¡Ay, Dios mío! Imagínate, aquí estamos hablando de un cambio tremendo para el turismo en nuestro querido Golfo de Nicoya. El Instituto Costarricense de Turismo (ICT), con toda la intención, le dio el banderazo a la construcción de un nuevo embarcadero turístico en el Parque Nacional Isla San Lucas, en Puntarenas. Y ni hablar, ¡más de ¢985 millones se van pa’ allá! Esto significa que nuestros visitantes ya no tendrán que lidiar con esa chincha de infraestructura vieja y deteriorada que nos daba vergüenza a nivel internacional.
La verdad es que, durante años, el embarque y desembarque de turistas en Isla San Lucas era un brete. Uno se agarraba unos nervios pensando qué iba a pasar con las olas, con los botes chocándose… ¡Un despiche! Pero eso quedó atrás. Este proyecto, que arrancó en noviembre del año pasado, promete reemplazar todo ese tingo de problemas con una estructura moderna y segura que va a poner a Costa Rica en el mapa como destino turístico de primer mundo.
Y no es cualquier embarcadero, ¡eh! Estamos hablando de casi 500 metros cuadrados de pura modernidad, diseñados por gente que sí sabe lo que hace. Van a poder atracar hasta cuatro embarcaciones a la vez, lo cual es un alivio porque a veces parecía imposible meter un bote ahí. Según el ministro William Rodríguez, se incorporaron todas las leyes de accesibilidad, con rampas, muelles flotantes y zonas techadas para esperar cómodamente. ¡Así queremos viajar, diay!
Lo que más me late de todo esto es que le pusieron pilas en la sostenibilidad. ¿Paneles solares para iluminar el lugar? ¡Por favor! Así reducimos el impacto ambiental y demostramos que podemos hacer turismo responsable. También recibieron el visto bueno del Ministerio de Cultura, así que pueden estar tranquilos que no van a tocar ningún sitio histórico importante de la isla. Eso sí que sería una torta.
Este nuevo embarcadero no solo beneficia a los turistas, sino también a las comunidades cercanas. Más turismo significa más empleos, más ingresos y, en general, una mejora en la calidad de vida de la gente del lugar. Los guías turísticos y los guardaparques también se llevarán un buen chunche, porque ahora tendrán mejores condiciones de trabajo para mostrarle a los visitantes la belleza de Isla San Lucas. Y eso es fundamental, porque la isla es un tesoro natural y cultural que debemos proteger.
Para refrescarles la memoria, el Parque Nacional Isla San Lucas se creó apenas en el 2020, pero desde entonces ha ganado reconocimiento por su importancia histórica y ecológica. Tiene un valor inmenso, alberga especies únicas y nos conecta con nuestro pasado colonial. Este embarcadero, sin duda, es otro paso adelante en el camino hacia un turismo más sostenible e inclusivo, que respeta el medio ambiente y beneficia a todos los costarricenses. Ya saben, cuidar lo nuestro es responsabilidad de todos.
Ahora, hablando claro, ¿qué tan importante creen ustedes que es invertir en infraestructura turística como esta? Algunos dirán que hay otras prioridades, pero yo creo que el turismo bien hecho puede ser un motor de desarrollo para nuestro país. Con estas mejoras, Isla San Lucas tiene todo para convertirse en un imán para visitantes nacionales e internacionales, generando empleos y promoviendo nuestra cultura. Aunque, honestamente, a veces me preocupa cómo vamos a manejar tantos turistas... ¿No les da miedo que el paraíso se llene de gente?
Y colorín colorado, ¡este cuento ha terminado! Ahora quiero saber de ustedes: ¿creen que esta inversión realmente valdrá la pena a largo plazo? ¿Qué medidas deberían tomarse para evitar que el aumento del turismo afecte negativamente el ecosistema frágil de Isla San Lucas? Compartan sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa mucho saber qué piensan mis compas del Foro!
La verdad es que, durante años, el embarque y desembarque de turistas en Isla San Lucas era un brete. Uno se agarraba unos nervios pensando qué iba a pasar con las olas, con los botes chocándose… ¡Un despiche! Pero eso quedó atrás. Este proyecto, que arrancó en noviembre del año pasado, promete reemplazar todo ese tingo de problemas con una estructura moderna y segura que va a poner a Costa Rica en el mapa como destino turístico de primer mundo.
Y no es cualquier embarcadero, ¡eh! Estamos hablando de casi 500 metros cuadrados de pura modernidad, diseñados por gente que sí sabe lo que hace. Van a poder atracar hasta cuatro embarcaciones a la vez, lo cual es un alivio porque a veces parecía imposible meter un bote ahí. Según el ministro William Rodríguez, se incorporaron todas las leyes de accesibilidad, con rampas, muelles flotantes y zonas techadas para esperar cómodamente. ¡Así queremos viajar, diay!
Lo que más me late de todo esto es que le pusieron pilas en la sostenibilidad. ¿Paneles solares para iluminar el lugar? ¡Por favor! Así reducimos el impacto ambiental y demostramos que podemos hacer turismo responsable. También recibieron el visto bueno del Ministerio de Cultura, así que pueden estar tranquilos que no van a tocar ningún sitio histórico importante de la isla. Eso sí que sería una torta.
Este nuevo embarcadero no solo beneficia a los turistas, sino también a las comunidades cercanas. Más turismo significa más empleos, más ingresos y, en general, una mejora en la calidad de vida de la gente del lugar. Los guías turísticos y los guardaparques también se llevarán un buen chunche, porque ahora tendrán mejores condiciones de trabajo para mostrarle a los visitantes la belleza de Isla San Lucas. Y eso es fundamental, porque la isla es un tesoro natural y cultural que debemos proteger.
Para refrescarles la memoria, el Parque Nacional Isla San Lucas se creó apenas en el 2020, pero desde entonces ha ganado reconocimiento por su importancia histórica y ecológica. Tiene un valor inmenso, alberga especies únicas y nos conecta con nuestro pasado colonial. Este embarcadero, sin duda, es otro paso adelante en el camino hacia un turismo más sostenible e inclusivo, que respeta el medio ambiente y beneficia a todos los costarricenses. Ya saben, cuidar lo nuestro es responsabilidad de todos.
Ahora, hablando claro, ¿qué tan importante creen ustedes que es invertir en infraestructura turística como esta? Algunos dirán que hay otras prioridades, pero yo creo que el turismo bien hecho puede ser un motor de desarrollo para nuestro país. Con estas mejoras, Isla San Lucas tiene todo para convertirse en un imán para visitantes nacionales e internacionales, generando empleos y promoviendo nuestra cultura. Aunque, honestamente, a veces me preocupa cómo vamos a manejar tantos turistas... ¿No les da miedo que el paraíso se llene de gente?
Y colorín colorado, ¡este cuento ha terminado! Ahora quiero saber de ustedes: ¿creen que esta inversión realmente valdrá la pena a largo plazo? ¿Qué medidas deberían tomarse para evitar que el aumento del turismo afecte negativamente el ecosistema frágil de Isla San Lucas? Compartan sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa mucho saber qué piensan mis compas del Foro!
