¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el mismo rollo con Panamá. Resulta que la Organización Mundial del Comercio (OMC) le dio la razón a Costa Rica hace tiempo por esas trampas que estaba armando nuestro vecino para bloquear nuestros lácteos y otros productos agrícolas. Pero, ¿adivinen qué? Parece que el asunto no quiere amainar, ¡qué torta!
Todo empezó hace unos años, allá por 2019-2020, cuando Panamá comenzó a ponerle trabas a casi todo lo que intentábamos mandarles: fresas, carne, piña, banano… ¡hasta la leche! Alegaban que nuestros productos no cumplían con sus normas sanitarias y fitosanitarias, pero nosotros sabíamos que había algo más detrás, y la OMC también lo vio.
Después de un largo proceso judicial, lleno de abogados y documentos, la OMC determinó que Panamá sí estaba actuando de manera injusta. Emitió una sentencia favorable a Costa Rica en diciembre de 2024, diciendo textualmente que las restricciones panameñas “no están basadas en principios científicos” y que se mantenían “sin testimonios científicos suficientes”. ¡Una patada en el trasero para nuestros vecinos!
El ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, ha dicho que ahora esperan que Panamá cumpla con la sentencia de la OMC y que se sienten a dialogar para solucionar esto una vez por todas. Después de todo, somos países amigos, vecinos, compartimos historia... ¡pero qué sal tener que batallar así por cosas tan básicas!
Tovar explica que durante la visita del presidente Raúl Mulino a Costa Rica, ambos mandatarios les pidieron a los ministros de Comercio y Agricultura de ambos países que se pusieran las pilas y encontraran una solución. Él dice que la relación siempre ha sido buena, pero que no pueden pasar por alto la estrategia que utilizó Panamá para intentar sabotear nuestras exportaciones. ¡Qué carga tener que lidiar con estas cosas!
El problema es que Panamá no parece dispuesto a ceder fácilmente. Aunque Costa Rica propuso varias alternativas y mecanismos de arbitraje, el país vecino las rechazó. Parece que quieren seguir buscando resquicios legales para evitar cumplir con la sentencia de la OMC. ¡Se van al traste si siguen así!
Y ahora, ¿qué hacemos? Pues parece que la única opción es viajar a Panamá y tratar de negociar cara a cara. El ministro Tovar ya lo tiene planeado, aunque reconoce que será un brete encontrar un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Esto de las relaciones internacionales nunca es fácil, chunches.
Entonces, ¿será posible realmente restablecer una relación comercial sana y positiva con Panamá, o seguiremos arrastrando esta espina dorsal por mucho tiempo? ¿Creen que el gobierno debería imponer sanciones comerciales más fuertes a Panamá para obligarlos a cumplir con la sentencia de la OMC, o es mejor apostar por el diálogo y la negociación, aun cuando parezca que estamos jalándonos una torta?
Todo empezó hace unos años, allá por 2019-2020, cuando Panamá comenzó a ponerle trabas a casi todo lo que intentábamos mandarles: fresas, carne, piña, banano… ¡hasta la leche! Alegaban que nuestros productos no cumplían con sus normas sanitarias y fitosanitarias, pero nosotros sabíamos que había algo más detrás, y la OMC también lo vio.
Después de un largo proceso judicial, lleno de abogados y documentos, la OMC determinó que Panamá sí estaba actuando de manera injusta. Emitió una sentencia favorable a Costa Rica en diciembre de 2024, diciendo textualmente que las restricciones panameñas “no están basadas en principios científicos” y que se mantenían “sin testimonios científicos suficientes”. ¡Una patada en el trasero para nuestros vecinos!
El ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, ha dicho que ahora esperan que Panamá cumpla con la sentencia de la OMC y que se sienten a dialogar para solucionar esto una vez por todas. Después de todo, somos países amigos, vecinos, compartimos historia... ¡pero qué sal tener que batallar así por cosas tan básicas!
Tovar explica que durante la visita del presidente Raúl Mulino a Costa Rica, ambos mandatarios les pidieron a los ministros de Comercio y Agricultura de ambos países que se pusieran las pilas y encontraran una solución. Él dice que la relación siempre ha sido buena, pero que no pueden pasar por alto la estrategia que utilizó Panamá para intentar sabotear nuestras exportaciones. ¡Qué carga tener que lidiar con estas cosas!
El problema es que Panamá no parece dispuesto a ceder fácilmente. Aunque Costa Rica propuso varias alternativas y mecanismos de arbitraje, el país vecino las rechazó. Parece que quieren seguir buscando resquicios legales para evitar cumplir con la sentencia de la OMC. ¡Se van al traste si siguen así!
Y ahora, ¿qué hacemos? Pues parece que la única opción es viajar a Panamá y tratar de negociar cara a cara. El ministro Tovar ya lo tiene planeado, aunque reconoce que será un brete encontrar un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Esto de las relaciones internacionales nunca es fácil, chunches.
Entonces, ¿será posible realmente restablecer una relación comercial sana y positiva con Panamá, o seguiremos arrastrando esta espina dorsal por mucho tiempo? ¿Creen que el gobierno debería imponer sanciones comerciales más fuertes a Panamá para obligarlos a cumplir con la sentencia de la OMC, o es mejor apostar por el diálogo y la negociación, aun cuando parezca que estamos jalándonos una torta?
