La Biblia define la fe como “la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen”. (Heb 11:1.)
La expresión “expectativa segura” traduce la palabra griega hy•pó•sta•sis. Este término, común en los antiguos documentos comerciales en papiro, transmite la idea de algo tangible que garantiza una posesión futura.
La palabra griega é•leg•kjos, que se traduce “demostración evidente”, comunica la idea de presentar pruebas que demuestren algo, particularmente algo contrario a lo que parece a simple vista. La prueba presentada aclara lo que no se había discernido antes y descarta lo que parecía a simple vista. La “demostración evidente”, o la prueba convincente, es tan clara y determinante que se dice que es la misma fe.
La fe se basa en pruebas concretas. La creación visible da testimonio de la existencia de un Creador invisible. (Ro 1:20.) Los mismos acontecimientos que tuvieron lugar durante el ministerio y la vida terrestre de Jesucristo le identifican como el Hijo de Dios. (Mt 27:54; véase JESUCRISTO.) El que Dios siempre haya hecho provisiones materiales para la creación animal y vegetal sirve de base para creer que también proveerá lo necesario para sus siervos, y el que haya dado la vida y la haya restaurado fundamenta la creencia en la esperanza de la resurrección. (Mt 6:26, 30, 33; Hch 17:31; 1Co 15:3-8, 20, 21.) Lo que es más, la veracidad de la Palabra de Dios y el cumplimiento exacto de sus profecías inspiran confianza en la realización de todas sus promesas. (Jos 23:14.) Así, de muchas maneras, “la fe sigue a lo oído”
Por lo tanto, la fe no es credulidad. La persona que tiende a ridiculizar la fe suele tener fe en amigos leales y de confianza. El científico tiene fe en los principios de la rama de la ciencia en la que se ocupa. Basa sus nuevos experimentos en descubrimientos pasados y va tras nuevos descubrimientos sobre la base de esas cosas ya establecidas como verídicas. Del mismo modo, el granjero prepara su terreno y siembra la semilla, esperando, como lo ha hecho en los años anteriores, que la semilla brote y las plantas crezcan a medida que reciben el agua y la luz necesarias. Por lo tanto, la fe en la estabilidad de las leyes naturales que gobiernan el universo constituye el fundamento para los planes y las actividades del hombre.
Yo amo a Dios, y para mi es obvia su existencia por la creación y los sentimientos como el amor, tengo muuuchas cosas para mantener mi fe.
