Ay, mi gente, prepárense porque el cielo se puso interesante. Resulta que un cometa espacial, el 3I/Atlas, va a pasar zumbando cerca de la Tierra el 19 de diciembre, y la vaina ya está generando más ruido que un partido de gallos en el barrio. Las redes sociales explotaron con teorías conspirativas y recordatorios de la famosa Baba Vanga, la clarividente búlgara que parecía predecir hasta cuándo se nos acababa el arroz.
Para los que no andaban pegaos al tema, Baba Vanga, una mae que nació en 1911 y era cieguita, se hizo conocida por decir cosas raras que luego, como quien no quiere la cosa, parecían cumplirse. Se le achacan predicciones sobre Chernóbil, la muerte de Diana Spencer, y ahora, parece que también sobre este cometa que viene de afuera. Suena a novela de Luisito Velázquez, pero la cosa prende.
Ahora, este cometa Atlas no es cualquier cosa. Según la NASA y la ESA, el bicho mide entre 10 y 30 kilómetros de diámetro –imagínate la rosca– y viaja a casi 68 kilómetros por segundo. Va a pasar a unos 270 millones de kilómetros de nosotros, lo cual, tranquilos, es bastante lejos; no vamos a salir volando por los aires, diay. Pero sí va a brillar bastante, aunque solo se vea con telescopios avanzados. Lo que preocupa a algunos, además del brillo, es que viene de otro sistema solar, entonces, ¿quién sabe qué trae?
Un fisicón llamado Avi Loeb, de Harvard, que no anda con rodeos, lanzó una bomba: dice que el cometa podría no ser un cometa normal, sino un pedazo de tecnología alienígena. Claro, la idea suena a película de Hollywood, pero a algunos les prendió la chispa y ya están imaginando si esto es una señal de “primer contacto”. Ahí es donde entra Baba Vanga otra vez, porque ella también había hablado de una “nueva luz en el cielo” durante un gran evento deportivo... y el 19 de diciembre justo cae cerca de fechas importantes de competencias internacionales. ¿Coincidencia? Ya ustedes juzgan, mi gente.
Pero ojo, que los científicos más racionales dicen que tranquilos. Afirman que el cometa es solo un cometa, y que su cercanía al Sol hará que brille más, pero que no representa ninguna amenaza para nuestro planeta. Van a aprovechar el momento para estudiarlo bien, entender cómo funcionan estos objetos que vienen de afuera y aprender más sobre el universo. Una oportunidad excelente para ampliar nuestros conocimientos, vamos a darle.
Lo que me da risa es cómo la gente se agarra a estas profecías como si fueran verdades absolutas. Uno se pone a buscar coincidencias y encuentra lo que quiere encontrar, como buscando aguacate maduro en la guanabana. La verdad es que el universo es inmenso y lleno de sorpresas, y es normal que haya fenómenos que no entendemos completamente. Pero agarrarle miedo a un cometa que pasa de lejos me parece un poco exagerado, ¿no creen?
Y hablando de exageraciones, recuerden los temblores que sentimos hace unos meses en Myanmar y Tailandia. Algunos, rápido, dijeron que eran señales de Baba Vanga. ¡Qué torta! No hay ninguna prueba que relacione esos sismos con sus predicciones, así que mejor nos quedamos con la explicación científica. La Madre Naturaleza es poderosa, eso sí, pero no necesita de profecías para sacudirnos un poquito.
Así que ahí lo tienen, mi gente. Un cometa que viene de afuera, teorías apocalípticas, recuerdos de una clarividente búlgara, y nosotros aquí, mirando al cielo preguntándonos qué onda con todo esto. Pero bueno, al final del día, lo importante es mantener la calma, disfrutar del espectáculo celeste (si tenemos suerte de verlo), y recordar que la ciencia siempre tendrá la última palabra. Ahora dime, ¿crees que la profecía de Baba Vanga se cumplirá con el cometa Atlas, o es pura coincidencia y estamos leyendo demasiado en la vaina?
Para los que no andaban pegaos al tema, Baba Vanga, una mae que nació en 1911 y era cieguita, se hizo conocida por decir cosas raras que luego, como quien no quiere la cosa, parecían cumplirse. Se le achacan predicciones sobre Chernóbil, la muerte de Diana Spencer, y ahora, parece que también sobre este cometa que viene de afuera. Suena a novela de Luisito Velázquez, pero la cosa prende.
Ahora, este cometa Atlas no es cualquier cosa. Según la NASA y la ESA, el bicho mide entre 10 y 30 kilómetros de diámetro –imagínate la rosca– y viaja a casi 68 kilómetros por segundo. Va a pasar a unos 270 millones de kilómetros de nosotros, lo cual, tranquilos, es bastante lejos; no vamos a salir volando por los aires, diay. Pero sí va a brillar bastante, aunque solo se vea con telescopios avanzados. Lo que preocupa a algunos, además del brillo, es que viene de otro sistema solar, entonces, ¿quién sabe qué trae?
Un fisicón llamado Avi Loeb, de Harvard, que no anda con rodeos, lanzó una bomba: dice que el cometa podría no ser un cometa normal, sino un pedazo de tecnología alienígena. Claro, la idea suena a película de Hollywood, pero a algunos les prendió la chispa y ya están imaginando si esto es una señal de “primer contacto”. Ahí es donde entra Baba Vanga otra vez, porque ella también había hablado de una “nueva luz en el cielo” durante un gran evento deportivo... y el 19 de diciembre justo cae cerca de fechas importantes de competencias internacionales. ¿Coincidencia? Ya ustedes juzgan, mi gente.
Pero ojo, que los científicos más racionales dicen que tranquilos. Afirman que el cometa es solo un cometa, y que su cercanía al Sol hará que brille más, pero que no representa ninguna amenaza para nuestro planeta. Van a aprovechar el momento para estudiarlo bien, entender cómo funcionan estos objetos que vienen de afuera y aprender más sobre el universo. Una oportunidad excelente para ampliar nuestros conocimientos, vamos a darle.
Lo que me da risa es cómo la gente se agarra a estas profecías como si fueran verdades absolutas. Uno se pone a buscar coincidencias y encuentra lo que quiere encontrar, como buscando aguacate maduro en la guanabana. La verdad es que el universo es inmenso y lleno de sorpresas, y es normal que haya fenómenos que no entendemos completamente. Pero agarrarle miedo a un cometa que pasa de lejos me parece un poco exagerado, ¿no creen?
Y hablando de exageraciones, recuerden los temblores que sentimos hace unos meses en Myanmar y Tailandia. Algunos, rápido, dijeron que eran señales de Baba Vanga. ¡Qué torta! No hay ninguna prueba que relacione esos sismos con sus predicciones, así que mejor nos quedamos con la explicación científica. La Madre Naturaleza es poderosa, eso sí, pero no necesita de profecías para sacudirnos un poquito.
Así que ahí lo tienen, mi gente. Un cometa que viene de afuera, teorías apocalípticas, recuerdos de una clarividente búlgara, y nosotros aquí, mirando al cielo preguntándonos qué onda con todo esto. Pero bueno, al final del día, lo importante es mantener la calma, disfrutar del espectáculo celeste (si tenemos suerte de verlo), y recordar que la ciencia siempre tendrá la última palabra. Ahora dime, ¿crees que la profecía de Baba Vanga se cumplirá con el cometa Atlas, o es pura coincidencia y estamos leyendo demasiado en la vaina?
