Maes, la novela del PLN y su famosa asamblea en San Ramón tuvo un giro de guion de los buenos. Para los que andaban con el Jesús en la boca pensando que Liberación se quedaba fuera de la fiesta electoral del 2026, pueden ir bajando las revoluciones. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ya salió a decir que naranjas, que el partido sí va para la papeleta. La noticia es un tanque de oxígeno para el liberacionismo, que ya sentía el agua al cuello, pero ojo, que el drama no ha terminado ni por asomo. La vara es que, aunque pueden participar, el enredo de San Ramón les puede salir carísimo, y no hablamos de imagen, sino de plata contante y sonante.
Vamos por partes para entender el despiche. Resulta que el PLN tenía que renovar todas sus estructuras internas y lo logró en todo el país... menos en San Ramón. Mae, ¡llevan 17 intentos de hacer la bendita asamblea cantonal y no logran ni el quórum! Diay, eso ya no es mala suerte, es un síntoma de algo más. ¡Qué torta! El miedo de muchos en el partido era que este tropezón en un solo cantón les congelara todo el proceso nacional y, en el peor de los casos, les impidiera inscribir candidatos. Pero el TSE, con una lógica bastante aplastante, básicamente dijo: "Un momentito, el incumplimiento de una minoría no puede irse al traste con el derecho de la mayoría que sí hizo el brete". O sea, no van a castigar a todo el partido por el desorden de unos cuantos.
De hecho, la resolución del Tribunal vino porque dos delegados, uno de Barva y otro de Paraíso, se pusieron las pilas y presentaron un recurso de amparo. El argumento de ellos era súper sencillo y de puro sentido común: "Mae, ¿cómo va a ser que porque en San Ramón no se ponen de acuerdo, nosotros que sí fuimos electos y representamos a nuestra gente nos vamos a quedar sin voz ni voto en la Asamblea Nacional?". Tenían toda la razón. Su acción fue la que obligó al TSE a aclarar el panorama y a confirmar que la nueva Asamblea Nacional, la que escogerá los candidatos presidenciales y a diputados, sí puede instalarse y funcionar, aunque el campito de San Ramón siga vacío temporalmente.
Ahora, aquí es donde la puerca tuerce el rabo. El TSE fue claro: el PLN se salvó de la quema electoral, pero no de la obligación. Tienen hasta el 28 de setiembre para, de una vez por todas, realizar esa asamblea en San Ramón. ¿Y qué pasa si no lo logran? Bueno, aquí viene el verdadero dolor. El Tribunal les advirtió que si para esa fecha no han resuelto el asunto, podrán inscribir sus candidatos y todo lo que quieran, pero se quedan sin derecho a recibir un solo cinco de la deuda política. ¡Así como lo oyen! Harían toda la campaña "a puro pulmón", lo que para un partido tan grande sería un golpe financiero brutal. Es una jugada maestra del TSE: no les quitan el derecho a participar, pero les ponen una pistola económica en la cabeza para que se ordenen.
Al final, esta resolución del TSE deja un sabor agridulce en Liberación. Por un lado, respiran aliviados porque el fantasma de quedar fuera de la contienda se esfumó. Pero por otro, deja en evidencia una fractura interna y una incapacidad de organización en un cantón clave que es, francamente, preocupante. El reloj sigue corriendo y la presión está al máximo. Tienen poco más de un mes para solucionar un problema que no han podido arreglar en 17 intentos. La pregunta del millón es... ¿logrará el PLN resolver este enredo a tiempo? ¿O estamos viendo el primer gran papelón del partido de cara al 2026, uno que les puede costar no solo la credibilidad, sino un montón de plata? ¿Qué opinan ustedes, maes?
Vamos por partes para entender el despiche. Resulta que el PLN tenía que renovar todas sus estructuras internas y lo logró en todo el país... menos en San Ramón. Mae, ¡llevan 17 intentos de hacer la bendita asamblea cantonal y no logran ni el quórum! Diay, eso ya no es mala suerte, es un síntoma de algo más. ¡Qué torta! El miedo de muchos en el partido era que este tropezón en un solo cantón les congelara todo el proceso nacional y, en el peor de los casos, les impidiera inscribir candidatos. Pero el TSE, con una lógica bastante aplastante, básicamente dijo: "Un momentito, el incumplimiento de una minoría no puede irse al traste con el derecho de la mayoría que sí hizo el brete". O sea, no van a castigar a todo el partido por el desorden de unos cuantos.
De hecho, la resolución del Tribunal vino porque dos delegados, uno de Barva y otro de Paraíso, se pusieron las pilas y presentaron un recurso de amparo. El argumento de ellos era súper sencillo y de puro sentido común: "Mae, ¿cómo va a ser que porque en San Ramón no se ponen de acuerdo, nosotros que sí fuimos electos y representamos a nuestra gente nos vamos a quedar sin voz ni voto en la Asamblea Nacional?". Tenían toda la razón. Su acción fue la que obligó al TSE a aclarar el panorama y a confirmar que la nueva Asamblea Nacional, la que escogerá los candidatos presidenciales y a diputados, sí puede instalarse y funcionar, aunque el campito de San Ramón siga vacío temporalmente.
Ahora, aquí es donde la puerca tuerce el rabo. El TSE fue claro: el PLN se salvó de la quema electoral, pero no de la obligación. Tienen hasta el 28 de setiembre para, de una vez por todas, realizar esa asamblea en San Ramón. ¿Y qué pasa si no lo logran? Bueno, aquí viene el verdadero dolor. El Tribunal les advirtió que si para esa fecha no han resuelto el asunto, podrán inscribir sus candidatos y todo lo que quieran, pero se quedan sin derecho a recibir un solo cinco de la deuda política. ¡Así como lo oyen! Harían toda la campaña "a puro pulmón", lo que para un partido tan grande sería un golpe financiero brutal. Es una jugada maestra del TSE: no les quitan el derecho a participar, pero les ponen una pistola económica en la cabeza para que se ordenen.
Al final, esta resolución del TSE deja un sabor agridulce en Liberación. Por un lado, respiran aliviados porque el fantasma de quedar fuera de la contienda se esfumó. Pero por otro, deja en evidencia una fractura interna y una incapacidad de organización en un cantón clave que es, francamente, preocupante. El reloj sigue corriendo y la presión está al máximo. Tienen poco más de un mes para solucionar un problema que no han podido arreglar en 17 intentos. La pregunta del millón es... ¿logrará el PLN resolver este enredo a tiempo? ¿O estamos viendo el primer gran papelón del partido de cara al 2026, uno que les puede costar no solo la credibilidad, sino un montón de plata? ¿Qué opinan ustedes, maes?