A ver, maes, ¿alguien más leyó el comunicado que tiró Liberación Nacional hoy y se quedó con cara de 'diay'? Por un lado, nos venden una historia de amor, un cierre de filas total alrededor de su candidato, Álvaro Ramos. Por otro, uno no puede evitar pensar que si tuvieron que salir a escribir un manifiesto para decir que lo apoyan... es porque el asunto por dentro debe ser un despiche de los buenos. Es como cuando tu compa te jura que la relación con la novia va “súper bien”, pero lo dice justo después de que lo viste durmiendo en el sillón. No cierra.
La vara es que el PLN nos pinta a Ramos como el Capitán América verdiblanco: “una nueva voz”, “líder joven, valiente y transparente”. Y sí, el mae ganó la convención de forma contundente, eso nadie lo discute. El discurso de “renovación” caló en la gente que fue a votar. El problema es que una cosa es ganar una elección interna y otra, muy distinta, es llegar a torear a los dinosaurios que llevan décadas manejando el partido. El comunicado menciona, casi de pasada, que Ramos “ha tomado distancia” de figurones como Johnny Araya, Roberto Thompson y otros nombres que son más PLN que el color verde. “Tomar distancia” es el eufemismo más elegante que he leído para decir “se están agarrando de las mechas”.
Lo más tuanis del comunicado es el lenguaje. Hablan de “limpiar” el partido, de devolverle la “vocación de servicio” y de una lucha contra quienes “quieren destruirla [la democracia]”. ¡Qué dramáticos! Suena muy bonito, ¿verdad? Casi como un jingle de campaña. Pero aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. Mientras sueltan estas frases inspiradoras, tienen el pendiente de hacer una asamblea en San Ramón donde no logran ni el quórum. O sea, hablan de un movimiento nacional, pero no pueden ni llenar una reunión cantonal. ¡Qué torta! Es como querer estrenar un carro del año, pero darse cuenta de que no le pusieron motor. La renovación no puede ser solo un comunicado de prensa; se tiene que ver en la estructura, y de momento, esa estructura parece estarle poniendo el pie a Ramos.
Y luego viene la frase que es para enmarcar: “¡Álvaro Ramos no está solo!”. Mae, esa frase no es un abrazo, es una advertencia. No va dirigida a la ciudadanía, va dirigida a los que están adentro, a las figuras tradicionales que, según parece, están tratando de “domesticarlo”. Es un mensaje claro: “O se alinean o aténganse”. Esto confirma que hay una guerra civil en el partido más grande del país. El verdadero brete de Ramos no es convencer a Costa Rica, es sobrevivir a su propio partido. Si esta pugna interna sigue, todo el proyecto de renovación se puede ir al traste antes de que siquiera empiece la campaña en serio. El riesgo de que Ramos termine “salado” por su propia gente es altísimo.
Al final, todo se resume en confianza. El PLN dice que con Ramos la van a recuperar. Pero, ¿cómo se recupera la confianza con peleas públicas y manifiestos que parecen más una medida de control de daños que un apoyo genuino? Nos piden que dejemos de ser espectadores y actuemos, pero lo que estamos viendo es un pleito interno que opaca cualquier propuesta. La pregunta del millón queda en el aire, maes, y es la que de verdad importa: ¿Ustedes le compran el cuento al PLN? ¿Creen que Ramos de verdad puede renovar ese chunche desde adentro, o esto es solo un show para las gradas mientras los de siempre siguen moviendo los hilos? ¿O peor... se estará jalando una torta monumental al intentar pelear contra su propio partido a estas alturas del partido?
La vara es que el PLN nos pinta a Ramos como el Capitán América verdiblanco: “una nueva voz”, “líder joven, valiente y transparente”. Y sí, el mae ganó la convención de forma contundente, eso nadie lo discute. El discurso de “renovación” caló en la gente que fue a votar. El problema es que una cosa es ganar una elección interna y otra, muy distinta, es llegar a torear a los dinosaurios que llevan décadas manejando el partido. El comunicado menciona, casi de pasada, que Ramos “ha tomado distancia” de figurones como Johnny Araya, Roberto Thompson y otros nombres que son más PLN que el color verde. “Tomar distancia” es el eufemismo más elegante que he leído para decir “se están agarrando de las mechas”.
Lo más tuanis del comunicado es el lenguaje. Hablan de “limpiar” el partido, de devolverle la “vocación de servicio” y de una lucha contra quienes “quieren destruirla [la democracia]”. ¡Qué dramáticos! Suena muy bonito, ¿verdad? Casi como un jingle de campaña. Pero aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. Mientras sueltan estas frases inspiradoras, tienen el pendiente de hacer una asamblea en San Ramón donde no logran ni el quórum. O sea, hablan de un movimiento nacional, pero no pueden ni llenar una reunión cantonal. ¡Qué torta! Es como querer estrenar un carro del año, pero darse cuenta de que no le pusieron motor. La renovación no puede ser solo un comunicado de prensa; se tiene que ver en la estructura, y de momento, esa estructura parece estarle poniendo el pie a Ramos.
Y luego viene la frase que es para enmarcar: “¡Álvaro Ramos no está solo!”. Mae, esa frase no es un abrazo, es una advertencia. No va dirigida a la ciudadanía, va dirigida a los que están adentro, a las figuras tradicionales que, según parece, están tratando de “domesticarlo”. Es un mensaje claro: “O se alinean o aténganse”. Esto confirma que hay una guerra civil en el partido más grande del país. El verdadero brete de Ramos no es convencer a Costa Rica, es sobrevivir a su propio partido. Si esta pugna interna sigue, todo el proyecto de renovación se puede ir al traste antes de que siquiera empiece la campaña en serio. El riesgo de que Ramos termine “salado” por su propia gente es altísimo.
Al final, todo se resume en confianza. El PLN dice que con Ramos la van a recuperar. Pero, ¿cómo se recupera la confianza con peleas públicas y manifiestos que parecen más una medida de control de daños que un apoyo genuino? Nos piden que dejemos de ser espectadores y actuemos, pero lo que estamos viendo es un pleito interno que opaca cualquier propuesta. La pregunta del millón queda en el aire, maes, y es la que de verdad importa: ¿Ustedes le compran el cuento al PLN? ¿Creen que Ramos de verdad puede renovar ese chunche desde adentro, o esto es solo un show para las gradas mientras los de siempre siguen moviendo los hilos? ¿O peor... se estará jalando una torta monumental al intentar pelear contra su propio partido a estas alturas del partido?