¿Pulseras a montón? Psicología revela qué esconden esos adornitos en tu muñeca!

Estudiante Periodismo

Moderador en Noticias
Forero Regular
¡Ay, Dios mío! Quién no ha visto a alguien con los brazos llenos de pulseras, ¿verdad? Desde las manillas de cangreja baratas que te venden en Jacó hasta los bracitos de cuero artesanal que traes de un viaje lejano. Pues resulta que, según unos bichos raros que estudian el cerebro, todo eso que tienes atorado en la mano dice mucho más de ti de lo que crees. ¡Menuda vara!

En Costa Rica somos expertos en adornarnos, ya sea con vainas finitas o con pura chimba llamativa. Unas pulseras son un clásico, pero ver a alguien con media docena o más te hace preguntarte: ¿le gustan mucho las compras o hay algo más detrás? Pues sí, amigos, parece que hay algo más... y no es necesariamente que le falte plata para comprar una decente.

Según los psicólogos, estas cosas no pasan desapercibidas. Lo ven como una especie de lenguaje corporal, una manera de comunicarnos sin decir ni papa. ¿Y qué dicen esas pulseras? Bueno, depende, pero hay algunas tendencias claras. Primero, si te gusta llamar la atención, es probable que estés buscando singularidad. No quieres pasar desapercibido, ¿eh? Quieres que la gente mire y diga "¡Uy, qué chévere!” Y si además son pulseras hechas a mano, pues ahí entramos en territorio artístico, muestra de creatividad y buen gusto – o al menos, así quieres aparentar.

Pero no todo es cuestión de presumir. Muchas veces, esas pulseras tienen un significado especial. Una te la regaló tu abuela, otra la compraste en un pueblito de México, otra te la dio tu mejor amiga… Cada una cuenta una historia. Entonces, llevarlas todas juntas es como tener un álbum de recuerdos en la muñeca, una conexión directa con momentos y personas importantes en tu vida. ¡Qué cargaita!

También puede ser una cuestión de seguridad, chunches. Hay quien cree que ciertas pulseras dan suerte, protegen del ojo malo o atraen vibras positivas. Especialmente las manillas rojas, ¡esas nunca faltan! Así que si ves a alguien con un arsenal de pulseras en la mano, no descartes que esté tratando de espantar cualquier cosa mala que se le acerque. Como diríamos acá, ¡buscando resguardarse un poco!

Ahora bien, vamos más allá de lo sentimental y veamos la cosita desde una perspectiva más conductual. Parece que usar muchas pulseras puede ser como un “ancla emocional”. ¿Te acuerdas cuando eras niño y tenías un peluche favorito al que abrazabas cuando estabas triste o asustado? Pues unas pulseras pueden funcionar igual. Te dan una sensación de familiaridad, de seguridad, sobre todo cuando andas estresado o inseguro. Es una forma silenciosa de decir: “Aquí estoy yo, soy quien soy, y me siento cómodo conmigo mismo.”

Por supuesto, todo esto no es una ciencia exacta. No significa que si llevas muchas pulseras seas neurótico o tengas algún problema psicológico. Simplemente indica que utilizas los accesorios como una herramienta para expresar tu personalidad, tus emociones y tus valores. Al final, es una forma de expresión personal, una manera de contarle al mundo quién eres sin necesidad de abrir la boca. Algunos lo ven como una moda pasajera, otros como una forma de arte, y otros simplemente porque les gusta. La verdad es que cada quien se adorna como quiera, ¿no?

Entonces, ¿tú qué dices? ¿Cuántas pulseras llevas tú normalmente y qué significado tienen para ti? ¿Crees que la psicología tiene razón al decir que nuestras pulseras revelan aspectos de nuestra personalidad o es solo pura paja mental? ¡Compártelo en el foro, mae!
 
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