¡Aguante, pura vida! El Poder Judicial, pa' darle sorpresa a todos, sacó un proyecto de ley que parece salido de una novela. Van a crear un registro público de funcionarios que le metieron la pata gacha por corrupción y, ¡lo mejor!, les van a vetar el regreso por diez años. Esto sí que es ponerle entre ceja y ceja a los que quieren agarrarle asa al erario público.
La cosa es que este proyecto (el 24.860, pa’ los entendidos) viene porque el sistema actual está más obsoleto que un disco de vinilo. Parece que todavía andamos usando las mismas reglas de hace treinta años, cuando el narco y la delincuencia organizada estaban en otra vaina. Ya no sirven pa' lidiar con los casos tan complejos que vemos ahora. ¡Parece que hasta el abuelo de Salas estaba más actualizado!
¿Se imaginan la maraña de leyes que había antes? ¡Qué torta! Cada división del Poder Judicial tenía sus propias reglas, unos procesos diferentes, un churro. Eso generaba confusiones, dobles trabajos y a veces, incluso, permitía que los mismos personajes se salieran con la suya. Imagínense tener que andar sorteando seis caminos diferentes pa' resolver un problema… ¡Una locura!
Ahora, la idea es poner orden en el tinglado. Van a unificar todos esos procesos en un único procedimiento disciplinario y además, van a crear tribunales administrativos especiales, independientes del Consejo Superior y de la Corte Plena. Pa’ que nadie pueda decir que hubo influencias externas o favoritismos. Así, la justicia sale a la luz, bien clarita, como dice mi abu.
Pero lo que realmente está dando de qué hablar es el registro público. Ahí va a quedar plasmado el nombre de los funcionarios que han sido despedidos por corrupción. Como pa' que todos sepan quiénes son los que no tienen ética ni principios. Además, si alguien que aparece en esa lista se atreve a volver a postularse, tendrá que pasar por todo el proceso desde cero: exámenes, verificación de antecedentes, todo. ¡No habrá puerta giratoria pa’ ningún vándalo!
Y ojo, que este proyecto no es una jugada cualquiera. Según el magistrado Jorge Leiva Poveda, se consultó con expertos internacionales, como Estados Unidos, Alemania, Francia y Colombia. ¡Imagínense, hasta nos dieron una manito nuestros vecinos del norte! Dicen que es el proyecto más socializado en la historia del Poder Judicial, así que ahí tenemos que ponerle atención, pues se hizo con mucho esfuerzo y dedicación, diay.
Lo mejor de todo es que, aparentemente, esta reforma no va a significar un aumento en los impuestos. Han reorganizado algunas oficinas internas, eliminando duplicidades y optimizando recursos. ¡Eso es lo que queremos ver, mae!: que hagan las cosas bien, pero sin gastarnos más la lana!
Bueno, ya vieron cómo se las está rifando el Poder Judicial para limpiar la casa. Pero la pregunta es: ¿cree usted que estas medidas serán suficientes para erradicar la corrupción en el país? ¿Deberían endurecerse aún más las sanciones? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!
La cosa es que este proyecto (el 24.860, pa’ los entendidos) viene porque el sistema actual está más obsoleto que un disco de vinilo. Parece que todavía andamos usando las mismas reglas de hace treinta años, cuando el narco y la delincuencia organizada estaban en otra vaina. Ya no sirven pa' lidiar con los casos tan complejos que vemos ahora. ¡Parece que hasta el abuelo de Salas estaba más actualizado!
¿Se imaginan la maraña de leyes que había antes? ¡Qué torta! Cada división del Poder Judicial tenía sus propias reglas, unos procesos diferentes, un churro. Eso generaba confusiones, dobles trabajos y a veces, incluso, permitía que los mismos personajes se salieran con la suya. Imagínense tener que andar sorteando seis caminos diferentes pa' resolver un problema… ¡Una locura!
Ahora, la idea es poner orden en el tinglado. Van a unificar todos esos procesos en un único procedimiento disciplinario y además, van a crear tribunales administrativos especiales, independientes del Consejo Superior y de la Corte Plena. Pa’ que nadie pueda decir que hubo influencias externas o favoritismos. Así, la justicia sale a la luz, bien clarita, como dice mi abu.
Pero lo que realmente está dando de qué hablar es el registro público. Ahí va a quedar plasmado el nombre de los funcionarios que han sido despedidos por corrupción. Como pa' que todos sepan quiénes son los que no tienen ética ni principios. Además, si alguien que aparece en esa lista se atreve a volver a postularse, tendrá que pasar por todo el proceso desde cero: exámenes, verificación de antecedentes, todo. ¡No habrá puerta giratoria pa’ ningún vándalo!
Y ojo, que este proyecto no es una jugada cualquiera. Según el magistrado Jorge Leiva Poveda, se consultó con expertos internacionales, como Estados Unidos, Alemania, Francia y Colombia. ¡Imagínense, hasta nos dieron una manito nuestros vecinos del norte! Dicen que es el proyecto más socializado en la historia del Poder Judicial, así que ahí tenemos que ponerle atención, pues se hizo con mucho esfuerzo y dedicación, diay.
Lo mejor de todo es que, aparentemente, esta reforma no va a significar un aumento en los impuestos. Han reorganizado algunas oficinas internas, eliminando duplicidades y optimizando recursos. ¡Eso es lo que queremos ver, mae!: que hagan las cosas bien, pero sin gastarnos más la lana!
Bueno, ya vieron cómo se las está rifando el Poder Judicial para limpiar la casa. Pero la pregunta es: ¿cree usted que estas medidas serán suficientes para erradicar la corrupción en el país? ¿Deberían endurecerse aún más las sanciones? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios!