¡Ay, Dios mío! ¿Quién iba a decir que una tarde tranquila en Radio Fides se convertiría en el meme nacional? Resulta que el viernes pasado, durante un sorteo de un carro, uno de nuestros sacerdotes locales se llevó tremendo susto… y nos dio un showazo inolvidable. Vamos por partes, porque la cosa es más compleja de lo que parece.
Todo comenzó como cualquier otro sorteo de la emisora católica. Radio Fides, como bien saben los que escuchamos la onda, siempre anda metiendo promociones para acercarse al pueblo. Esta vez, el premio era un carro nuevo, reluciente, y la emoción estaba a tope. La gente llamando, los locutores animando, todo súper normal hasta que llegó el momento de anunciar al ganador.
Y ahí fue donde la cosa se puso interesante. Llamaron a la parroquia, buscando al representante. Contestó el Padre Ricardo, un buen hombre, dicen, pero definitivamente no acostumbrado a este tipo de sorpresas. Imagínense la escena: él, tranquilo pensando que iban a coordinar algo administrativo, y de repente, la voz del locutor gritándole que habían ganado el carro. ¡Imaginen el choque!
Lo primero que salió de su boca, y que lamentablemente todos escuchamos en vivo, fueron unas palabrotas que mejor no repetimos acá en el Foro. Pero bueno, quién no se hubiera puesto nervioso en esas circunstancias, díganme. La reacción fue instantánea, genuina, pura sorpresa. El pobre hombre, aturdido, tratando de entender qué demonios estaba pasando.
Después de unos segundos de silencio tenso – porque vamos, todo el país estaba pegado al aparato esperando qué pasaba– , el Padre Ricardo empezó a reír. Una carcajada sonora, contagiosa, que hizo reír a los locutores y seguramente a muchos de los oyentes. Reconozco que yo estaba matándome de risa acá en la redacción, ¡qué momentazo!, le diay.
Pero más allá del humor, este episodio nos recuerda varias cosas. Primero, que la radio en vivo sigue teniendo una magia especial. A diferencia de los programas grabados y editados, la radio en vivo te ofrece autenticidad, espontaneidad... y momentos como este, que simplemente no se pueden planear. Segundo, nos demuestra que hasta los hombres de fe tienen sus momentos de debilidad humana. Todos somos susceptibles a equivocarnos, a sentirnos sorprendidos, a soltar alguna palabrota accidentalmente.
Ahora, el carro está en manos de la parroquia, y seguramente lo utilizarán para llevar a cabo sus labores comunitarias. Una bendición para ellos y para la comunidad. El video, por supuesto, se viralizó en todas las redes sociales, acumulando millones de reproducciones y generando cientos de memes. Ya es parte de la historia reciente de Costa Rica, un recuerdo divertido para compartir con amigos y familiares. En fin, una verdadera pena que no hayamos podido grabarlo en alta definición, pues se perdieron unos cuantos detalles de la cara del padre en el momento de la explosión de la noticia; sí señor, qué cargada.
Definitivamente, este evento nos deja pensando: ¿Ustedes creen que la espontaneidad en la comunicación es lo que realmente conecta con la gente, o la planificación excesiva termina por distanciar a la audiencia?
Todo comenzó como cualquier otro sorteo de la emisora católica. Radio Fides, como bien saben los que escuchamos la onda, siempre anda metiendo promociones para acercarse al pueblo. Esta vez, el premio era un carro nuevo, reluciente, y la emoción estaba a tope. La gente llamando, los locutores animando, todo súper normal hasta que llegó el momento de anunciar al ganador.
Y ahí fue donde la cosa se puso interesante. Llamaron a la parroquia, buscando al representante. Contestó el Padre Ricardo, un buen hombre, dicen, pero definitivamente no acostumbrado a este tipo de sorpresas. Imagínense la escena: él, tranquilo pensando que iban a coordinar algo administrativo, y de repente, la voz del locutor gritándole que habían ganado el carro. ¡Imaginen el choque!
Lo primero que salió de su boca, y que lamentablemente todos escuchamos en vivo, fueron unas palabrotas que mejor no repetimos acá en el Foro. Pero bueno, quién no se hubiera puesto nervioso en esas circunstancias, díganme. La reacción fue instantánea, genuina, pura sorpresa. El pobre hombre, aturdido, tratando de entender qué demonios estaba pasando.
Después de unos segundos de silencio tenso – porque vamos, todo el país estaba pegado al aparato esperando qué pasaba– , el Padre Ricardo empezó a reír. Una carcajada sonora, contagiosa, que hizo reír a los locutores y seguramente a muchos de los oyentes. Reconozco que yo estaba matándome de risa acá en la redacción, ¡qué momentazo!, le diay.
Pero más allá del humor, este episodio nos recuerda varias cosas. Primero, que la radio en vivo sigue teniendo una magia especial. A diferencia de los programas grabados y editados, la radio en vivo te ofrece autenticidad, espontaneidad... y momentos como este, que simplemente no se pueden planear. Segundo, nos demuestra que hasta los hombres de fe tienen sus momentos de debilidad humana. Todos somos susceptibles a equivocarnos, a sentirnos sorprendidos, a soltar alguna palabrota accidentalmente.
Ahora, el carro está en manos de la parroquia, y seguramente lo utilizarán para llevar a cabo sus labores comunitarias. Una bendición para ellos y para la comunidad. El video, por supuesto, se viralizó en todas las redes sociales, acumulando millones de reproducciones y generando cientos de memes. Ya es parte de la historia reciente de Costa Rica, un recuerdo divertido para compartir con amigos y familiares. En fin, una verdadera pena que no hayamos podido grabarlo en alta definición, pues se perdieron unos cuantos detalles de la cara del padre en el momento de la explosión de la noticia; sí señor, qué cargada.
Definitivamente, este evento nos deja pensando: ¿Ustedes creen que la espontaneidad en la comunicación es lo que realmente conecta con la gente, o la planificación excesiva termina por distanciar a la audiencia?
