¡Ay, Dios mío, qué cargada de orgullo nos da esto! Resulta que nuestra gente de Costa Rica Azul, esa organización que siempre anda haciendo cosas buenas por el país, se llevó el Global Democracy Award 2025. Sí, sí, ese premio grande que dan en Estados Unidos, en Washington D.C. Nada menos. Parece que alguien allá arriba nos está echando unos buenos chivos papales, porque no es cualquier vaina, ¿eh?
Esta organización ya lleva más de 17 años trabajando duro, y parece que toda esa sudorcita les valió la pena. Costa Rica Azul ha estado metida en proyectos sociales, cuidando el medio ambiente y ayudando a la gente a mejorar sus vidas. No es un premio a una sola cosita que hicieron, sino a todo el camino que han recorrido, demostrando que se pueden unir la ciencia, el bienestar y, sobre todo, ¡la esperanza!
Y miren, nomás, la WAPAS, que es quien le dio el premio, resaltó que el trabajo de Costa Rica Azul tiene un impacto tangible desde Talamanca hasta las zonas azules. Imagínense, van directo a ayudar a las comunidades indígenas de Talamanca, le ponen pilas al liderazgo juvenil en Puerto Viejo con la iniciativa ‘Talento del Caribe’, y tienen un espacio seguro llamado ‘Barranca Espacio Seguro’ para darle apoyo a la gente que más lo necesita. Además, andan promoviendo el envejecimiento saludable, igual como hacen en esas zonas del mundo donde la gente vive muchísimos años, y también están sembrando árboles como si no hubiera mañana.
El Global Democracy Award no es pa’ bromear, ¿eh? Lo entregan a esos líderes e instituciones que realmente defienden la libertad, cuidan el planeta y luchan por los derechos humanos. Pa' nosotros, los ticos, es un honor aún mayor porque no muchas organizaciones de Latinoamérica han tenido la suerte de ganar este premio. Eso sí que es poner el nombre de Costa Rica en alto, ¡qué tuanis!
Cuando recibieron el premio, el Dr. Christian Rivera Paniagua, que es el jefe de Costa Rica Azul, dijo unas palabras bien bonitas: “Este premio no es para mí, sino para un país que todavía cree en la democracia como una forma de vivir mejor.” Y Fanny Ramírez Esquivel, la directora de la organización, agregó que este reconocimiento demuestra que Costa Rica puede ser ejemplo para el resto del mundo. ¡Imagínate eso, señores, somos inspiración mundial!
Pero miren, este premio nos pone a reflexionar. Mientras otros países se pelean y se caen a pedazos, nosotros seguimos buscando formas creativas de construir un futuro mejor para todos. Hay que reconocer que hay bretes pendientes, claro que sí, pero ver a una organización costarricense siendo reconocida internacionalmente por hacer las cosas bien, te llena el corazón de esperanza. Es como cuando le ganamos a Uruguay en el Mundial, pero multiplicado por mil.
Y hablando de esperanza, creo que este premio nos recuerda que podemos seguir soñando con un país más justo, más sostenible y más feliz. Tenemos que seguir apoyando a esas organizaciones que trabajan día a día para hacer realidad ese sueño. Porque al final del día, la verdadera democracia no es solo votar cada cuatro años, sino estar involucrados en la construcción de nuestro propio destino. Un poquito de voluntariado, una donación, un voto informado... ¡todo suma, mael!
Ahora me pregunto, ¿cree usted que Costa Rica merece este tipo de reconocimientos internacionales y cómo podríamos impulsar aún más iniciativas como las de Costa Rica Azul para fortalecer nuestra imagen como país comprometido con la sostenibilidad y la justicia social?
Esta organización ya lleva más de 17 años trabajando duro, y parece que toda esa sudorcita les valió la pena. Costa Rica Azul ha estado metida en proyectos sociales, cuidando el medio ambiente y ayudando a la gente a mejorar sus vidas. No es un premio a una sola cosita que hicieron, sino a todo el camino que han recorrido, demostrando que se pueden unir la ciencia, el bienestar y, sobre todo, ¡la esperanza!
Y miren, nomás, la WAPAS, que es quien le dio el premio, resaltó que el trabajo de Costa Rica Azul tiene un impacto tangible desde Talamanca hasta las zonas azules. Imagínense, van directo a ayudar a las comunidades indígenas de Talamanca, le ponen pilas al liderazgo juvenil en Puerto Viejo con la iniciativa ‘Talento del Caribe’, y tienen un espacio seguro llamado ‘Barranca Espacio Seguro’ para darle apoyo a la gente que más lo necesita. Además, andan promoviendo el envejecimiento saludable, igual como hacen en esas zonas del mundo donde la gente vive muchísimos años, y también están sembrando árboles como si no hubiera mañana.
El Global Democracy Award no es pa’ bromear, ¿eh? Lo entregan a esos líderes e instituciones que realmente defienden la libertad, cuidan el planeta y luchan por los derechos humanos. Pa' nosotros, los ticos, es un honor aún mayor porque no muchas organizaciones de Latinoamérica han tenido la suerte de ganar este premio. Eso sí que es poner el nombre de Costa Rica en alto, ¡qué tuanis!
Cuando recibieron el premio, el Dr. Christian Rivera Paniagua, que es el jefe de Costa Rica Azul, dijo unas palabras bien bonitas: “Este premio no es para mí, sino para un país que todavía cree en la democracia como una forma de vivir mejor.” Y Fanny Ramírez Esquivel, la directora de la organización, agregó que este reconocimiento demuestra que Costa Rica puede ser ejemplo para el resto del mundo. ¡Imagínate eso, señores, somos inspiración mundial!
Pero miren, este premio nos pone a reflexionar. Mientras otros países se pelean y se caen a pedazos, nosotros seguimos buscando formas creativas de construir un futuro mejor para todos. Hay que reconocer que hay bretes pendientes, claro que sí, pero ver a una organización costarricense siendo reconocida internacionalmente por hacer las cosas bien, te llena el corazón de esperanza. Es como cuando le ganamos a Uruguay en el Mundial, pero multiplicado por mil.
Y hablando de esperanza, creo que este premio nos recuerda que podemos seguir soñando con un país más justo, más sostenible y más feliz. Tenemos que seguir apoyando a esas organizaciones que trabajan día a día para hacer realidad ese sueño. Porque al final del día, la verdadera democracia no es solo votar cada cuatro años, sino estar involucrados en la construcción de nuestro propio destino. Un poquito de voluntariado, una donación, un voto informado... ¡todo suma, mael!
Ahora me pregunto, ¿cree usted que Costa Rica merece este tipo de reconocimientos internacionales y cómo podríamos impulsar aún más iniciativas como las de Costa Rica Azul para fortalecer nuestra imagen como país comprometido con la sostenibilidad y la justicia social?
