Para los que tienen cierta familiaridad con la politiquería, el término "crímenes sin víctima" no les será una frase ajena en lo que respecta al debate público. Ésta es una categoría definida por algunos liberales para objetar ciertas disposiciones estatales que castigan como "crimen" ciertas actividades donde están involucradas transacciones voluntarias entre adultos que consienten, es decir, sin que realmente haya una víctima de por medio.
Quizás el ejemplo por antonomasia de esta categoría vendría siendo la prositutución, donde, obviando las redes de trata de personas y los famosos "pimps" explotadores, la prositución viene constituida por una venta de servicios sexuales donde un adulto ofrece voluntariamente una mercancía(su cuerpo) a cierto precio y otro adulto decide pagar el precio establecido para obtener placer. En este caso la persona que ofrece su cuerpo por dinero tiene la posibilidad de ganar dinero de una forma fácil y rápida si el hecho de tener relaciones sexuales por una hora con un desconocido no le significa mayor sacrificio, y por otro lado los beneficios para este desconocido saltan a la vista. Aquí, realmente no podemos definir objetivamente una víctima directamente involucrada, más que la indignación de un grupo de personas que consideren este acto como inmoral, la cual me parece que no ha de ser razón suficiente para prohibir algo(nadie tiene derecho a no sentirse ofendido, dijeron por ahí una vez).
En este caso, luego de esta "introducción", quisiera hacer analogía entre esta situación y lo que me parece que en La Biblia hay de forma desproporcionada dentro del conjunto de reglas morales que se definen ahí como necesarias para alcanzar "La Salvación", estamos hablando de los "Pecados sin víctima".
Estas disposiciones de La Biblia, principalmente en el ámbito sexual, constituyen una gran cantidad de reglas absurdas y de sobre-respeto asociado a ellas como guía de una vida moralmente productiva.
Para entender esto, veamos un par de ejemplos sencillos:
Un individuo decide tener relaciones sexuales ocasionales, con varias personas a la vez, es decir, hoy las tiene con una persona con la que no tiene ningún vínculo sentimental, mañana con otra, etc. Dentro de estas relaciones, cabe resaltar que no estamos tratando con engaños ni presiones ni nada. No está demás decir que se realizan estos actos con la debida protección. Este individuo, digamos que al mismo tiempo lleva una vida compasiva, es caritativo, un amigo(o amiga) leal, etc etc. Su presencia en este mundo no daña a nadie directamente, y por el contrario, hace de su entorno un lugar mejor dentro de sus capacidades.
Estamos ante el caso de un promiscuo o una promiscua que ayuda a muchas personas.
Aquí La Biblia, y quienes la toman como guía moral, dentro de su obsesión con la "rectitud" sexual, se enfocan en lo que definimos más arriba como "pecados sin víctima" y juzgarán superficialmente a esta persona a la luz de unas reglas que no tienen mayor efecto en la vida "terrenal" más que complacer a ente del cual no tenemos evidencia de su existencia. No ayudan a que el prójimo que sufre necesidad lleve una vida más digna, no fomentan la compasión en general sino más bien el escrutinio público.
Si el individuo en cuestión es una mujer, pues todavía peor, todavía más desprecio y peroratas moraloides, no importa que tanto "ame al prójimo como a sí misma".
Está también el caso de las blasfemias, que son básicamente una serie de disposiciones redactadas por hombres de carne hueso donde interpretan que clase de actos "deshonran" la divinidad de Dios, en otras palabras, qué actos nuestros de irreverencia pueden ofender la imagen de Dios.
En lugares como Arabia Saudita, una mujer que no ande con el atuendo adecuado es blasfema y se merece recibir unos cuantos latigazos ofrecidos para la gloria de Dios. No importa qué tan buena sea esta mujer, va a recibir garrote por un crimen que cometió donde la única víctima es un ente producto de la ignorancia humana.
En Costa Rica, una muchacha que ninguno o casi ninguno de nosotros conocemos personalmente, en un acto de desconocimiento de la teología cristiana, comete el acto de casi "blasfemia" y es expuesta públicamente por la alta dirigencia del clero así como por la opinión pública(novia de otto guevara por si no les cae la peseta). No importa si ha pasado temporadas enteras en lugares marginales, si dona la mitad de su salario a instituciones caritativas, nada de eso(esta muchacha al igual que su familia no son ningunos santitos valga decir, pero muy poca gente tiene conocimiento de esto cuando la critica).
