en nuestro país. Parece que tienen recursos ilimitados, contactos en todas partes, y una capacidad asombrosa para adaptarse a las circunstancias. Tenemos que mejorar nuestras estrategias, fortalecer nuestras instituciones, y trabajar juntos para cortarles la cabeza a estas bandas.
En fin, una vez más, demostramos que no vamos a claudicar ante el crimen organizado. Seguiremos luchando con uñas y dientes para proteger a nuestra gente y mantener a Costa Rica libre de drogas. Pero me pregunto... ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para atacar las raíces del problema, o solo estamos apagando incendios? ¿Ustedes creen que deberíamos enfocarnos más en programas sociales y educativos para evitar que jóvenes caigan en estas redes?
