¡Ay, Dios mío! Resulta que pa' poder votar desde lejos, los nacionales tenemos que soltarle unos ¢125 millones al TSE. Sí, como lo leíste, esa es la cifra que necesitan pa' organizar el voto extranjero para las elecciones del 2026. ¡Y eso sin contar los imprevistos!
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) dice que ese dinerito cubrirá todos los gastos, desde mandar materiales electorales hasta comprar boletos aéreos pa’ los funcionarios que van a ayudar en Estados Unidos. Pero bueno, nosotros sabemos cómo andan las cosas por acá… siempre hay alguna cosita extra que sale a la luz.
Al cierre del padrón, resultaron ser 67.270 compatriotas afuera, repartidos en 49 consulados de 42 países distintos. Eso significa 91 juntas receptoras de votos funcionando a todo motor. De esos, 33.580 son machos y 33.690 hembras. ¡Casi medio empate! Pero claro, no sean ingenuos, el verdadero brete está en la organización, chunches.
Gerardo Abarca, el director del Registro Electoral, nos explicó que gran parte de la plata se va en transporte – mandarle todo el material electoral a los consulados es una vara bien costosa. Además, ahí entra el costo de los vuelos pa’ los funcionarios que refuerzan equipos allá, especialmente en los Estados Unidos, porque díganlo en voz baja, ¡allá hay hartos nuestros!
Y ni hablar de los espacios físicos. Abarca nos contó que algunos consulados simplemente no tienen la infraestructura suficiente pa’ atender a tanta gente. En Nueva York, por ejemplo, están empadronadas casi 19 mil personas. Imagínate el diablo que debe ser… ¡Hay que alquilar salones pa’ que la gente pueda ir votando tranquilos! No puede ser que les hagan esperar a la intemperie, brete.
Pero ojo, no todo es gasto directo. El TSE insiste en que tiene experiencia acumulada en esto del voto en el extranjero. Dicen que la ley establece que los consulados son sus ayudantes, encargándose de buscar los sitios adecuados y todo lo que implica tener un lugar digno para votar. Suena lindo en papel, pero por la realidad que vivimos, vamos viendo qué pasa.
Ahora, sí que esto es interesante: el padrón de votantes en el extranjero ha crecido un montón, ¡una cuarta parte más que en 2022! Estados Unidos sigue siendo el destino número uno con 44.580 registrados, seguido por España (2.688) y Canadá (2.132). Luego vienen Nicaragua, Panamá y México, mostrando que la diáspora tica está bien repartida. Ojalá que todo salga chiva, pero con estas cifras… ¡qué torta!
Con todo este esfuerzo y dinero invertido, uno se pregunta: ¿Realmente estamos haciendo lo suficiente para facilitar el voto de nuestros compatriotas en el extranjero, o seguimos metiéndoles obstáculos innecesarios? ¿Creen que deberían aumentar aún más el presupuesto para mejorar la experiencia del voto en el exterior?
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) dice que ese dinerito cubrirá todos los gastos, desde mandar materiales electorales hasta comprar boletos aéreos pa’ los funcionarios que van a ayudar en Estados Unidos. Pero bueno, nosotros sabemos cómo andan las cosas por acá… siempre hay alguna cosita extra que sale a la luz.
Al cierre del padrón, resultaron ser 67.270 compatriotas afuera, repartidos en 49 consulados de 42 países distintos. Eso significa 91 juntas receptoras de votos funcionando a todo motor. De esos, 33.580 son machos y 33.690 hembras. ¡Casi medio empate! Pero claro, no sean ingenuos, el verdadero brete está en la organización, chunches.
Gerardo Abarca, el director del Registro Electoral, nos explicó que gran parte de la plata se va en transporte – mandarle todo el material electoral a los consulados es una vara bien costosa. Además, ahí entra el costo de los vuelos pa’ los funcionarios que refuerzan equipos allá, especialmente en los Estados Unidos, porque díganlo en voz baja, ¡allá hay hartos nuestros!
Y ni hablar de los espacios físicos. Abarca nos contó que algunos consulados simplemente no tienen la infraestructura suficiente pa’ atender a tanta gente. En Nueva York, por ejemplo, están empadronadas casi 19 mil personas. Imagínate el diablo que debe ser… ¡Hay que alquilar salones pa’ que la gente pueda ir votando tranquilos! No puede ser que les hagan esperar a la intemperie, brete.
Pero ojo, no todo es gasto directo. El TSE insiste en que tiene experiencia acumulada en esto del voto en el extranjero. Dicen que la ley establece que los consulados son sus ayudantes, encargándose de buscar los sitios adecuados y todo lo que implica tener un lugar digno para votar. Suena lindo en papel, pero por la realidad que vivimos, vamos viendo qué pasa.
Ahora, sí que esto es interesante: el padrón de votantes en el extranjero ha crecido un montón, ¡una cuarta parte más que en 2022! Estados Unidos sigue siendo el destino número uno con 44.580 registrados, seguido por España (2.688) y Canadá (2.132). Luego vienen Nicaragua, Panamá y México, mostrando que la diáspora tica está bien repartida. Ojalá que todo salga chiva, pero con estas cifras… ¡qué torta!
Con todo este esfuerzo y dinero invertido, uno se pregunta: ¿Realmente estamos haciendo lo suficiente para facilitar el voto de nuestros compatriotas en el extranjero, o seguimos metiéndoles obstáculos innecesarios? ¿Creen que deberían aumentar aún más el presupuesto para mejorar la experiencia del voto en el exterior?