Ante estas situaciones, la religión y sus numerosos pecados sin víctima, nos da una muestra más de su verdadera esencia: una ideología plástica y superficial.
Quizás el ejemplo por antonomasia de esta categoría vendría siendo la prositutución, donde, obviando las redes de trata de personas y los famosos "pimps" explotadores, la prositución viene constituida por una venta de servicios sexuales donde un adulto ofrece voluntariamente una mercancía(su cuerpo) a cierto precio y otro adulto decide pagar el precio establecido para obtener placer. En este caso la persona que ofrece su cuerpo por dinero tiene la posibilidad de ganar dinero de una forma fácil y rápida si el hecho de tener relaciones sexuales por una hora con un desconocido no le significa mayor sacrificio, y por otro lado los beneficios para este desconocido saltan a la vista. Aquí, realmente no podemos definir objetivamente una víctima directamente involucrada, más que la indignación de un grupo de personas que consideren este acto como inmoral, la cual me parece que no ha de ser razón suficiente para prohibir algo(nadie tiene derecho a no sentirse ofendido, dijeron por ahí una vez).
En este caso, luego de esta "introducción", quisiera hacer analogía entre esta situación y lo que me parece que en La Biblia hay de forma desproporcionada dentro del conjunto de reglas morales que se definen ahí como necesarias para alcanzar "La Salvación", estamos hablando de los "Pecados sin víctima".
Estas disposiciones de La Biblia, principalmente en el ámbito sexual, constituyen una gran cantidad de reglas absurdas y de sobre-respeto asociado a ellas como guía de una vida moralmente productiva.
Para entender esto, veamos un par de ejemplos sencillos:
Un individuo decide tener relaciones sexuales ocasionales, con varias personas a la vez, es decir, hoy las tiene con una persona con la que no tiene ningún vínculo sentimental, mañana con otra, etc. Dentro de estas relaciones, cabe resaltar que no estamos tratando con engaños ni presiones ni nada. No está demás decir que se realizan estos actos con la debida protección. Este individuo, digamos que al mismo tiempo lleva una vida compasiva, es caritativo, un amigo(o amiga) leal, etc etc. Su presencia en este mundo no daña a nadie directamente, y por el contrario, hace de su entorno un lugar mejor dentro de sus capacidades.
Estamos ante el caso de un promiscuo o una promiscua que ayuda a muchas personas.
Aquí La Biblia, y quienes la toman como guía moral, dentro de su obsesión con la "rectitud" sexual, se enfocan en lo que definimos más arriba como "pecados sin víctima" y juzgarán superficialmente a esta persona a la luz de unas reglas que no tienen mayor efecto en la vida "terrenal" más que complacer a ente del cual no tenemos evidencia de su existencia. No ayudan a que el prójimo que sufre necesidad lleve una vida más digna, no fomentan la compasión en general sino más bien el escrutinio público.
Si el individuo en cuestión es una mujer, pues todavía peor, todavía más desprecio y peroratas moraloides, no importa que tanto "ame al prójimo como a sí misma".
Está también el caso de las blasfemias, que son básicamente una serie de disposiciones redactadas por hombres de carne hueso donde interpretan que clase de actos "deshonran" la divinidad de Dios, en otras palabras, qué actos nuestros de irreverencia pueden ofender la imagen de Dios.
En lugares como Arabia Saudita, una mujer que no ande con el atuendo adecuado es blasfema y se merece recibir unos cuantos latigazos ofrecidos para la gloria de Dios. No importa qué tan buena sea esta mujer, va a recibir garrote por un crimen que cometió donde la única víctima es un ente producto de la ignorancia humana.
En Costa Rica, una muchacha que ninguno o casi ninguno de nosotros conocemos personalmente, en un acto de desconocimiento de la teología cristiana, comete el acto de casi "blasfemia" y es expuesta públicamente por la alta dirigencia del clero así como por la opinión pública(novia de otto guevara por si no les cae la peseta). No importa si ha pasado temporadas enteras en lugares marginales, si dona la mitad de su salario a instituciones caritativas, nada de eso(esta muchacha al igual que su familia no son ningunos santitos valga decir, pero muy poca gente tiene conocimiento de esto cuando la critica).
Ante estas situaciones, la religión y sus numerosos pecados sin víctima, nos da una muestra más de su verdadera esencia: una ideología plástica y superficial.